Capítulo 34

7.3K 708 57
                                    


Derek aparcó el jeep a las puertas de la comisaría de Oregón y bajó, mirando a Stiles, que seguía sentado en el asiento del copiloto. Derek alzó las cejas y el chico lo miró sin entender.

-¿No bajas? -preguntó el lobo. Stiles lo miró sin entender y salió del jeep, siguiendo a Derek hasta el interior de la comisaría.

-¡Sargento Hale! -saludó sonriente una agente que iba hacia la salida. -Me alegro de que esté bien. El sheriff le espera en su oficina.

-Gracias, agente Smith. -saludó de vuelta Derek. -¿Vienes, Stiles?

-¿Eh? ¡Ah, sí! -murmuró aún algo confundido Stiles, que era observado por la agente.

Entraron en la oficina del Sheriff Oak y Stiles seguía pensando que la voz de la agente Smith le era familiar. Y entonces recordó la conversación que había escuchado en la comisaría cuando acababa de llegar a Oregón en busca de Derek. Era la voz de la agente que hablaba con la tal Brianna, que se había quejado de que Derek hubiera desparecido porque "tendría montañas de papeleo". Stiles frunció el ceño y entonces notó la mirada del sheriff clavada en él.

-Me alegro de haber podido ayudar en el caso, sheriff Oak.

-¿Ayudar? -comentó sonriente en rechoncho sheriff. -Sin vosotros aquí no lo hubiéramos solucionado. Es una pena no haber podido coger a los cabecillas, pero tras requisar toda la mercancía y a los distribuidores, hemos cortado la amenaza. De otro modo, mis habitantes estarían aún en peligro. Muchas gracias, sargento Hale. -agradeció sinceramente el sheriff.

-Ha sido un placer. -asintió el lobo.

-Les deseo un feliz viaje de vuelta a Beacon Hills y por supuesto, no duden en venir a visitar cuando quieran.

-Gracias. -dijo el lobo. -Beacon Hills también estará dispuesta a darle la bienvenida.

-Exprese mis agradecimientos al agente Parrish y al sheriff Stilinski.

Los dos agentes se dieron la mano y el sheriff le tendió también la mano a Stiles, que sonrió y salió tras Derek de la comisaría para subirse de nuevo en el jeep.

-¿A qué ha venido eso? -preguntó confundido Stiles.

-¿A qué ha venido el qué? -dijo Derek arrancando el motor del jeep.

-Eso. -gesticuló Stiles. -¿Por qué tuve que entrar?

-Ah, eso... -sonrió Derek comenzando a conducir. -Voy a presumir de novio siempre que me sea posible, sin importar que me señalen con el dedo.

-Eres un cursi. -rió Stiles, realmente feliz. Derek, en cambio, se encogió de hombros. -¿Y Parrish?

-Él irá con Troy y Sniffles por la noche a Beacon Hills. Ha preferido descansar el domingo.

-Entonces ya está bien del todo.

-Sí, como te dije, le pusieron oxígeno y ya estaba mejor. Ahora sólo le echa cuento y se toma unos días de vacaciones. -bufó Derek, poniendo la radio, que tenía interferencias. Derek entonces frunció el ceño y miró mal al dial de la radio. -Stiles, tu coche es una tartana.

-¡¡EH!! -saltó ofendido Stiles acariciando el salpicadero de su jeep. -Ni se te ocurra ofender a mi tesorito.

-No le ofendo. -dijo con las cejas alzadas. -Es que es un trasto.

-Si sigues así, te dejo en la cuneta y me voy yo conduciendo mi adorado jeep. ¿Lo entiendes?

Derek rodó los ojos y siguió conduciendo sin decir nada más. Stiles se acomodó en su asiento y miró a la carretera, que les abría paso hasta Beacon Hills, su hogar.

Yaguareté·Abà IIWhere stories live. Discover now