37- Un niño.

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-Buenos días, pasen- Dice el médico encargado de hacer la ecografía.-Pueden ponerse por aquí, así verán mejor esa pantalla.

La habitación era muy grande y había varias sillas para que la familia se sentara. Parecía un conejito de indias. Todos estaban ilusionados. Y yo nerviosa, según Julia, el médico no parará hasta saber el sexo del bebe. Si no, tenemos que ir otro día…

Están todos menos Aitor y Liz claro está, eso la verdad que me relaja, solamente ha pasado una semana desde que llegué a Granada y no nos hemos visto. Em no me ha dicho anda al respecto y prácticamente nadie dice nada… En esta semana me he entretenido leyendo varios libros que tenía y con eso he mantenido mi cabeza alejada. Estaba mal. Sí, soy masoquista, pero prefiero estar así que pegarme otro batacazo más.

Se abre la puerta.

-Siento llegar tarde.- Dice Aitor sulfurado colocándose alado de sus padres, pero mi madre lo coge del brazo y lo lleva hasta, le molestaba que estuviese tan lejos de mí. Yo ruedo los ojos, Es el padre no mi marido.

Este ni siquiera me mira. Siento un vacío y un dolor. Que ni siquiera me mire… “te lo has buscado” dice mi subconsciente. Sí, tú calla,- Le digo yo misma a mi subconsciente- mejor eso, que pasarlo otra vez mal. Total, lo que no puede ser, no puede ser.

El médico me destapa la barriga y empieza a untarme el gel. Me coloca el aparato y empieza a pasármelo por la barriga mientras sale en la pantalla la imagen de mi bebe, como era de esperar tiene las piernas cruzaditas, el médico empieza a hacerme presión en la barriga.

-¿Cómo está el bebe?- Dice mi madre. Ella siempre tan impaciente…

-Aquí pueden ver todas las partes del bebe, aquí está la columna…el estómago…el cráneo y….- El médico mira hacia mí- ¿Qué preferís?

-Una niña-Digo nerviosa. Así era, tener una pequeñita a la que peinar, mimar, era algo que entusiasmaba, un carrito rosa, muñecas si tenía una hija no le iban a faltar muñequitas sería mi princesita. Me estaba imaginando a una niñita preciosa con un vestido blanco y rosa de princesas con su corona y con los ojitos de su padre... Sería tan guapa…

-¿Y el padre?- Dice mirando a Aitor.

-Un niño- Contesta Aitor con voz nerviosa.

-No estáis muy de acuerdo ¿no?- Dice el médico intentando ser gracioso…

Ambos nos miramos y corriendo me aparta la mirada. Está enfadado.

-Es un niño.-Dice el médico enseñando un pequeño palito en la ecografía.

-¿Se-seguro?- Dice Aitor entusiasmado.

-Sí, seguro.-Contesta el médico.

Salimos del edificio donde se encuentra la clínica privada y nos dirigimos a tomar algo, según mi madre hay que celebrar que sea un niño. Aunque estaba un poco apenada, deseaba tanto que fuese una niña….

-¿Cómo le vais a poner?- Nos pregunta Emmily, la madre de Aitor.

Noto la mirada de Aitor en mí.

-No-no sé, aún no lo he pensado.- Digo nerviosa.

-Bueno, he de irme.- Aitor se despide de todos y de mí prácticamente pasa.

-¿Ya? Aún es pronto y hoy has pedido el día libre. ¿No vienes a tomar algo?

-Sí, lo sé, es pronto, pero he de hacer unas cosas.  Otro día.

Aitor se marcha y nos dirigimos hacia un bar, aquí en Granada ir a un bar es prácticamente comer, o cenar ya que las tapas son geniales. Nos sentamos y cada uno pide su bebida y su tapa, tras un rato esperando que llegue nuestra comanda empezamos a decir varios nombres. Pero ninguno me gusta. Por lo que decido que ya lo pensaré a solas.

Mi peor pesadillaWhere stories live. Discover now