¡Eres mio! Imbécil

由 Javiwiwi

26.8M 1.2M 342K

-Imbécil. -Insoportable. -Idiota. -Consentida. -¡Dejame en paz! -Admite que te encanta discutir conmigo. ... 更多

Antes de leer
Prólogo
Capítulo 1: Campamento
Capítulo 2: Recuerdos
Capítulo 3: Primeros problemas
Capítulo 4: Desconciertos
Capítulo 5: El juego del año
Capítulo 6: Malditas actividades
Capítulo 7: Soportándonos
Capítulo 8: Colapso
Capítulo 9: El límite
Capítulo 10: Un simple juego
Capítulo 12: Su árbol
Capítulo 13: Dafne
Capítulo 14: Excursión
Capítulo 15: Tentación
Capítulo 16: Feliz navidad
Capítulo 17: Territorio prohibido
Capítulo 18: Detalles
Capítulo 19: Del odio a los celos
Capítulo 20: No, definitivamente no es un juego
Capítulo 21: El veneno de Dafne
Capítulo 22: Ganaste, Bruno
Capítulo 23: Empate
Capítulo 24: Destellos
Capítulo 25: Difuso
Capítulo 26: Rompe promesas
Capítulo 27: Árbol solitario
Capítulo 28: La última llamada
|01| Capítulo 29: El baile de fin de año
|02| Capítulo 30: Un chico nervioso
|03| Capítulo 31: Volver a verte
|04| Capítulo 32: Nuestro baile de fin de año
|05| Capítulo 33: Momentos incómodos
|06| Capítulo 34 - ¡Feliz cumpleaños!
|07| Capítulo 35: El lago
|08| Capítulo 36: Vistas al futuro

Capítulo 11: Carnaval veraniego

504K 33.5K 8K
由 Javiwiwi

MILA

El carnaval veraniego era de mis fiestas favoritas del campamento, pues siempre me he divertido muchísimo y más de alguna vez me gané una corona de flores por haber participado en una actividad. Como de costumbre me vestí con ropa cómoda, ya que era normal terminar en la piscina a eso de las tres de la madrugada. Terminé de colocarme las zapatillas y salí de mi habitación dirigiéndome a la sala.

Mis amigas estaban conversando sentada en el sofá, me uní a ellas en la conversación, pero justo cuando estaba hablándoles se quedaron atónitas mirando hacia el mesón.

—No están escuchándome —reclamé.

De inmediato sus ojos se fijaron en mí y me sonrieron inocentonas. Arrugué las cejas y alcé la vista hacia el mismo sitio chocando con Bruno. El muy idiota estaba con su traje de baño puesto y sin camiseta. Estaba buscando algo en el congelador pequeño que nos habilitaban dándonos la espalda, por lo que dejaba a nuestra vista su musculosa y gran espalda. Dios. Maldito Bruno.

—Hey... —oímos su voz y se giró hacia nosotras. Rápidamente las tres disimulamos una conversación súper espontánea.

Él aclaró su garganta con una sonrisa ladina.

—¿Les molesta si les saco jugo?

—No —contestó Valery de inmediato.

—Gracias.

Sólo la miré en silencio al borde de una carcajada. Bruno bebió un poco de nuestro jugo y luego lo guardó, caminó por el pasillo y se metió a su habitación.

—Con esa pinta podría sacarme el jugo que quisiera —susurró Valery.

La golpeé con un cojín.

—Sucia.

—Admite que está gua...

Su voz se cortó cuando Bruno nuevamente apareció con una camiseta gris apegada a su cuerpo. Fingí muy bien que no le miré los brazos y que no lo encontraba guapo, en absoluto. Él sólo nos regaló una pequeña sonrisa y salió de la cabaña seguro para encontrarse con sus amigos.

Luego de un rato, cuando Valery había terminado de maquillar sus ojos con una sombra brillante, nos dirigimos al centro del campamento, en donde estaba repleto de árboles, césped y las piscinas se encontraban a un costado con vistas a las montañas. Todo el lugar ya estaba completamente decorado con luces, flores, bancas, comida, entre otras cosas. La música ya estaba a un volumen relativamente alto mientras todas las personas comenzaban a acercarse a participar de actividades o comer de los pasteles y dulces de las mesas.

Valery y Emilia rápidamente se encontraron con los chicos y me quedé junto a ellos mientras compartíamos un par de gaseosas. Todos los de la cabaña, excepto Dafne, estábamos ahí. La noche se apoderó del lugar rápidamente y la música subió de volumen, las actividades continuaban, pero de todas maneras había otro sector del campamento con chicos de nuestra edad que estaban en la piscina, otros bailaban en medio de la nada, gritaban entonando la canción que sonaba y otros bebían alcohol que metían sin permiso en sus gaseosas.

—¡Vamos a bailar! —me gritó Val cogiéndome del brazo y arrastrándome hasta el centro de la nada junto a los demás. Había muchísimas personas allí y era un poco complicado movernos sin chocar con los demás. Ya no podía oír a Valery, sólo la veía saltar y reír con diversión entre la multitud.

Me uní a ella coreando la canción que no sonaba:

«He said: One day, you'll leave this world behind

So live a life you will remember

My father told me when I was just a child

These are the nights that never die

My father told me»

No sé en qué momento perdí de vista a mi amiga y me encontré sola en la multitud que seguía coreando la canción y saltando con entusiasmo, me detuve un momento y noté que tenía muchísimo calor. Comencé a caminar entre las personas para salir de allí, la música cambió a una más lenta y sin gritos, así que aligeré mis pasos, sin embargo, el cuerpo de alguien me detuvo en seco, pues choqué de frente con él.

—Lo lamento —alcé la vista, era un chico que no había visto antes. Le sonreí por cortesía y él hizo lo mismo, pero cuando iba a continuar mi camino, no me dejó pasar.

—Con permiso —alcé la voz.

—Espera —me detuvo, noté sus manos en mi cintura y me giró hacia él.

Rápidamente reaccioné moviéndome hacia atrás y quitando con fuerza sus manos de mi cuerpo. Era alto y rubio, definitivamente no lo conocía, pero a juzgar por cómo se veía, seguramente era del equipo de fútbol americano.

—¿Qué quieres? —prácticamente le grité por el volumen de la música.

Él se acercó a mi oído.

—Bailar contigo.

—No quiero, gracias —contesté intentando ser amable.

—¡Vamos, Mila! —volvió a cogerme de la cintura, pero esta vez con más fuerza.

Al parecer el alcohol había entrado en su cuerpo.

¿Había dicho mi nombre? ¿De qué me conocía?

—Suéltame —me enfadé, ya podía sentir el corazón latiéndome en el cerebro.

Él me sostuvo con más firmeza y me apegó a su cuerpo sin dejar que me moviera, puse mis manos en su pecho e intenté empujarle, pero fue en vano, ya que tenía mucha más fuerza que yo y su cuerpo me duplicaba. Comencé a hiperventilar, nadie parecía ver la situación incómoda en la que estaba y él no cedía ante mis empujones e insultos.

—¡Suéltame imbécil! —estampé mi rodilla en su entrepierna con toda la fuerza que encontré.

Él se encogió del dolor, pero no me soltó del brazo que ya de verdad comenzaba a dolerme.

—Eres una bruta —decía con dolor en sus palabras, luego regresó a su posición fingiendo que no seguía doliéndole la entrepierna y me apegó a su cuerpo de un tirón más agresivo, ya el miedo se había posado en mi cerebro, debía pedir ayuda —Y me gusta que las mujeres sean así.

De pronto, un brazo que yo conocía se atravesó en el pecho del chico que tenía al frente y lo empujó con fuerza consiguiendo que me soltara.

—Vamos idiota, te ha dicho que la sueltes como cuarenta veces —la voz de Bruno.

El empujón que Bruno le había dado lo corrió unos cuantos centímetros atrás, se puso justo delante de mí, dándome la espalda y enfrentó al tipo.

—Sólo estábamos divirtiéndonos —sonrió el chico estirándole la mano a Bruno para saludarlo.

Bruno arqueó una ceja con su rostro frío y derramó todo el contenido de su vaso en las manos y ropa del chico.

—¿Pero qué demonios pasa contigo? —exclamó el tipo.

—Eres un idiota —contestó Bruno con molestia. Esa mirada irónica y enfadosa que tanto detestaba la estaba usando con el chico que teníamos en frente.

—Hey, Bruno.

—Hablamos en camarines, David —contestó Bruno, dueño de la situación. Cogió mi mano sin previo aviso y caminamos entre las personas hasta salir de toda la multitud.

Nos detuvimos en seco.

—¿Gracias? —habló Bruno imitando mi voz con un tono sarcástico.

Fue ahí cuando noté que seguíamos con las manos juntas, me separé de él y lo observé con confusión.

—Gracias —contesté, al fin.

Él sonrió de medio lado dejándome ver sus hoyuelos.

—En el equipo hay muchos que creen que por jugar futbol americano pueden hacer lo que quieran —me dijo en un tono más personal. —Sólo... cuídate.

—Claro...

—¿Por qué estás mirándome así?

—¿Por qué me has defendido? —pregunté directamente, todavía me sentía un poco confundida con su reacción protectora

Él aclaró su garganta.

—No me gustan las personas así.

—Ah —lo observé por un momento, parecía como si no lo hubiera dicho de verdad, como si tuviera algo más que decir. —Mira... ahí están los demás —desvié el tema y por supuesto el momento incómodo.

Caminamos juntos hasta donde estaban los demás, vi a Bruno quitarse las zapatillas y luego las calcetas. Se sentó a la orilla de la piscina y me miró hacia atrás. Tragué saliva ¿Por qué de pronto estaba sintiendo que las miradas grisáceas de Bruno eran distintas?

Hice lo mismo que él, pero yo me quité también el short porque tenía el traje de baños debajo, me senté a su lado manteniendo la distancia.

—¿Y la camiseta? —me preguntó Renato, bromeando.

—Claro que no, idiota —reí.

La piscina estaba llena de espuma y no había tantas personas en ella.

De pronto Bruno se puso de pie a mi lado, se quitó la camiseta de un tirón y se lanzó. No dejé de mirarlo en ningún momento, es que... ¿Todo lo hacía perfecto? ¿Hasta lanzarse al agua?

Se quedó mirándome por un momento y luego comenzó a nadar. La verdad no tenía muchas ganas de entrar al agua, sobre todo porque mi cabello tarda mucho en secarse y de seguro me pescaba una gripe.

Pero de un momento a otro sentí unos brazos llenos de agua abrazarme con fuerza y pegándome a su cuerpo, me sobresalté y de inmediato noté que era Ethan.

—¡Ethan no! ¡Mi camiseta! —chillé.

Me puse de pie aun con Ethan abrazándome e intenté quitármelo de encima entre risas y empujones, pero él fue mucho más rápido, me cogió en sus brazos y entre gritos y demás terminé rindiéndome y quitándome la camiseta. Por supuesto mi queridísimo amigo se lanzó conmigo a la piscina y quedé empapada igual.

Ethan se rio de mí cuando me vio salir del agua y yo sólo le levanté mi dedo de en medio entre risas.

Giré la mirada y noté que Bruno me observaba con una sonrisa diferente en el rostro, pero apenas me vio, giró su cabeza y observó a sus amigos.

Finalmente terminamos en la piscina muchísimo más tiempo del que pensé, nadando, haciendo carreras de quien nadaba más rápido, aguantando la respiración bajo el agua y hasta jugando con un balón de plástico. Por supuesto mis amigas y yo perdimos en todas las competencias y terminamos separando los grupos más equitativamente.

Las personas comenzaron a salirse e incluso mis amigos también, giré a mi alrededor y me vi en la piscina sola junto a Bruno. Él se acercó a mí, se apoyó en la orilla con ambos brazos y me sonrió sin enseñar sus dientes.

—Creo que me saldré —avisé, ya estaba temblándome el labio inferior por el frío.

—No te vayas —me pidió.

No pude evitar sonreír.

—Es que... tengo frío.

—Pues ven —extendió uno de sus brazos y sin pensármelo demasiado me acerqué a él.

Me abrazó por debajo del agua y yo a él. Su torso estaba apegado al mío y me hacía sentir tan pequeña entre sus grandes brazos. Mis manos se quedaron en su espalda y tragué duro cuando él me cogió de la cintura y me apegó aún más a él.

—Mejor salgámonos —me dijo muy rápidamente. Sólo asentí descolocada porque, muy en el fondo, podría haberme quedado ahí toda la noche...

Dios ¿qué estoy diciendo?

Yo nadé hasta las escaleras para salir de la piscina, en cambio Bruno sólo se apoyó de la orilla y se impulsó hacia arriba.

Nos secamos un poco y luego nos vestimos. Las personas seguían a nuestro alrededor y sentía, de pronto, que todos nos estaban mirando de una forma extraña, miré a Bruno un momento sin que él se fijara y sólo respiré hondo y comencé a caminar, alejándome.

—¿A dónde vas? —me preguntó antes de que pudiera escapar.

—Más allá... hay muchas personas aquí.

—¿Te molesta mi compañía?

Lo observé.

—No... claro que no.

Eso fue suficiente para que él terminara de abrocharse las zapatillas y se uniera a mí. Caminamos por entre medio del bosque por un largo rato hasta que nos alejamos muchísimo de la multitud, tanto que ya apenas se oía la música.

—¿Qué podemos hacer ahora? —rompí el silencio tensional que se había formado entre ambos.

Él se lo pensó un momento, luego me observó como si se le hubiese encendido una ampolleta.

—Ya sé. Hace tiempo no voy.

—¿Dónde?

—Sólo sígueme.

Seguí a Bruno tal como me lo había pedido, atravesamos el patio central hasta llegar a las canchas enormes en donde jugaba y entrenaba, luego se detuvo frente al gran portón de metal que no nos permitía ver el interior de la cancha. Analizó un momento el portón, luego lo empujó, pero no consiguió nada.

—¿Qué tratas de hacer? —pregunté confundida.

—¿Entrar?

—Es imposible, está cerrado y...

El sonido del portón me interrumpió, Bruno había conseguido abrir.

—Pero...

—Shht —me susurró, me cogió la mano y me arrastró hacia adentro. —Conozco este lugar al revés y al derecho —sonrió orgulloso.

Caminamos a través de la enorme cancha hasta llegar al otro extremo quedando frente a un muro.

—¿Por qué estamos aquí? —pregunté todavía más confundida, ya que, si atravesábamos ese muro, pasábamos a un lugar que sólo tenía una cerca para salir del campamento.

Territorio prohibido.

—Hay que saltar este muro.

—No —di un paso atrás —Nos expulsarán del campamento, estamos saliendo.

—No saldremos —aseguró.

—Aun así, es arriesgado.

Ya podía imaginar a mi madre gritándome mientras me regañaba porque me habían expulsado del campamento por culpa de las locas ideas de Bruno.

—¿Y? A veces sólo hay que arriesgarse.

Nos quedamos mirando en silencio, definitivamente no iba a convencerme, no quería arriesgarme para que luego me expulsaran del único lugar que me recibía en vacaciones de verano.

No, no y NO.

***

—No puedo creer que me hayas convencido de esto —comenté seria.


***

¡Hola mis niñxs! <3

Espero que su inicio de semana haya estado recargado de energía y que siga así hasta que nos volvamos a leer.

¿Les está gustando esta versión editada? Pronto podrán leer escenas y capítulos nuevos :D

Recuerden no hacer mucho spoiler y dejar a los nuevos disfrutar la lectura <3

BESOPOS

XOXOX


继续阅读

You'll Also Like

137K 5.9K 58
tus amigos llevaron a un amigo a tu casa desde ahi se conocen y pasar de los dias se van gustando
118K 11K 26
Hyunjin es el chico más guapo y coqueto de la preparatoria, Felix es un chico estudioso y el líder del club estudiantil. ¿Podrá Hyunjin lograr que Fé...
964K 156K 151
4 volúmenes + 1 extra (+19) Autor: 상승대대 Fui poseído por el villano que muere mientras atormenta al protagonista en la novela Omegaverse. ¡Y eso justo...
621K 26.8K 46
¿Como algo que era incorrecto, algo que estaba mal podía sentirse tan bien? sabíamos que era un error, pero no podíamos estar sin el otro, no podíamo...