Yugyeom me dejó con TaeHyung y debo admitir que fue difícil separarme de él, porque desde que lo vi no quiero dejarlo, me da esa satisfacción de estar seguro y que me protegerá. A punto de irse lo detengo del brazo, me aferro con fuerza, me sostengo con más fuerza cuando siento todo mi alrededor moverse.
No puedo decir una sola palabra, Yugyeom me lleva adentro cubriendo mi cuerpo desnudo por su chaqueta; yo tiemblo pero no por el frío.
—JungKook, ¿Estás bien?— me pregunta TaeHyung.
Por más que quiero hablar mi cuerpo no responde, no soy capaz de salir del trance al ver a JiMin en la patrulla de Policía. Me suben al taxi pero no quito mi mirada de la patrulla, ya no tengo menor idea de lo que sucede.
Las nubes se cargaron de amarga lluvia, así se volvieron mis sentimientos hacia Park JiMin. Ya no sé qué pensar, todo cambió en un parpadeo de olor, justo ahora puedo esperar cualquier cosa.
TaeHyung y Yugyeom confirman mis sospechas, las gotas de lluvia caen solitarias y dolorosas como mis lágrimas. Nunca pensé que el hombre al que pensé entregarle todo de mí, me hiciera daño tan descabellado.
En un día como este me imaginaba en los brazos del hombre que me gusta, compartiendo el calor corporal del otro después de haber tenido intimidad. No viendo como es el culpable de todo mi dolor.
Mantenía tantos planes buenos con él hasta ahora, hoy mismo todo sentimiento por Park JiMin quedó atrás y hecho trizas.