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By -ItsJanie

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By -ItsJanie

Desperté y vi todo blanco, paredes, cortinas, techo, suelo, incluso mi ropa era blanca. ¿Acaso estoy en el cielo?

De repente vi a Jonathan acostado en un sillón que se miraba incómodo, tenía los ojos cerrados. Definitivamente no estoy en el cielo, siempre considere que al morir el cielo no iba a recibirme así que no, esto no puede ser el cielo. Soy una maldita zorra y las zorras no van al cielo. Sentí mi brazo izquierdo extraño, al voltearlo a ver me di cuenta de que tengo un enorme yeso blanco desde el codo hasta la mano dejando libres mis dedos. Mierda. Trate de recordar que había pasado, y me acorde del incendio del bungalow, la maldita Renee intentó deshacerse de mí.

—Jonathan... —Murmure y él abrió sus ojos. No estaba dormido.

—Emma—Dijo él y se puso de pie, caminó hasta mí — ¿Estas bien? ¿Cómo está tu brazo?

—Estoy bien y mi brazo... Enmomiado, ¿Dónde estamos? ¿Morimos y estamos en el cielo? —Pregunte. Él me vio con su ridícula cara graciosa.

— ¿Consideras que irás al cielo al morir? —Pregunta. Idiota.

—No, las zorras van al infierno y sé que al morir iré al infierno pero ¿Quién sabe, no? — Rodé los ojos fastidiada.

—Pues no, estamos vivos y en un hospital. —Dice sarcástico.

—Ah.

—Te fracturaste el radio y cúbito que están en el brazo y el metacarpo que es el huesito que tienes arriba de la palma de la mano. ¿Qué sucedió, Emma?

—Recibí un mensaje de tu número diciéndome que nos íbamos a ver en el último bungalow de lado oeste o este, yo que sé. Fui y me encontré con Renee, tuvimos una discusión porque ella ya sabe lo de nosotros. —Explique. Jonathan pasó sus manos sobre su cabello.

—Carajo.

—Lo sé, y nos siguió al bar anoche, me mostró unas fotos que nos tomó donde estábamos besándonos, bailando, bebiendo y que coincidencia, las tres cosas comienzan con "b".

—Bueno... —Cuando dijo eso comencé a reírme como loca. Él frunció el ceño y me vio confundido — ¿Qué sucede?

—Dijiste "bueno" y bueno comienza con "b" —Seguí riéndome. Él negó y suspiró, decepcionado.

—Pediré que no te pongan más tranquilizadores —Susurró.

—Bien —Volví a reírme al haber dicho "bien".

—En cuanto vengan tus padres tenemos que hablar con ellos, ya los llamaron y de seguro ya vienen para acá porque estaban en una playa un poco lejos de aquí.

—La mala noticia es que Renee les envío una copia de esas fotos. —Dije y Jonathan cerró sus ojos.

—Terry debe estar molesto conmigo, molesto es poco Emma...

— ¿Qué haremos? —Pregunte.

—Escucha, yo tengo que ir por mi teléfono, anoche lo perdí y hoy temprano fui a una agencia para que me dieran un teléfono nuevo con mi número anterior porque en cualquier momento puedo recibir una llamada de mi trabajo y tendré que irme, pero es un azar. Así que iré por mi teléfono y regresare lo más rápido posible. —Dice él.

—No, Jonathan... No te vayas, por favor —Suplique.

—Lo siento, Emma. Tengo que ir, regresare antes que tus padres, tenlo por seguro. La agencia está cerca, en media hora estaré aquí.

— ¡No me dejes sola! —Grite y comencé a llorar.

—Dios mío, creo que te han puesto demasiados tranquilizantes. —Se acerca a mí y agarra mis manos —No llores, no es para tanto. Regresare en media hora. Sólo iré a pagar, me darán el celular y vendré aquí, listo.

— ¿Qué tal si alguna zorra se pone a coquetearte? —Dije llorando. Él puso los ojos en blanco.

—La ignorare.

— ¿Si son cincuenta?

—Ignorare a las cincuenta.

—Eso te quitara tiempo.

— ¡No inventes! Ni que fuera un famoso actor que todas las mujeres se derriten por él, duh.

—No pero eres sexy y excitante. No quiero que te vayas... ¿Qué tal si Renee sabe que no morí y viene a intentar ahogarme con mi propia almohada o intenta inyectar veneno en el suero? —Digo sollozando.

—Primero, haz visto muchas películas baratas, Emma. Segundo, estoy casi seguro que Renee ya no está en México. Tercero, Emma no tienes suero puesto, no es necesario. —Dice tratando de tranquilizarme.

—Ah —Suspire al darme cuenta que no tengo suero canalizado —No quiero que te vayas, me gusta estar contigo, acuéstate conmigo ¿Sí?

— ¡Niña! —Gruñe y pasa una mano sobre su rostro —No tengo tiempo para esto, entre más tiempo me retengas más tarde regresare.

—Pero... —Suspire y accedí — Jonathan antes de que te vayas ¿Cómo llegue aquí?

—Yo te traje, cuando venía de regreso pase por ese bungalow que dices, lo vi en llamas y escuche a alguien gritar. Nunca imagine que eras tú y corrí para ayudar a quien sea que estuviera ahí, mi sorpresa fue verte... —Explica.

—Gracias, Jonathan. Salvaste mi vida, por un momento creí que iba a morir —Dije y él se acercó a mí.

—Te amo Emma y no sé qué hubiera hecho si te hubieras muerto —Me da un beso en los labios —Ya verás que todo saldrá bien, confiemos en que todo estará bien.

Me da un último beso y sale de mi habitación. El doctor entra a mi habitación y se presenta, se llama Taylor y es muy guapo, la mayoría de mexicanos son guapos.

Él me dijo que estoy bien, que me había desmayado por falta de oxígeno y un montón de palabras profesionales que no me importan, lo que importa es que estoy bien, ¡Ya! Y dice que mi cambio de emociones es porque al venir aquí estaba en estado de shock, estaba despierta y me pusieron mucho tranquilizantes y unas pastillas para aliviar mis malestares y tienen efectos secundarios que no afectan a la mayoría de personas, sólo al 1% ¡Yo soy ese uno por cierto,Cool!

Pasó la jodida media hora que Jonathan dijo y no ha venido. Pasaron quince minutos y tampoco. Regresó el doctor.

—Hola Emma, vengó a ver cómo has evolucionado —Dice él amablemente.

—No soy mono ¿Cómo podría evolucionar?

Él se ríe por lo bajo.

—Veo que aún estas bajo los efectos de los tranquilizantes, quizás son demasiado fuertes para ti. —Dice riéndose.

—Jmm... Bueno, lo que diga. —Dije seria y él me volvió a chequear.

—Cuando vengas tus padres te daré de alta —Dice al terminar. —Tuviste suerte de sólo fracturarte el radio y metacarpo, en el cúbito sólo tuviste una fisura. En un mes y medio te pueden quitar el yeso.

— ¿De verdad?

—Sí, que bueno que te sacaron de ese lugar, un minuto después y hubieras muerto quemada —Dice y se pone el estetoscopio alrededor de su cuello. —Tienes la presión baja pero quizás es porque no has comido nada. Le pediré a una de las enfermeras que te traiga algo de comer.

— ¡No! Dicen que la comida de hospitales es asquerosa —Dije y él se rió.

—Eso es en las películas, aquí es deliciosa.

—Eso espero. —Él sonrió. Se disponía a salir cuando se me ocurrió preguntarle por Jonathan, quizás lo había visto, no lo sé. —Doctor, ¿De casualidad no ha visto al señor que me trajo? Se llama Jonathan Good.

—Ah, él te trajo aquí, entonces —Dijo riéndose por lo bajo.

— ¿Lo ha visto?

—Debí suponer que es un cobarde —Murmuró asegurándose que no lo escuchara pero se equivocó, lo escuche a la perfección. Maldito idiota. —No lo he visto, pero imagino que no ha venido porque hace veinte minutos vinieron unos oficiales a preguntar por él, lo andan buscando.

Pero que... ¿Qué carajo?

—Creo que es una falta de respeto de su parte que le diga así a las personas, considerando que usted es médico —Dije molesta. Él se puso nervioso y se sonrojó.

—Disculpe, señorita. —Se disculpa y se dispone a salir de la habitación.

— ¿Disculpe señorita? ¿Sabe qué? Es un maldito idiota y el cobarde es usted por no decir las cosas en alto y murmurarlo sólo para usted —Dije un poco fuerte pero no gritando. Él se puso más nervioso.

—Señorita Evans, por favor tranquilízate, lo siento tanto.

— ¿Cómo que lo siente?

—Por favor, si no tendré que ponerle otro tranquilizante —Amenazó él y trate la manera de hacerlo. Odio que digan esas cosas de Jonathan pero creo que me altere por esos efectos secundarios que afectan demasiado mis emociones.

El doctor no dijo nada más al verme tranquila y sale de la habitación avergonzado.

Esto no puede ser, conociendo a mi madre y lo paranoica que se le ha de haber pedido a mi papá que pusiera una denuncia en contra de Jonathan. Esto no puede ser.

𝓉𝑜 𝒷𝑒 𝒸𝑜𝓃𝓉𝒾𝓃𝓊𝑒...  

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