Faltaban pocos días para que mi amigo volviera a dejarme solo. La verdad es que verlo de nuevo me había echo bien. Estaba más feliz, rendía más en el día y siempre me iba a dormir feliz.
Estábamos en una de nuestras caminatas por la playa.
Alex no soltaba el móvil, se la pasaba hablando con Frank y me contaba sus últimas noticias.
Al parecer el chico había conseguido un empleo con un cantante español que era muy famoso. Me alegraba por mi amigo. Pero no me importaba nada.
Samuel y yo habíamos estado hablando, y el momento que yo no quería que llegara había llegado más rápido de lo que pensé.
• ¿Por que no vienes a visitarme a Madrid? •
Cuando salí de aquella ciudad me prometí no volver jamás. En verdad quería ver al chico por el cual no dormía en las noches, pero no quería regresar a ese lugar. Me daba miedo incluso soñar en estar con el.
Y es que regresar significaría encontrar a mi peor pesadilla.
Simón era un chico con el que había pasado varias noches. Nos habíamos engrandecido en momentos de fiesta y siempre terminábamos en la cama del otro. Ese tío estaba enamorado de mi o lo que fuera.
Cuando le había dicho a Alex que me iría a trabajar a L.A. Por alguna razón el se había enterado.
Viaje tranquilo solo para encontrar que el también había viajado para seguirme.
La empresa de había encargado de quitármelo encima, pero el chico aún rondaba por mi casa, por mi mundo y por mi vida.
Alex y yo terminamos en una tienda en Rodeo Drive. Esta calle la verdad es que valía una fortuna, pero sólo habíamos entrado para sentirnos importantes un minuto.
Alejandro se había puesto un traje de diseñador color negro. Parecía una persona totalmente diferente. Parecía un jodido mafioso. En cuanto lo vi salir del vestidor me había cagado de la risa. Le tome una foto con el celular y la guarde para después mandársela.
Era mi turno de hacer el gilipollas.
La señorita indumentaria me había recomendado un traje de punta.
Era color rojo carmesí. Era extraño pero se ajustaba de una manera extraña a mi cuerpo.
Hacia resaltar la musculatura que había ganado desde que me había cambiado de país. Me resaltaba incluso el poco trasero que tenía y hacia parecer que tenía más.
Salí del vestidor sólo para ver a Alex tragar saliva. Esperé parado a que se burlara pero nunca lo hizo.
- Sorprendentemente, te ves muy guapo.
Me sonroje al escucharlo decir aquello. Jamás habíamos sentido atracción el uno por el otro, pero juraría que mi amigo se estaba poniendo cachondo de solo verme así.
- Tomame una foto tío, se la mandare a Lana.
Cuando acabamos de hacer el tonto y salimos de aquella tienda sin haber comprado nada, maneje hasta casa de Lana.
Borja, su novio, me había llamado para sorprender a su novia. Cumplían un año de vivir juntos y quería tener a sus amigos cercanos en aquella fiesta. Y aunque sus amigos cercanos de Lana solo consistían en ser yo y nadie más Alex servía para hacer más gente.
La mini fiesta fue genial. Lanita había llegado del trabajo y cuando había abierto la puerta, saltamos para asustarla. Borja le había felicitado y la rubia se había puesto a llorar de felicidad. Ambos me habían agradecido por haber ido y yo estaba muy feliz.
Si alguien me diera una vida nueva, me negaría rotundamente, al menos en este momento.
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Hola genteee!!
Nuevo capítulo aquí:3
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Abbey Parnell.