Lo estaba ayudando a bajar las cajas del camión junto con mis padres. Se mudaba a un departamento ubicado en el centro de la ciudad, en un sexto piso. Subir las cajas de su ropa y los muebles que había comprado, era una tortura. Ese mismísimo día, además de que se estaba mudando, era su cumpleaños. Una vez que terminamos de bajar las cosas del transporte y subirlas hasta su apartamento, ayudamos a mi novio a acomodar un poco las cosas y facilitarle el trabajo. El sofá en la sala junto con la mesita ratona y la mesa para dos personas, la heladera y la lavadora en la cocina, la cama en la habitación... En fin, esas cosas. Yo me había quedado a dormir para seguir ayudando a Hoseok para que no se le haga tan pesado acomodarse en su nuevo hogar.
—Muchas gracias.—dijo mi novio dejando la caja vacía que antes tenía ropa junto con otras cajas vacías.
—No hay de qué, Hoseok.—le respondió mi madre con una amable sonrisa.— Si necesitas algo, estaremos para ti.
—De acuerdo.—sonrió el nombrado.— Nos vemos.
Mis padres se despidieron de nosotros luego de decirnos un par de recomendaciones que seguro terminaremos por ignorar. Cerraron la puerta, dejándonos solos y en un breve silencio de unos segundos. Él se dio la vuelta para sentarse en el sofá color marfil que había en medio de la sala frente al televisor. Me senté a su lado, apoyando mi cabeza en su hombro y él envolvió los míos con su brazo. Cruzamos miradas y deposité un beso en sus dulces labios. Él agarra los costados de mis mejillas y me besa de nuevo, pero esta vez más hambriento.
—Sigo esperando mi regalo.—susurró con la voz ronca, enseguida supe a lo que se refería. Sonreí pícaro y me senté a horcajadas sobre su regazo para atacar sus labios.
Fui moviendo mis caderas en un vaivén, frotando las erecciones que comenzaban a crecer de ambos, mientras nuestras lenguas ya peleaban por el dominio de la otra. Nos separamos por la falta de aire, mirándonos a los ojos solo un segundo antes de que Él comience a besar mi cuello. Yo jadeaba, pasando mis brazos por detrás de su cabeza para abrazarlo. Sentí las manos de mi pareja ir bajando desde mi pecho, sacándome escalofríos, hasta mi trasero, donde me levantó y nos llevó a su nueva habitación.
Me acostó en su cama ya con las sábanas puestas, posicionándose entre mis piernas, pasando sus manos por debajo de mi ropa. En ningún momento dejamos de besarnos durante el trayecto desde la sala hasta la cama, salvo para tomar un poco de aire y seguir. Hasta que me quita la camisa y se queda mirándome por un tiempo, observando cada detalle de mi cuerpo.
—Eres tan precioso.—murmuró agitado. Y es que no lo entendía, un flaco escuálido como yo, cuyos brazos parecían dos fideos, no era muy atractivo que digamos. Al contrario de Hoseok, que al quitarle su ropa, pude ver tu cuerpo bien trabajado, con los abdominales marcados y sus brazos firmes, haciendo que me sienta pequeño a comparación de su hermoso cuerpo.
Puso dos dedos al costado de mi pantalón para ir bajándolo lentamente, mientras me besaba para olvidar que en poco tiempo, tendremos nuestra primera vez, perderemos nuestra virginidad. Ya en ropa interior, con una gran erección notoria, él comienza a acariciar mi miembro sobre la tela, sacándome gemidos. Ya estaba comenzando a desesperarme, no soportaba un segundo más de manoseos. Necesitaba tenerlo sí o sí dentro de mí, gritar su nombre, temblar de placer bajo su cuerpo, sentirlo totalmente.
Por fin, me dejó desnudo, con solamente la ropa de Hoseok que nos estorbaba y nos separaba. Se pone de pie y va a buscar un bote de lubricante para ponérselo en las manos. Me mira a los ojos, desabrochándose el pantalón con su mano que no estaba embarrada de la crema para ir bajándolo y luego ponerse otra vez entre mis piernas.
—Va a dolerte un poco, pero intenta no tensarte y evita pensar en el dolor.—dijo. Y sin previo aviso, metió un dedo en mi interior. No sentí nada al principio, pero metió un segundo dedo que hizo que gima y doliera un poco. Sacando y metiendo los dígitos de mi entrada, haciendo tijeras y moviendo en círculos. Por último, entró un tercer dedo.
Yo gemía mientras Él besaba mi cuello. No estaba tenso, ni tampoco pensaba en el dolor inexistente que sentía. Solo era el principio, solo me estaba dilatando para que cuando introduzca su pene en mí no duela tanto, pero aún así sentía que estaba en el cielo.
Mi novio lleva su mano libre hacia su bóxer gris para quitárselo. Dirige sus labios a los míos cuando sentí la punta de su miembro rozar con mi entrada luego de haber quitado sus dedos. Con cuidado, fue introduciendo el falo y los gemidos salían de mis labios, cada véz más audibles a medida que iba entrando en mí.
—T-tan gr-grande...—tartamudeé entre jadeos. Lo sentía. Sentía cada parte de él en mí. Al fin. La espera por fin acabó, por fin me hizo suyo. Solo suyo.
Empezó a mover sus caderas despacio, a la vez que yo deliraba del placer. Me di cuenta de que me convertiría más sumiso de lo que soy, pero no importaba si era con él. Lamió, besó y mordió mi cuello dejando marcas en él, embistiéndome de la forma más delicada posible para no lastimarme. Llevé mis manos a su espalda, atrayéndolo más a mí y envolví mis piernas en sus caderas para más profundidad.
—Más...—jadeé rogando para que vaya más rápido. Quería gritar su nombre, sentir nuestras pieles chocar con rapidez, quería volverme totalmente sumiso a él.
Hoseok hizo caso y no tardó en acelerar las embestidas. El dolor que sentí en un principio ya no existía, solo era placer que recorría mi cuerpo. Tomó mis caderas, apretándolas con fuerza al punto de dejar marcados sus dedos en ellas. Apoyó su pecho sobre el mío, para volver a marcar mi pálido cuello, llevando una mano hacia mi miembro y comenzar a masturbarlo, primero lento y luego suave. Pasé mis brazos debajo de sus axilas para abrazar su espalda y apretar mis uñas en ella, tirando la cabeza hacia atrás, gimiendo de placer. No tardó nada en ir más rápido, tocando aquel punto que hizo que temblara y me corriera en su mano, manchando el abdomen de ambos. Pronto entendí, que el que hiciera eso, lo excitaba más.
Ya estaba sintiéndome algo cansado, casi sin energías para seguir, pero no quería terminar. Sentirlo a Él dentro de mí era una de las mejores sensaciones que tuve en mi vida. Realmente era bueno, demasiado mejor dicho. La forma en la que nuestros cuerpos se movían al compás del otro, los jadeos y los gemidos era algo especial en aquellos momentos, casi como escuchar música. ¿Volveré a vivir algo como eso?
—Mírame.—jadeó mi novio poniendo una mano a mi costado para sostenerse en ella, alejándose de mí. Abrí los ojos ya que los tenía cerrados e hice caso a su pedido. Verlo sudado, algo sonrojado por el calor y con una vaga sonrisa en sus labios era digno de ser expuesto en un museo de arte. Su completa existencia era arte.
Mi pecho subía y bajaba, soltando gemidos roncos de mis labios. Él corrió un mechón de pelo mojado por el sudor que cubría mi vista. Sus ojos tenían un brillo especial que hizo que lo trajera nuevamente hacia mí para besarlo y que algo de saliva chorreara desde mi mejilla hasta acabar en las sábanas.
Seguía temblando dejabo de su trabajado cuerpo, esperando a que llegue a su climax para saber qué se siente que llenen tu interior. Y hablando de orgasmos...
—Voy a...—se separó de mí para decir con dificultad aquellas palabras.
—Adentro... P-por favor...—rogué.
Un par de estocadas más rápidas que fueron disminuyendo su velocidad hasta que sentí un líquido dentro de mí. Bastante bien se sentía, tanto que lo último que hice fue gemir su nombre por última vez.
Hoseok se dejó caer sobre mí, con su cabeza en mi pecho sin salir de mi interior hasta cobrar fuerzas. Las respiraciones agitadas de los dos era lo único que se oía en la habitación. Me miró y me besó por última vez, luego se corrió a mi lado para taparnos a ambos con las mantas. Envolvió mi cintura con sus brazos a la vez que escondía su cara en mi cuello, depositando un suave beso en él.
—Te amo.—murmuró.— Demasiado.
—También te amo.—cerré mis ojos lentamente, mientras mi respiración y mi ritmo cardíaco volvían a la normalidad. Era la primera vez que los dos decimos eso desde que somos novios oficialmente.
—Ya eres mío, Hyungwonnie.—río de una manera floja. Me doy vuelta hasta quedar frente a él, abrazarlo y esconder mi cabeza en su pecho. A lo que Él me abraza cubriendo mi espalda con sus brazos, brindándome seguridad y tranquilidad.
—No tienes idea lo mucho que esperé por esto.—susurré.
— ¿Valió la pena esperar?—preguntó besando mi cuero cabelludo.
—Valió cada maldito segundo.—respondí.
— ¿Te gustó?—agrega.— Yo pienso que fue genial, se siente muy bien hacerlo contigo.
—Dolió al principio, pero solo fue un pequeño momento. Gustarme quedaría corto.
—Me saliste muy sumiso, Hyungwon.—ríe con simpatía. Sus dedos se paseaban por mi espalda, subiendo y bajando sobre ella.
—Lo sé... Oppa~—respondo con una sonrisa juguetona en mi rostro.
—Joder, no me llames así si no quieres que te ponga en cuatro ahora mismo.—bufó.
—Por mí, hazlo.—lo reté.
—Solo bromeo.—rió.— Quiero así estar contigo por el momento. Realmente es tranquilo. Me gusta la tranquilidad, por eso me gustas tú.
— ¿Qué tiene que ver eso?—cuestioné.
—Que cuando estoy contigo todo se vuelve tranquilo. Y ahora, en este estado tan íntimo que tenemos hay más que tranquilidad.
—Tengo sueño...—musité. Hoseok acarició mi cabello, provocando que sea imposible seguir despierto un segundo más. Ambos, quedamos profundamente dormidos abrazados al otro, sin la intención de separarnos.
Mi primera vez fue maravillosa, y las otras veces fueron aún mejor. Si hubiese sido por mí, hubiera pasado mi vida entera con él. Pero lamentablemente, ya no está aquí.
✌
Zetzo pa' su consumo.
Últimamente estoy shippeando demasido Showki, y me siento mal porque le estoy siendo infiel a Kimin. O sea, sí, me gustan ambos, pero el Kimin fue lo primero que shipee en Monsta X ya que cuando los conocí, ellos eran mis bias xd. Y me estoy obsesionando DEMASIADO con el Jookyun, estoy leyendo y viendo mucho de ellos xd. En fin... ¿Me recomiendan algún fic de Monsta X? Lo que sea, me gusta todo la verdad... Bueno casi. Agradecería que me pasen el usuario de la autora y el nombre del fanfic