Capítulo 10

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El sheriff volvió hablando con alguien hacia el salón. De no ser por su estado en shock y colapso cerebral, Stiles podría haber reaccionado a tiempo para huir de la casa, pero a cambio, se encontró con el sheriff entrando en el salón con ¡DEREK!

-Tú ya lo sabrás, me supongo... pero estoy muy intrigado a punto de comenzar el interrogatorio...

-¿Interrogatorio? -preguntó intrigado Derek, que miraba con gracia a Stiles, que estaba sobre la mesa aún incapaz de reaccionar.

-Stiles tiene novio. -dijo sonriente el sheriff. -Y es un lobo.

Derek miró de nuevo a Stiles, que por fin reaccionó, dando un salto al suelo y empujando a Derek hacia la salida.

-Papá, Derek no está para estos cotilleos de adolescente... no le aburras con tus conjeturas de sheriff aburrido... ¡Y ya es de noche! Derek tiene que ir a aullar a la luna... ¡Déjale en paz!

-Vamos, Stiles. -rió de buen humor el padre. -No me molesta que tengas novio... Y Derek ya sabrá quién es porque... -El sheriff de repente vio un brillo especial en los ojos del lobo y un escalofrío recorrió su cuerpo.

Las neuronas de John hicieron contacto y comenzó a unir todos los cabos sueltos que tenía la historia: la pareja de su hijo era un hombre y era lobo; era posesivo y territorial... pasarían mucho tiempo juntos y, si Stiles se había besado con "otra persona" que era "como de la familia" eso quería decir que "la otra persona" era...

-¡Oh, Dios! -logró decir el sheriff retrocediendo unos pasos, cogiéndose del pecho y sin rastro de color en su cara. -Stiles... dime... dime que no. -rogó mirando a su hijo a los ojos.

Stiles tragó saliva y parpadeó varias veces para evitar las lágrimas que se le acumulaban en los ojos. Derek, en cambio, se acercó al sheriff y lo sujetó por los brazos, ya que parecía a punto de desvanecerse con una arritmia en su pulso muy, pero que muy extraña. Lo llevó hasta el sofá y una vez allí sacó su teléfono al instante, llamando a urgencias.

***

Dos horas después, Stiles seguía dando vueltas inquieto en la sala de espera del hospital donde la ambulancia había llevado a su padre con lo que parecía un infarto. Derek se apoyaba contra la pared sin despegar su vista de Stiles que, desde lo sucedido, no dejaba que se le acercara lo más mínimo.

Scott apareció corriendo junto con Kira y tras miles de preguntas que contestó Derek, pues Stiles seguía en el mismo estado que antes, el alfa logró que se sentara y le rodeó con un brazo el hombro y el jaguar recostó su cabeza contra él, cerrando los ojos.

-Es mi culpa. -sollozó sus primeras palabras.

-No te preocupes, Stiles... Melissa está con él y verás que no le pasa nada... que solo ha sido un susto... -dijo Kira agachándose delante de él para animarle.

Stiles negó con la cabeza para después esconder su rostro en el cuello de su mejor amigo y llorar descontrolado. Derek lo miraba con impotencia, pues él también se sentía irremediablemente culpable.

La puerta se abrió dando paso a una relajada Melissa McCall que miró tierna hacia su hijo y el que era como su auténtico hijo. Se acercó e hizo que Stiles le mirara a los ojos.

-Tranquilo, Stiles. Tu padre está perfectamente, tan sólo algo cansado. Pero si quieres, puedes entrar a verle antes de que se duerma por los narcóticos.

Stiles se levantó y sin cruzar la mirada que Derek le dirigía, siguió a la enfermera y madre de su mejor amigo hasta la habitación.

Cuando entró, vio a su padre tumbado sobre la cama del hospital. No estaba intubado, tan sólo tenía un pequeño gotero y un monitor que controlaba sus constantes. Al verle, su padre sonrió para tranquilizarle.

Yaguareté·Abà IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora