Capítulo 2

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Ya era de noche y Stiles seguía sentado sobre la alfombra del salón con Nana saltando y olisqueando cada rincón. Llevaba así un par de horas, intentando meditar, pero la inquieta gata le distraía cada poco. Así que desistió, se puso en pie ágilmente y se dirigió a la cocina. Puso un platito con leche para la gata y él abrió un bote de zumo de pomelo que se comenzó a tomar mientras miraba la alacena más alta, donde se resistía desde hacía días para no subirse. Sin embargo, mientras recordaba las clases de Deaton para resistirse a las ganas de trepar, un ruido distinto llamó su atención. Unos pasos lentos, tanto que parecían intentar no ser localizados, le pusieron en alerta. Agudizó un poco más el oído, pero sólo escuchaba un pulso regular, respiración tranquila y los pasos lentos.

De un salto, se puso delante de la puerta trasera y miró a la oscuridad, donde no le costó distinguir al intruso gracias a su visión nocturna de felino.

-¿Peter? -dijo antes de rodar los ojos. -Eres muy molesto.

-Tanto que te he provocado un ataque de ansiedad en la comisaría. -comentó con altanería.

-¿Qué haces aquí? -preguntó molesto.

-¿No me invitas a entrar?

-No.

-¿No? ¡Pero si casi somos familia!

Stiles quedó tan sorprendido que ni siquiera protestó cuando Peter entró en la casa a pesar de su negativa anterior. ¿Cómo? ¿Qué? ¿Se lo había dicho Derek? ¿O acaso Peter se había enterado él solito? ¿Desde cuándo lo sabía? Stiles sacudió la cabeza centrado en echarle de su casa, cuando el lobo atacó de nuevo con sus palabras certeras.

-A no ser, por supuesto, que sigas tonteando con ese agente tan rubio de la comisaría.

-¿Qué?

-Que si sigues poniéndole ojitos a ese tal Parrish y Derek se entera...

-¡Yo no le hago ojitos a nadie!

-Lo dudo, pero te daré un voto de confianza. Tú no le hacías ojitos a él, pero él sí te los hacía a ti y tú no parecías nada contrariado.

-No digas tonterías.

-Vale, no diré tonterías. Pero aún así, tal vez le cuente mi descubrimiento a mi sobrino. Tal vez él también diga que son tonterías y se ría de mi absurda imaginación.

Stiles se quedó callado. Acababa de darse cuenta de lo que pretendía Peter. Aunque no hubiera habido ningún tipo de tonteo entre Parrish y él, el lado posesivo y celoso de Derek no reaccionaría bien. ¡Vale que no eran pareja! Pero los dos habían dejado claro cuáles eran sus sentimientos... así que aunque no "fueran pareja", sí "eran algo". Y ese "algo" haría que a Derek no le hiciera gracia la historia que le contara Peter. Aunque fuera mentira.

-¿No tenéis vino? -preguntó Peter mirando en el botellero, donde encontró una botella de whiskey. -Bueno... esto me servirá.

-Vete a la mierda, Peter. -dijo arrebatándole sin esfuerzo la botella. Fue tan rápido que hasta Peter parecía sorprendido de su agilidad.

-Me iré, me iré. Pero de camino "a la mierda", me pasaré por el loft de Derek. -dijo socarronamente el mayor de los Hale, dirigiéndose a la puerta.

-Lo que le vayas a decir a Derek es mentira. -dijo entre dientes Stiles, mientras apretaba las manos, haciendo añicos la botella. Peter se dio la vuelta para mirarle con una media sonrisa socarrona.

-Bueno... ambos sabemos que bien sea verdad o mentira... hará reacción en mi sobrino. ¡Nos vemos, Stiles!

***

Yaguareté·Abà IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora