-¡Scott! -llamó Stiles trepando por la pared de la casa de su amigo sin esfuerzo. De prácticamente un salto entró por la ventana del cuarto del alfa, que se quedó mirándole con una ceja alzada. -¡Necesito tu ayuda!
Scott se quedó parado, mirando de frente a su mejor amigo, que lo miraba con cara de pánico. Rodó los ojos y abrió la boca para hablar antes de que lo hiciera de nuevo Stiles.
-¿Te importa? -dijo poniendo los brazos en jarras.
-¿Eh? -musitó confundido. Frunció el ceño y miró mejor a su amigo. Su mirada entonces se centró en una cosa en la que hasta entonces no había advertido. -¡Guarro! ¡Avisa de que estás en bolas! -gritó dándose la vuelta.
-Fuiste tú el que entró sin avisar. -escuchó como reía el alfa, cogiendo la ropa interior que tenía ya preparada sobre la silla del escritorio.
-Los lobos tenéis un problema con el nudismo... -murmuró entre dientes el jaguar, girándose al sentir una colleja suave. Respiró con alivio al ver de nuevo vestido a su mejor amigo.
-¿Y bien? ¿Para qué me necesitabas? -dijo sentándose en la silla del escritorio para ponerse los calcetines.
-Tengo que organizar una cita.
-¿Qué? -rió Scott- ¿Y me pides ayuda... a mí?
-Sí, sí, ya sé que eres un desastre y que en la última cita que organizaste casi matas a Kira por no acordarte de su alergia a los frutos secos, pero... al menos tienes más experiencia que yo.
-Y acuérdate de la primera. -rió Scott.
-Cierto... -dijo pensativo Stiles, terminando con una risita. -De todos modos, entre tú y yo, tú tienes más experiencia.
-Pregúntale a tu nuevo gran amigo Jackson. -dijo con sorna Scott, que estaba al tanto de todo.
-Pues igual lo hago. -dijo en broma Stiles. -Tío, en serio... -gimoteó dejándose caer sobre la cama de Scott, que lo miró con una ceja en alto.
-¿Pero por qué tanto empeño en hacer una gran cita? -bufó Scott.
-¿Que por qué? -casi gritó el jaguar incorporándose. -¡Porque es nuestra primera "cita" como tal! Y porque no quiero proponer una cita de adolescente idiota. Quiero... quiero montar una cita que diga "soy un adolescente pero que sepas que sé hacer cosas y programar planes que no tengan que ver con ir a jugar a las maquinitas y comer pizza". De hecho... ha vetado comida italiana ¡porque sabe que diría de ir a la pizzería de siempre en la que te ponen helados con pepitas de chocolate! -lo último lo dijo con voz desesperada, pero Scott rió por lo bajo sabiendo que ese hubiera sido "el gran plan" de Stiles. -¡¡Que no te rías!! Que mi relación depende de esto...
-A ver, Stiles... -comenzó Scott aún riendo. -Si tu relación con Derek depende de que programes una gran cita, vas mal. -dijo volviendo a reír, viendo el gesto angustiado de Stiles, que volvió a enterrar su cara en el colchón de su amigo. -En serio te lo digo, tío. Derek no está contigo por cómo harás la primera cita...
-Ya bueno, pero es que tampoco entiendo aún por qué está Derek conmigo. -espetó Stiles, dejando al lobo boquiabierto. Se incorporó de nuevo y miró a su mejor amigo con ojitos de gatito apaleado (de hecho los tenía amarillos) -¡En serio! ¿Tú le has visto? ¡Está tremendo! Y yo... bueno, he mejorado tras la transformación, pero no dejo de tener esta cara de niño idiota -dijo estirándose de las mejillas. -¡Y estos pelos de ex toxicómano! -Scott separó los labios para hablar, pero Stiles estaba desatado y su verborrea acechaba. -Y ya no lo digo por el físico. ¿Sabes en la cantidad de problemas en los que se podría meter por estar con un menor? Vale, vale, mi padre lo aprueba, pero aún así... ¡trabaja para mi padre! Los demás agentes podrían meterse con él llamándole "enchufado" y... y bueno...
-Espera Stiles. -logró parar Scott, entre risas, a su mejor amigo. -¿En serio estás preocupado porque los demás policías se metan con Derek? ¿Derek Hale? -volvió a reír Scot.
-¡Pues sí! -aseguró cruzándose de brazos para descruzarlos inmediatamente y empezar a gesticular. -Y ya no es solo eso, Scott, es que soy un niñato hiperactivo y verborreico al que le gusta dormir en las estanterías de arriba y que le pasan cosas raras, pero no raras normales como las vuestras, no... raras de cojones. Que si ahora tengo otitis, que si ahora mi jaguar se vuelve loco y puede que intente matar a quien me intente dominar, que si le atravieso el pecho, que si beso a su tío, que si ahora me entra el celo, que si ahora me da por lloriquear por las esquinas... ¡Por no olvidar el frío! Sé que le jode y que jamás lo admitirá en voz alta, pero sé que no duerme cómodo cuando me acurruco contra él porque hace frío. En serio, su puta casa es una nevera.
-¡Stiles! -gritó Scott cogiéndole de los hombros. -Deja de pensar en absurdeces de por qué no deberías gustarle a Derek y piensa en el por qué le gustas.
-Ya bueno... es que es eso lo que no entiendo. ¿Que no me escuchas?
Scott le zarandeó para intentar relajar al jaguar, que torció la cabeza, alzando una ceja sin entender. El alfa suspiró y le soltó para ir a sentarse de nuevo en su silla.
-Tienes razón. -dijo de golpe, viendo el gesto lastimoso de Stiles. -Que Derek esté contigo, que te perdone tantas cosas... no tiene sentido. Pero es así.
-Se supone que tienes que animarme. -dijo con un hilillo de voz el jaguar, que comenzaba a notar cómo se le encharcaban los ojos.
-No te me pongas ahora a llorar... -sonrió dulcemente Scott, yendo hacia él. -No me has dejado terminar. -Dijo sentándose a su lado y mirando al suelo siguió. -Lo cierto es que aunque no tenga sentido, él te da algo de serenidad (no mucha, porque eres Stiles) y tú le das algo de remedio anti amargura. Entiendes mejor que nadie a sus cejas y no sólo desde que sois pareja, si no que siempre habéis tenido ese toque de conexión que jamás he visto en nadie... El caso es, que aunque suene muy cursi y si le dices a alguien que lo he dicho lo negaré... el caso es que os complementáis. Nunca he visto a Derek tan equilibrado como desde que está contigo y nunca te he visto a ti tan bien como desde que estás con él. -dijo volviendo a mirar a Stiles, que se lanzó sobre Scott en un abrazo.
-Eres un cursi. -rió Stiles.
-Si sale de aquí, lo negaré. -acompañó a Stiles con sus risas y abrazando también a su amigo.
-Sí, sí... muy bonito. -dijo separándose por fin el jaguar. -Pero no me has ayudado en nada con lo de la cita.
-Pues... yo qué sé... llévale a cenar a algún sitio y después a un pub a tomar una cerveza antes de ir a casa y... bueno... yo ahí ya no me meto.
-Mi padre no me deja dormir en su casa. -rió Stiles al ver la mueca de Scott. -Aunque ayer hizo una excepción y...
-¡Que no me cuentes esas cosas! -gritó Scott lanzándole la toalla aún húmeda, haciendo que Stiles rompiera en carcajadas.
-¡Por cierto, Scott! -llamó de repente a su amigo.
-Dime. -dijo el alfa.
-Kira tiene que estar muy contenta con... -dijo señalando la entrepierna de Scott, con una sonrisa pícara. Y logró su cometido, pues su mejor amigo se puso rojo y, cuando Stiles estalló en carcajadas, lo lanzó por la ventana mientras le gritaba "¡Vete a preparar la cita, imbécil!".
***
Fue a las cuatro de la tarde cuando Derek llamó a Stiles, que ya lo había preparado todo y sólo tenía que ducharse y vestirse. Así que a las cinco, Derek aparcó su amado Camaro a la puerta de la casa de los Stilinski y salió para después trepar por la pared hasta el cuarto de su novio. Porque claro, las puertas estaban sobrevaloradas.
-Ya casi estoy. -dijo entrando en ese momento Stiles en su cuarto, cuando Derek terminaba de entrar por la ventana.
-¿Una hora para prepararte?
-Es que me he entretenido con el ordenador... -sonrió, culpable, Stiles.
Mientras Stiles iba al armario a coger una camiseta, Derek se acercó a la pantalla del ordenador, donde estaba abierta una pestaña de la wikipedia.
-Megalaima oorti. -leyó en alto para acto seguido girarse hacia Stiles, que le miró sonriente.
-Es un pájaro. -comentó emocionado.
-Ya lo veo. -contestó señalando la foto que aparecía en la página principal.
-¿No es precioso? -preguntó aún más sonriente. -Tiene un montón de colores, sobre todo en su cabeza... depende de dónde lo veas, tiene un nombre u otro, pero lo más interesante de este pájaro es su manera de cantar. Es como un "tok-tr-trrrrrrt", con énfasis al final... ¡Y lo repite hasta 24 veces por minuto! -terminó completamente emocionado, bajo la atenta mirada de Derek.
-Y después dicen que tú no paras de hablar... -comentó irónico el lobo.
-¡Y os quejáis de mí! -rió entonces Stiles.
-¿Entonces a partir de hoy te llamamos Megalaima-loquesea?
-No, no. Stiles mejor.
-Ya... -sonrió de medio lado Derek.
Stiles y Derek quedaron entonces separados por unos centímetros, distancia que Stiles recortó en un rápido beso que Derek alargó tras atraparle por la cintura. Se besaron durante unos minutos hasta que el lobo lo aupó sobre él para posarle con cuidado sobre la cama y comenzar a devorar el suave cuello del jaguar, que se retorció entre risas.
-Cosquillas. -dijo al ver los ojos verdes clavados en él.
-Ya... -dijo el lobo apoyándose sobre un codo mientras se rascaba la barba, algo larga de más.
-Estás guapo igual. -dijo dándole otro beso en los labios. -Pero haces cosquillas. -añadió volviendo a reír, bajo la divertida mirada del lobo.
-También podría dejarme la barba larga y ver cómo jugueteas con ella como si fuera un ovillo de lana. -dijo Derek incorporándose.
-Qué sentido del humor... -dijo Stiles bufando, pero aún de muy buen humor. -Pues ahora cancelo los planes y nos vamos a cenar pizza.
Stiles se levantó también y fue a por su móvil que estaba sobre la mesa, lo metió en el bolsillo trasero del pantalón y se giró por fin para mirar a Derek, que estaba mirándole con una ceja alzada.
-Aún no me has dicho donde vamos.
-A la pizzería. -sonrió Stiles.
Derek rodó los ojos y Stiles pasó por su lado aún con una sonrisa pícara en la cara. Los dos bajaron juntos las escaleras y tras cerrar bien la puerta, fueron hacia el coche. Una vez dentro, Derek condujo hasta un pub para tomar algo, pues aún era pronto para cenar.
Al llegar a un pub típico irlandés, Derek se pidió su adorada Triple Quadruppel y Stiles una coca-cola. Se sentaron juntos en un banquete mientras hablaban de cosas aleatorias (más bien Stiles hablaba y Derek opinaba acerca de lo que Stiles decía). También hablaron de todos los detalles de su estancia en Londres, de lo que Derek había hecho mientras tanto... Sin embargo, mientras se acercaba la hora de ir a cenar, el lobo cada vez hablaba menos, intentando averiguar a qué sitio irían a cenar y aunque en varias ocasiones intentó sonsacarle información, el jaguar se mantuvo firme en guardar el secreto.
-Stiles, dime donde vamos. -dijo por enésima vez el lobo, esta vez sentado ya dentro del Camaro.
-No. Tú ve conduciendo y yo te voy guiando. -contestó seguro el jaguar. Sin embargo, su sonrisa se había dado a la fuga, pues estaba terriblemente nervioso por la reacción del lobo.
La reacción de Derek no se hizo mucho de esperar, pues tan sólo tuvo que conducir unos minutos para detener el coche en el mismo polígono de Beacon Hills... delante de una pizzería. El lobo no parecía demasiado molesto, pero se giró para mirar al jaguar, que se encogió de hombros con una mirada culpable.
-No te enfades. -dijo rápidamente Stiles, y Derek rodó los ojos.
-No me enfado, Stiles. -bufó el lobo. -Simplemente... te digo que "no" a comida italiana y vas y... -dijo señalando el restaurante con una mano para volver a bufar, esta vez negando con la cabeza.
-Venga... no estará tan mal. -rogó Stiles.
-Vamos, anda... -dijo Derek abriendo la puerta para salir del coche, seguido de Stiles.
Caminaron juntos hasta la entrada y Stiles observó cómo Derek iba frunciendo el ceño cada vez más, a cada paso, hasta que batió los records mundiales y habló.
-Esto parece cerrado. -dijo mirando las luces apagadas.
-Ya... se entra por aquí. -dijo Stiles tironeando de la manga del lobo para meterle por un callejón.
Stiles escuchó con atención el latido de Derek que iba más rápido de lo normal. El jaguar caminó un poco más sin hablar y se paró frente a una puerta cerrada, bajo la intensa mirada de Derek y la inquisición de sus cejas. Empujó un poco y abrió la puerta.
-Vamos. -dijo empezando a entrar.
-¡Stiles! -llamó Derek atónito.
-No hables alto o nos oirán. -susurró el jaguar, volviendo a tironear del lobo, que se dejó llevar aún con el pulso alterado.
Caminaron a oscuras a lo largo de un pasillo y por fin entraron en una sala tenuemente iluminada. Había una mesa preparada para cenar bajo unas luces suavemente iluminadas. Derek miró alzando una ceja a Stiles, que sonrió.
-¿Qué demonios, Stiles?
-Tranquilo. -rió Stiles. -No hay nadie.
-Esto es ilegal.
-Que no... que no pasa nada. -dijo llevando a una de las sillas a Derek. -Está todo controlado.
El lobo se quedó sentado, atónito y sin entender nada, mirando a su alrededor, mientras que Stiles había salido corriendo hacia quién sabía dónde. Al rato volvió con su cerveza preferida, para sentarse a su lado y acurrucarse.
-Ráscame. -dijo frotando su oreja contra el hombro del lobo, que por fin reaccionó.
-¡Stiles! -gruñó el lobo. Stiles se incorporó y le miró a los ojos, con un brillo pícaro y una sonrisa vencedora. -¿Por qué te ríes? ¡Esto está mal! -dijo abriendo los brazos.
-¿No te gusta? -dijo fingiendo un puchero.
-¿Cómo me va a gustar? ¡Esto es allanamiento de morada! -preguntó completamente perdido el lobo. Pero más confuso estuvo cuando Stiles comenzó a carcajearse. -¿Estás en tus cabales?
-Bobo... -dijo sacando unas llaves de sus pantalones. -Los dueños son mis vecinos. Van a cerrar el establecimiento y son muy majos, así que se me ocurrió pedirles prestado durante unas horas el sitio.
-¿Qué? -preguntó aún en shock Derek.
-Que les he dicho que quería preparar una fiesta de cumpleaños a un amigo, pero que no queríamos un barullo grande... y me dejaron las llaves. Con una sola condición: no romper nada ni dejarlo hecho una pocilga. Y la cena se está haciendo y no, no es pizza, tonto. -rió Stiles por el gesto de Derek.
-Pero... -logró balbucear el lobo
-Venga, Derek... tú puedes hablar... ¡Ánimo! -rió Stiles, recibiendo una mirada asesina del lobo.
-¿Tú no querías que fuéramos a un sitio público a tener una cita?
-Ya, bueno... -sonrió culpable. -Por la tarde me he dado cuenta hablando con Scott de que te podría meter en un lío por estar conmigo y yo ser menor. Así que he pensado que qué importa quién lo sepa y quién no. No quiero ser un problema para ti y, por el momento, lo puedo llegar a ser.
-Tú no eres un problema, Stiles. -sentenció Derek frunciendo el ceño y la sonrisa sincera de Stiles hizo que se relajara su ceño. -¿Piensas que eres un problema para mí? -dijo sentándose de nuevo, al lado de Stiles.
-Yo... un poco. -dijo, pero especificó. -Quiero decir, legalmente... pero que yo sé que no soy "un problema". O sea... bueno, tú me entiendes, ¿verdad?
-No. -bufó con una sonrisa sincera Derek, contagiándole a Stiles.
-Lo que quiero decir es... que no me importa. ¡No me importa! -siguió aún más sonriente. -No me importa que la gente sepa que estoy contigo... y no me importa que no lo sepan. Te tengo a ti y eso es suficiente. ¡Ya tendré tiempo para presumir de novio cuando sea legal! Y sí, ya sé que con permiso paterno no pasa nada... pero tampoco quiero que te señalen por mi culpa... aunque, bueno, por mi culpa te detuvieron como presunto asesino... -rió Stiles, haciendo que Derek rodara los ojos y sonriera de medio lado antes de darle un beso en los labios.
-¿Y qué pasa si yo quiero presumir de novio? -preguntó entonces alzando una ceja, Derek.
Stiles se quedó sin habla, mirando a los ojos del lobo y sabiendo que lo decía de verdad. No mentía. Y no lo supo solo por el ritmo normal de su corazón, lo supo por la sinceridad de sus ojos verdes.
-Pues si te empeñas en presumir de novio... se presume. -sonrió Stiles volviendo a lanzarse a los labios del moreno, que lo abrazó en el beso.
-¡Cordero! -exclamó aún más emocionado.
-¿Cordero? -preguntó Derek alzando las cejas.
-Sí. Es la cena. -sonrió el jaguar. -Sé que es tu comida preferida, así que decidí intentarlo. Y como, afortunadamente, mi novio tiene un olfato increíble, podrá oler si se está quemando y me avisará para que lo saque.
Derek echó la cabeza hacia atrás y rió con fuerza, dejando atónito a Stiles, pero con una sonrisa en los labios. De repente, Stiles se incorporó de un salto y fue hacia una esquina que estaba en penumbra, bajo la curiosa mirada del lobo.
-Y por cierto... -dijo con una sonrisa, volviendo a la zona iluminada con un paquete en las manos. -Se me olvidó darte tu regalo de Londres.
Derek cogió el paquetito que Stiles le daba y lo miró a los ojos antes de darle un tierno beso, que por supuesto Stiles siguió.
-Es una bobada. -rió Stiles.
-¿Este también te ayudó Jackson? -preguntó alzando una ceja, haciendo que Stiles chasqueara la lengua con una sonrisa, pues esa misma tarde le había contado cómo Jackson le había ayudado a escoger todos los regalos.
-Este no. Bueno, estaba presente... pero me criticó por comprar eso. Y tampoco entendió por qué... después le conté lo nuestro y su cara se desencajó. -rió Stiles, contagiándole a Derek que se empezó a imaginar la escena. -Pero venga... ¡ábrelo!
-El cordero está listo. -dijo Derek con una sonrisa.
-Vale. -dijo levantándose Stiles. -Pues espera que voy a sacarlo y lo abres.
Stiles desapareció en una carrera y al segundo volvió con la enorme bandeja de cordero, que hizo que Derek alzara las cejas al ver casi un cordero entero. Stiles sonrió al ver la cara de Derek.
-¿Por qué no cogiste dos? Tal vez no nos dé para los dos... -dijo con ironía.
-Recuerda que mi vecino me dejó el local para "una fiesta de cumpleaños"... nos dejó comida para "una fiesta de cumpleaños". -dijo posando la bandeja en la mesa de al lado.
-¿Lo abro ya? -preguntó curioso Derek, mirando el paquetito.
-Sí. -dijo sentándose en su regazo.
Derek abrió el embalaje y un anillo plateado cayó sobre su palma. Alzó las cejas y miró a Stiles, que miraba su reacción con todo detalle. El lobo lo cogió y lo miró atentamente.
-Tranquilo, no es plata. -rió el jaguar al ver la duda en sus ojos. -Es acero.
Pero no parecía un anillo normal y, siendo un regalo de Stiles, no sería nada normal. Lo miró y se fijó en la ranura intentando descifrar qué demonios era eso, hasta que la risa de Stiles lo sacó de su indagación.
-Es un anillo abrebotellas. -sonrió triunfal. -Mira, póntelo.
Derek obedeció y entonces Stiles le acercó su cerveza (aún sin abrir) y le enseñó cómo hacerlo para que con un suave "pofff" la chapa de la cerveza dejara libre el contenido. Derek alzó una ceja y tras mirar de nuevo el anillo y poner una mueca de aprobación, le dio un trago a su cerveza y después llevó sus labios a Stiles, que rió como un niño pequeño.
-¿Te gusta?
-Nunca había visto algo igual.
-Puedes decir que no te gusta. -rió Stiles. -Es una porquería de trasto, sobre todo porque tú nunca llevas anillos, pero me hizo gracia y... Aunque había un montón de mecheros... si hubiera sabido que fumabas... -dijo haciendo que Derek riera de nuevo.
-Llevaba mucho sin fumar. -sonrió. -Y solo ha sido hoy en el trabajo.
-Pues qué pena no saberlo antes... en serio, había unos mecheros chulísimos.
-Calla ya. -dijo cortando con un beso la charla. -Me encanta. -dijo poniéndose el anillo y rodeando la cintura de Stiles, que seguía sentado sobre su regazo, para después besarle con todo el corazón.