¿Conoces ese lugar entre el sueño y el despertar, el lugar donde todavía puedes recordar los sueños?
Ahí es donde siempre te amare, donde te estaré esperando.
...
Jala mi cabello una vez más, intento ser más rápida que ella pero no logro predecir hacia donde hará el siguiente movimiento, doblamos en el primer pasillo y salimos a la intemperie, el frio golpea cada parte de mi cuerpo, me recuerda que aún estoy viva. Trato de mantenerme calmada mientras surge la primer oportunidad para que pueda escapar, si todos están aquí puedo tener éxito. Tengo miedo, ellos me tienen. Miro de soslayo a la mujer que viene conmigo, quiero preguntarle sobre Javier pero no me atrevo a decir nada, no a ella, sus ojos emanan una furia impresionante, tantos años de odio reprimido están saliendo a flote en estos momentos y decido que es más inteligente obedecerla antes de que me mate aquí mismo. Se detiene detrás de un arbusto y escucho que quita el seguro del arma, mierda.
– Camina rápido, el auto está ahí enfrente –Susurra como si alguien más pudiera escucharnos pero dudo de eso, estamos solas y todo el bosque o lo que sea donde estamos, está vacío, a lo mucho algún roedor podría asustarnos.
Cassandra coloca el arma sobre la fina tela de mi vestido, siento el metal frio rozar con la débil piel de mi espalda, trato, en verdad intento no llorar, trato de mantener la esperanza, Louis va a encontrarme, ellos no dejaran que nadie me haga daño. A pocos metros de nosotras esta una vieja jeep de color negro, busco mi camioneta, ellos me trajeron el baile en mi propio auto, a pesar de que era peligroso. Llegamos hasta nuestro destino, abre la puerta del copiloto y me lanza al asiento, mi cabeza no previene el movimiento y siento el plástico frio chocar con mi frente, me duele pero no quiero demostrarlo, no seré débil, no frente a ella. Cassandra suelta una risita, rodea el auto y entra, si tal vez supiera donde estoy saldría corriendo pero con ella solo tengo puntos menos. A diferencia de Javier, a ella no le importa matarme, al contrario, ese es su plan, si yo muero tiene oportunidad de tomar mi herencia.
Intento no mirarla pero me es casi imposible, no sé por qué pero presiento que está mucho más enojada de lo que debería y esta vez no es conmigo, mis manos se aferran a mi vestido, quiero saber a dónde me lleva, aun no conozco del todo Londres y la penumbra no me deja ver el camino que seguimos. Estoy confundida desde que llevaron a Vanessa, un par de horas después apareció Cassandra para decirme que ahora ella se haría cargo de todo y así fue. Fue ella quien me llevo al baile y se encargó de vigilarme a cada minuto que pudo, si Louis no me hubiese dejado sola ya estuviera a salvo. Agacho mi cabeza y mi ánimo decae hasta el inframundo, por un pequeño momento, mientras estuvimos solos los dos creí que las cosas se solucionarían, por un momento pensé que todo podría volver a ser como antes, pero en cuanto Cassandra irrumpió en el cuarto me di cuenta de la realidad, ellos en verdad quieren matarme.
– Javier fue muy estúpido al pensar que Demian no descubriría la verdad –Su voz rompe el silencio– Dudo mucho que Demian este feliz al saber que pensaba llevarte con él y formar una familia feliz –Y una sonrisa cargada de odio y malicia aparece. Desde que la conocí pensé que mi "tía" era la clase de mujer que aparenta ser buena pero es una tremenda perra, cuando leí las cartas de mis padres comprobé en gran parte mi teoría, pero teniéndola aquí, difiere mucho de mi idea inicial, de buena mujer no tiene nada, en realidad es una tremenda perra y en estos momentos parece ser la mismísima encarnación del Diablo en la Tierra.
– ¿ El... esta... Javier...
– ¿Muerto? –Interrumpe, le tengo tanto miedo que no pude articular una estúpida pregunta– A estas alturas me sorprendería si Demian aun lo mantiene vivo –Su sonrisa se amplía y mi miedo también– No debes preocuparte por tu dinero, haremos un muy buen uso de él –me mira de reojo– Velo como un pago por todo lo que tu madre me hizo. Carol, la hermosa, tierna y perfecta Carol –Sus ojos se cargan de rencor al hablar de mi madre– Yo era muy feliz junto a Joe hasta que ella decidió que también lo quería para él, tu madre se interpuso en mi relación y como solía hacerlo con todos utilizo su belleza y esa típica fase de niña tonta para conquistarlo –Puedo ver como aprieta su mandíbula mientras habla de ella– Fue mi mejor amiga Sophie, a pesar de todo la quise mucho y cuando ella murió intente ofrecerle a tu padre mi ayuda pero me rechazo, ni siquiera me permitió conocerte, ¿Sabías eso?. Carol le metió ideas en la cabeza que nunca fueron ciertas y él se alejó de mí. Si ella se hubiese quedado con Sebastián yo hubiese sido feliz con tu padre, todos ganábamos Sophie, pero ella fue egoísta y prefirió que todos sufrieran con tal de tener solo un microsegundo de felicidad –La avenida se vuelve conocida, distingo el camino, vamos hacia el cementerio donde está mi madre– Debo admitir que eres muy parecida a ella, sus ojos son idénticos y esa hermosa melena que tienes es muy similar a la que ella tenía a tu edad, aunque también eres muy parecida a tu Padre, eres igual de estúpida y miedosa que él. Si hubiese sido lo suficientemente hombre para enfrentar a Demian tal vez tu madre aun seguiría vivía. Perdón, casi lo olvido, la única causante de su muerte eres tu Sophie, desde tu edad ella supo que por sus condiciones le era muy difícil ser madre, pero no tuvo opción, tú venias en camino –El tono de su voz cambia, quiere herirme y lo ha logrado, el tema de mi madre me afecta más que cualquier cosa, porque yo sé que es verdad, ella murió por mi culpa. Cassandra mantiene una sonrisa de satisfacción.
"Mantén la calma Sophie, todo saldrá bien, pronto estarás bien" Me repito mentalmente a manera de mantra, he querido decirle algunas cosas a Cassandra pero su raciocinio no es muy grande, lo único que conseguiré son golpes y más insultos o frases estúpidas de su parte, por el momento mi único escudo protector es mi silencio. Cassandra disminuye la velocidad considerablemente, su teléfono suena y eso solo logra un efecto placentero en ella, lo está disfrutando, toma la llamada pero se toma su tiempo para activar el altavoz.
– ¿Está contigo? –La voz fría del otro lado de la línea solo hace que mi piel se erice, es mi abuelo.
– Sí –me mira– Mándale saludos a tu abuelo linda Sophie –Ordena mientras libera su mano del volante y la aproxima a mi mejilla, mi piel se retrae ante su tacto.
– No seas estúpida Cassandra –La severidad con la que habla hace que Cassandra deje de sonreír– Tráela rápido, quiero terminar con todo esto. Además debemos aprovechar mientras todos están aún en el baile, se han creído lo del accidente, todos están ahí –Dice, no sé de qué hablan pero si hubo un accidente lo más probable es que hayan dañado a alguno de mis amigos.
– Estaremos halla en un par de minutos, prepara todo –Responde Cassandra y corta la comunicación, me mira de soslayo, lo hace continuamente, como si tuviera oportunidad de escapar, Finaliza la llamada y por primera vez puedo percibir su miedo, ella también teme a todo esto.
– ¿Cómo puedes permanecer tan tranquila? –Pregunta, el tono de su voz me toma por sorpresa, en verdad estoy muriendo de miedo.
– ¿De qué accidente hablaban? –Mi voz es firme, incluso yo me sorprendo de poder hablar de esta manera frente a ella.
– Demian ha hecho todo para distraerlos, han creado un accidente falso con tu camioneta –Aclara. Mi cuerpo se relaja un poco, no han lastimado a nadie, aún.
– Hemos llegado Sophie –Dice, miro a través de la ventana, estamos en el cementerio. Mi cuerpo abandona su fuerza y lo único que aparece en mi mente es Louis, él sabe la verdad, me ama, vendrá por mí.
Si no es por Cassandra no estaría caminando, la realidad me golpeo con fuerza segundos atrás, dudo mucho que alguien llegue antes de que ellos me hagan algo, su mano se aferra a mi cabello con fuerza, mi cuero cabelludo escuece y por un momento la creo capaz de arrancar cada fibra de pelo, ella está lista para esto, a pocos metros de mi esta la tumba de mi madre, puedo ver a dos personas ahí, una de ellas es Vanessa, mi cuerpo se relaja al saber que aún sigue con vida, mi corazón late con fuerza, la otra persona debe ser mi abuelo. Mi respiración se vuelve cada vez más rápida, mi mente se bloquea y no puedo pensar con claridad, lo único que quiero es que Louis venga por mí, él debe de estar aquí. Llegamos hasta nuestro destino y Cassandra aprovecha la debilidad de mi cuerpo para aventarme al suelo, mi cabeza se golpea directamente con el mármol de la tumba y un dolor punzante estalla dentro, mi vista se nubla un par de tonalidades y los ruidos a mi alrededor se vuelven distantes, lo único que soy capaz de percibir son los lloriqueos de Vanessa. Elevo mi rostro y puedo verla, la han amarrado.
– Tú serás la que le avise a su padre –La voz de Demian resuene en mis oídos con claridad, está cargada de odio y rencor. Mis brazos tiemblan pero hago que todas mis fuerzas se reúnan, me levanto unos cuantos centímetros y lo miro.
Frente a mi esta un hombre de no más de sesenta años o eso aparenta, su espalda permanece recta a pesar de su edad, es alto, muy alto, su tono de piel es claro, pálido, tiene ojos pequeños, almendrados y de un precioso tono café, como los míos, su cabello solía ser de un tono negro al menos eso creo, las canas han acabado con él, sus labios permanecen firmes y creo que está apretando su mandíbula, sabe que lo estoy examinando y no le agrada mi acción, pero no me importa, soy lo único que queda de su hija y el la única familia que me queda de mi madre. Demian da dos pasos hacia mí, se coloca de cuclillas y me mira más de cerca.
– Te lo dije, es idéntica –Es la voz de Cassandra.
– No –La firmeza de su voz es severa– Mi hija era hermosa, fuerte y valiente, no es nada en comparación con ella, no entiendo porque tuvo que morir –Dice. Mis ojos se cristalizan y las lágrimas fluyen, me elevo para tocar su rostro pero para antes de que lo haga siento un golpe en mi espalda y me manda al suelo, Cassandra estalla en una risa sardónica, puedo sentir su tacón clavado en mi piel, Vanessa chilla y se zangolotea pero dudo mucho que tenga las fuerzas suficientes para zafarse.
– ¿Qué has hecho con Javier? –Pregunta la mujer, su pie continúa sobre mí y me duele.
– Esta en el hotel con las cosas de Sophie –Dice Demian, escucho que mueve algo, miro de reojo la tumba de mi madre, tiene flores, alguien la ha llenado de hermosas orquídeas.
– ¡¿Lo has dejado con vida?! –Pregunta atónita.
– No hay tiempo para esto Cassandra, pero ten en cuenta que cuando ella muera a la primera que buscarán será a ti, será el quien te salve de todo eso –Dice, camina hacia mí– Para cuando despierte tal vez este en la cárcel –Aclara.
La opresión de su tacón me libera, mi espalda se encorva en busca de recuperarse, mi cuerpo me reclama el trato que ha recibido los últimos días, apenas si me han alimentado. Demian camina hasta mí, no comprendo ese gusto por mi cabello, sus dedos se enredan entre él y me levanta de golpe, avanzamos hacia adelante y me posiciona frente a la tumba de mi madre.
– Por mucho que te parezcas no eres ni la mitad de lo que fue mi hija –Murmura, siento su dolor y aunque no lo crea lo comparto. Es extraño como puedes amar a alguien que jamás conociste pero es posible, yo amo a mi madre y puede que me duela más a mí que a él su muerte. Cassandra me regala un tremendo golpe detrás de la rodilla obligando a mis piernas a doblarse, quedo hincada sobre el mármol, sobre las hermosas flores que han puesto– En cada casa que compre coloque un hermoso jardín de orquídeas, tu madre amaba esas flores, y cuando ella murió arranque cada flor que puse para ella –Escupe. No me atrevo a verlo, con sentir su dolor me basta. Percibo que su mano se eleva, un metal frio roza la piel de mi sien, mi sistema se alerta y cada poro de mi cuerpo emana un sudor frio, está por suceder, ellos ganaron, ellos me tienen. El duda, puedo sentir como tiembla pero a pesar de eso su dedo esta sobre el gatillo, tengo mucho miedo, no tengo esperanzas de que lleguen, mis parpados se aprietan lo más fuerte que puedo, me duele mi pecho y el nudo de mi garganta cae hasta mi estómago causando una explosión caótica en mi cuerpo, mi fe se esfuma y no puedo hacer nada para guardar mi calma. Lo único que pasa por mi mente es Louis, me enfoco en sus ojos, sus hermosos ojos, él será lo último que me acompañe. Miro a Vanessa, ella llora y se zangolotea, pero no logrará nada.
– El sabrá lo que yo sentí –Dice, está por hacerlo y entonces todo sucede en cámara rápida.
El cuerpo de Vanessa cae al suelo, esta inconsciente, quiero llegar hasta ella pero el brazo de Demian me lo impide, está viva, su pecho se mueve al ritmo de su respiración, miro hacia la penumbra y logro visualizar su cuerpo con claridad, es Javier, Javier está aquí. Sin rodeos suelta un disparo directo al pecho de Cassandra, su blusa se inunda de sangre en un microsegundo, trato de hacer algo pero dos disparos más hacen que entre en shock.
Miro a Javier, sus ojos emanan furia y la forma en la que observa a mi abuelo hace que mi cuerpo se estremezca, su mirada está cargada maldad pura, da dos pasos hacia al frente y apunta en dirección a mi abuelo, Demian gruñe.
– Antes solías mirarme con respeto Javier –Mi abuelo me suelta, se posiciona frente a mí como si buscara protegerme pero sé que no lo hace, lo único que quiere es matarlo para después deshacerse de mí. – Todo lo que tienes me lo debes a mí –Espeta. Javier no responde ante sus palabras, sólo no deja de mirarlo, lo está desafiando. Me muevo con delicadeza, necesito ver a Vanessa, me detengo al ver el cuerpo de Cassandra, debajo de ella hay un charco de sangre, está muerta, Javier la ha matado. Mis ojos se vuelven hacia Javier y en ese preciso instante Demian aprieta el gatillo. El ruido hace eco en el lugar, Javier suelta un grito y lleva su mano hasta su hombro, le ha disparado pero no con mucho éxito.
– Me sorprende que falles, estas nervioso –La voz de Javier es ronca, Demian me mira de reojo y me atrapa en movimiento, me suelta un golpe en la cabeza y caigo al suelo de nuevo, trato de reponerme pero esta vez el golpe ha sido más fuerte, mi vista se ha oscurecido más que minutos atrás. Intentó moverme pero el dolor es demasiado fuerte como para permitirme realizar cualquier movimiento. Escucho los pasos de cada uno, las hojas de los árboles se fragmentan debajo de sus zapatos, no soy muy consciente pero el ruido de la pistola hace que mi sistema se ponga alerta, han disparado dos veces más, miro la escena y puedo ver el cuerpo de mi abuelo desplomándose al suelo, su camisa se inunda de un color rojo escarlata en pocos segundos, mi cuerpo se forma un ovillo, intentó protegerme. Javier se acerca a mí, escucho sus pasos cada vez más próximos, quiero mirar pero no me atrevo, no me ayudara lo sé, ya no es el Javier que pretendía ayudarme.
– Tu padre ya está aquí, lo he visto cuando llegue –El tono que usa es frío– Si me hubieses obedecido nada de esto habría pasado –Aclara, quiero decir algo pero mi cuerpo no para de temblar, el temor se presenta.
– Vendrá por mí –Murmuro, me sorprende que pueda hablar y me arrepiento a los pocos segundos de haber abierto la boca, él se agacha para quedar a mi tamaño, acerca el arma a mi cuerpo y sonríe.
– Lo sé –Puedo ver un amago de sonrisa– Vendrá por lo que queda de ti –Susurra.
– ¡Aléjate de ella! –La voz de Joe me llama, mis ojos lo buscan, Javier mira sobre su hombro y sin rodeos presiona el gatillo, una... dos... tres veces.
No sé cómo lo hacen, no sé qué está pasando, no logro aclarar mis pensamientos, puedo sentir cada milímetro de mi cuerpo palpitar, mierda. Elevó mi cabeza un poco, justo en mi abdomen hay un cúmulo de sangre, mis manos presionan con fuerza pero no logro nada, el dolor no disminuye y la sangre no cesa. Intentó mover mis piernas pero no responden, mi muslo derecho está caliente, con mi mano temblorosa busco el origen de la fuente calor y descubro más sangre. Javier logro dispararme dos veces. Quiero mirar a todos lados y ver qué sucede pero no puedo hacerlo, conforme los segundos avanzan mi cuerpo se vuelve cada vez más débil, siento como mi respiración cesa. Escucho mucho ruido, soy consciente de ello. Una parte dentro de mi despierta, siento como mi vida se va y nadie se acerca a ayudarme, intentó ponerme de pie, gritar, hacer algún movimiento pero mi cuerpo no responde a las órdenes que mi cerebro manda, el temor se apodera de mí, lo necesito a él.
Alguien cae detrás de mí, cerca de mi cabeza. Su aroma penetra en mis fosas nasales y una parte de mi vuelve a la vida, está aquí, vino por mí. Mis ojos lo buscan y no tardó en encontrarme con los suyos, las manos de Louis ahuecan mis mejillas, eleva un poco mi cabeza y la coloca sobre sus piernas, el calor de su cuerpo me calienta, me trae de vuelta con él. Quiero hablarle, necesito pedirle perdón, abro mi boca pero sus manos me detienen, sus lágrimas resbalan sobre sus mejillas y caen sobre mi rostro, verlo de esta manera me mata.
– La ambulancia ya está aquí, se fuerte Sophie –Murmura, creo que sonrió aunque no puedo asegurarlo, al final él está aquí, conmigo. En este momento no estoy muy segura sobre el destino que tome mi vida pero de algo soy consciente, por una vez, por muy corto que fue, me amaron y ame, tuve la oportunidad de saber que es el amor. Solo puedo arrepentirme de una cosa, fui demasiado débil como para permitir que todo esto sucediera, debí detenerlo a tiempo. Mi mano se eleva, hago uso de todas mis fuerzas y busco su mejilla, mis dedos apenas si rozan su piel, es perfecto, él es perfecto.
– Gracias –Susurro, mi aliento se desvanece, no creo que pueda aguantar mucho.
– Quédate conmigo linda, por favor no me dejes, no puedes hacerlo, no ahora –Suplica, su voz se quiebra, él debe saber que estaré bien.
– Probablemente no lo recuerdes... No... No se... Solo debes saber que yo... yo te amo Louis –Mi voz es rasposa, las lágrimas pelean por salir y no soy capaz de retenerlas. En la boca de mi estómago nace un calor urente, en un par de segundo detona y se propaga por cada parte de mi cuerpo consumiendo el poco calor que conservaba, dejando a su paso frialdad pura, múltiples punzadas atacan mis miembros y el dolor se esfuma, todo desparece, lo único que queda aquí es él.
– Shhh –Dice mientras aprovecha para acariciar mi rostro, la única parte de mi cuerpo que esta despierta es donde él me toca– Es imposible olvidarte Sophie, a pesar de todo siempre supe que eras tú –Sisea. Sus labios se aproximan a los míos y me besa, no es más que un simple beso cargado de amor, un ligero roce de labios, el mejor que me ha dado. Sus lágrimas caen sobre mi boca y logro percibir un ligero sabor salado.
– Mereces ser feliz... Mientras... mientras tanto... Yo estaré ahí... –Trago saliva, mi boca se ha secado por completo– Siempre... yo... yo te estaré esperando –Logro decir, mi cuerpo está más débil, mis parpados se cierran sin que yo lo permita, me siento cansada y una sensación de sueño se ha instalado en mi sistema.
– No Sophie, no me dejes, por favor no lo hagas –Suplica, está llorando, quiero pedirle que paré pero no puedo hablar, ya no puedo.
Mis ojos se abren por última vez y el sigue ahí, una tranquilidad inmensa me toma, si es que voy a morir lo último que quiero llevarme de aquí es una imagen de él, mi él, mi primer y único amor. Trato de mostrarle una sonrisa pero la debilidad me vence, no sé si lo hago o no, mis ojos se cierran y me escapo, siento que mi cuerpo y yo nos alejamos, quiero moverme pero no logro nada. Una oscuridad inmensa se posiciona alrededor de mí, no hay nada, no veo nada. Un calor nace en mis labios, es él, me está besando. Una luz blanca aparece, consume la oscuridad de todo lo que me rodea y una paz inmensa me guía, me consume, su beso me ayuda, estoy aquí, estoy bien, me llevo a nuestro lugar, el lugar de los sueños. Sus labios presionan con fuerza los míos y entonces todo desaparece, solo hay paz, tranquilad.
FIN.