Esta es tan solo la primera semana. Ruedo sobre la cama y mi cuerpo choca con Louis, mis labios dibujan un amago de sonrisa, estoy agradecida de tenerlo aquí. Las yemas de mis dedos recorren su mentón y delineo su perímetro, es un hombre hermoso y soy muy afortunada de tenerlo a mi lado. Miro el techo, estamos en la habitación de mis padres, nos hemos adueñado de ella desde que Ariana no está y todos se fueron.
El sepelio fue la parte más difícil y caótica de todo esto, lleve el cuerpo de mi Nana al lugar donde esta Carol. Pensé que sería fácil, porque a pesar de que era mamá no la conocía, solo era un símbolo de ella, pero al contrario. Al llegar al panteón abrieron la cripta, sacaron los restos de mamá, los acomodaron dentro de una caja pequeñita y los mantuvieron sobre el féretro de Ariana mientras se llevaba a cabo la ceremonia. Sentí todas mis partes rotas quebrarse en trozos más pequeños, creí que en cualquier momento todo en lo que creo y quiero se desvanecería y un abismo me consumiría hasta hundirme en el lugar más recóndito del mundo. Mi corazón ardía y las lágrimas dejaban sobre su paso finas líneas de dolor, me pidieron que dijera algunas palabras pero mi sentido del habla estaba incapacitado para hacerlo, ese fue el mejor momento para revivir todos nuestros recuerdos juntas, desde como cepillaba mi cabello hasta los miles de postres que preparaba cada que yo la visitaba, la culpa por no visitarla de manera constante aumento mi sensibilidad y el enojo por la ausencia de Joe y Debora me destruía por completo. Por suerte Joseph hablo por mí, él la conoció, fue un discurso breve pero las palabras eran sinceras y no hubo gota de ironía. Louis se mantuvo a mi lado siempre, no me dijo nada pero tampoco lo necesite, el agarre de mi mano con la suya me permitió saber que él estaba ahí para mí, que no me dejaría, él era la luz que me permitía no hundirme en el abismo. Una vez que termino el sepelio nos dirigimos a casa de Johanna, ella preparo algo de comida para todos, no fue una reunión amena pero cada uno de los presentes me hizo saber que estaban conmigo, pero esta vez no fue como todas las estúpidas reuniones a las que solía asistir con Joe, esta vez me sentí acogida y llena de amor. Joseph se fue tres días después, el insistía en quedarse pero necesitaba pasar mi duelo sola, el entendió y se marchó no sin antes hacer que Louis le prometiera que me cuidaría y lo mantendría informado sobre mi estado emocional, pero antes de marcharse me dijo algo que aun cosquillea en mi curiosidad.
"Sé que no es el momento Sophie pero creo que debes saber que la situación de tu padre es difícil e inestable, no sé qué este sucediendo pero mi padre se ha hecho cargo de muchos de sus negocios grandes, hasta yo dirijo algunos. Él no se ausentaría en situaciones como esta, lo conoces Sophie, algo anda mal".
Fue exactamente lo que él me dijo. Ese mismo día intente charlar con papá pero mi enojo y orgullo eran más grandes que cualquier estúpido problema que él tuviese. Ariana era parte de la familia. Desvié e ignore sus llamadas durante esta semana pero sé que Louis lo mantuvo informado sobre mí.
Louis se remueve, sonríe plácidamente y su mano se posa sobre la mía, lleva sus labios hasta mis dedos y besa uno a uno hasta besar la palma de mi mano, siento una ligera punzadita de placer que llega hasta mi entrepierna, me sonrojo y agradezco que él aun mantenga sus parpados cerrados.
- Buenos días Sophie -dice con voz ronca- ¿cómo dormiste? -mantiene sus ojos cerrados pero hábilmente acerca mi cuerpo al suyo y me sostiene en un fuerte abrazo.
- Bien, no hubo pesadillas -Murmuró, Louis abre sus ojos de golpe y eleva su rostro para mirarme. Después de la muerte de Ariana dormí un día en su casa, el me dono su habitación pero en la madrugada tuvo que compartirla conmigo porque sufrí un pequeño ataque de pánico, toda la semana he sufrido múltiples ataques de pánico a diferentes horas del día y durante mis sueños. Desde pequeña soy claustrofóbica y acrofóbica, fui tratada por terapeutas y psicólogos durante mi infancia y parte de mi adolescencia y mejore demasiado, Johanna creé que es una reacción normal ante mi perdida.
- No tiene por qué haberlas Sophie, esto no es tu culpa -Dice y besa la punta de mi nariz- ¿Quieres hacer algo en especial? Nos resta una semana de vacaciones -Agrega. Quiero decirle que vayamos al cine o hagamos algo que a él le guste, quiero que el pase un rato a gusto conmigo sin tener que cargar con mis problemas, me siento egoísta al ver como todos han perdido sus vacaciones por mí -- A mí me gustaría quedarme en casa y descansar, solo estar contigo -Es como si el leyera mis pensamientos.
- Gracias Louis, perdón por no ser la persona más divertida del mundo -quiero continuar pero un nudo se forma en mi garganta. ¿Cómo puedo estar feliz sin ella?, suspiro y mantengo mi llanto al margen.
- No necesito explicaciones Sophie, entiendo perfectamente la situación -toma mi mano entre sus dedos- Yo necesito que entiendas que sin importar la situación yo estaré bien solo donde tu estés bien, con eso me basta -Y besa la unión de nuestras manos. Mi cuerpo se adhiere al suyo y dejo que su calor me absorba, me siento protegida, sus brazos son mi hogar, mis labios besan su pecho y siento como se tensa, quiero continuar besando pero el timbre suena, debe ser Johanna, desde que Louis duerme conmigo viene cada mañana con el desayuno y las gemelas.
Me siento en la orilla de la cama, bebo un sorbo del vaso de agua de mi mesita de noche y recojo mi cabello en una coleta, Louis está estirándose y busca su playera en la habitación, tiene una mañana por quitársela y lanzarla a cualquier lado, me pongo mis converse y bajo para abrir. Le debo a Johanna demasiado, no solo ha permitido que Louis duerma conmigo también ha estado pendiente de mí y procura que me alimente y duerma bien, aunque no tenga hambre y me cueste trabajo dormir. Abro la puerta y mi ceño se frunce, hay un hombre frente de mí, es apenas unos años más grande que Joe, viste un pulcro y entallado traje negro, el nudo de su corbata está perfectamente elaborado y su peinado le da un toque atractivo.
- Buenos días señorita Lewis, soy el abogado Emile Carnaghi -extiende su mano y la recibo dudosa, nota mi escepticismo y sonríe- Su Nana me contrato hace unos meses y su padre también, yo me encargo de la herencia que sus abuelos dejaron -Dice.
- Pase por favor -Dejo que entre y lo guio hasta el comedor, Louis sale de la cocina y su expresión facial me dice que está asustado.
- Vengo a leer y entregar el estamento de Ariana, es un asunto confidencial -Inquiere.
El abogado acepta la presencia de Louis, mi estado emocional falla constantemente más de una vez al día y no estoy lista para escuchar el testamento de mi nana, puedo sufrir un ataque de pánico y necesitare a Louis. El señor nos explica que conoció a Ariana hace unos meses cuando mi padre lo contrato para que se hiciera cargo de los trámites necesarios para recibir mi herencia, él mismo de aviso de su muerte. Ariana también lo contrato para hacer un testamento. La lectura comienza y al parecer Ariana concluyo los trámites de mi herencia con éxito, el abogado me entrega los papeles que me nombran como única dueña de los terrenos y vienes que los abuelos dejaron, solo debo firmar algunas hojas y el trámite queda resuelto. Louis examina los papeles y mientras tanto el abogado continúa, pone sobre la mesa un portafolio color café, esta viejo, desgastado y ha palidecido con el paso de los años.
- Esto es lo que Ariana tenía con mayor valor en su vida -hace una pausa- Me pidió que solo usted lo viera. Ella sabía que el dinero de su única cuenta bancaria, las acciones que su padre puso a su nombre y sus pocas joyas de valor las tendría usted, nadie más -señala el portafolio - Desconozco su contenido pero puedo decirle que sea lo que sea para Ariana era de mucho valor.
Louis me indica que los papeles están en orden, firmo lo necesario y el abogado acuerda finalizar el trámite lo antes posible, las pertenencias de Ariana pasaran a mi nombre automáticamente en dos meses y debemos seguir en contacto para que todo esté en orden. Para finalizar toma mis datos, se despide y se marcha. Me quedo observando el portafolio. La frialdad del hombre me dice que no conoció a Ariana de una manera especial, simplemente por negocios, pero que a pesar de eso esto era lo más especial que ella tenía. Siento la mirada de Louis sobre mí, está evaluando mi reacción pero no sé cómo actuar, últimamente siento que todo se sale de control y no tengo oportunidad de reaccionar ante los sucesos. Tomo aire, despacio mi mano se acerca, mis dedos rozan, es de piel y esta frio. Lo tomo y me pongo de pie, sé que estoy por llorar, siento ese nudo en mi garganta que provoca escalofríos por todo mi cuerpo.
- ¿Puedo hacerlo sola? -Mi voz es ronca.
- Estaré esperando fuera de la habitación -se pone de pie y besa mi mejilla -Solo por si necesitas algo.
Salgo del comedor y subo hasta mi habitación, cierro la puerta detrás de mí y pego mi cuerpo a ella, mi mano llega hasta mi boca, yo misma intento silenciar los sollozos que están por salir. Mi vista escanea mi habitación detenidamente, aunque no pase mi infancia en este lugar siempre supe que este era mi hogar y Ariana era la parte principal de él. La mente me engaña y por un momento veo la habitación de antes.
En el centro está mi pequeño juego de té. Ariana llega con una tetera de porcelana y vierte un poco a la pequeña tacita, se sienta en una de las diminutas sillas, hay dos más vacías y la última está ocupada por una enorme hada de peluche. Ariana luce más joven. Gira su rostro y está viendo hacia el balcón, las cortinas de tul están abiertas y dejan que los rayos del sol entren e iluminen gran parte del lugar, es una tarde maravillosa, ella sonríe y siento como algo dentro de mí se rompe, de nuevo. A través de la luz puedo ver una pequeña silueta, es una niña. Es una pequeña Sophie, una mini yo. Mi cabello era entonces demasiado largo y solía utilizar muchos vestidos. Giro imitando a una bailarina de ballet y Ariana aplaude ante mi nafa hábil técnica, yo rio y corro a abrazarla, mis brazos aún son pequeños y no logro rodear todo su cuerpo, pero ella se queda, ella no se desvanece.
- Te amo pequeña Phie (Fi) -Murmura.
Tallo mis ojos y las lágrimas que he retenido desde el sepelio salen, agradezco que mi habitación luzca muy diferente a la que tuve cuando pequeña, no puedo con el peso de todos los recuerdos de ella, soy débil y la necesito. Antes de comenzar a viajar viví aquí y desde pequeña, Ariana me inculco la manía por tomar una taza de té antes de dormir. Todas las tardes Ariana venía con la pequeña tetera y se sentaba conmigo a compartir el té, recuerdo que algunas veces le pedí que invitara a mamá y ella solo sonreía pero jamás me explico la razón. Nunca nadie me ha explicado nada.
Camine hasta la orilla de la cama, deje el portafolio y tome un momento por tranquilizarme, estaba por ver lo único que para Ariana era importante. - Se fuerte Sophie, debes ser fuerte -Repetí para mí misma. Me arme de valor y lo abrí.
Los primeros sobres tienen indicaciones sobre las acciones de la empresa que Joe tiene a mi nombre, nada que me interese por ahora; en otro folder esta la información de la herencia de los abuelos, nada que el abogado no me haya dicho. Vacío todo el contenido en mi cama y de inmediato mi atención se fija en una caja rectangular, el papel de regalo que la envuelve está desgastado y viejo, el moño color dorado ha perdido forma, pero aun así sé que es un regalo. Mis dedos limpian el polvo que tiene acumulado y despegan el papel, es fácil se nota que esto ha sido guardado por años. Abro la caja y me encuentro con una nota escrita por Ariana.
"Ella me dijo que debía entregarla en el momento indicado, siento dártela hasta ahora pero jamás encontré ese momento. No me juzgues Sophie, yo solo hice lo mismo que tu padre, te protegí. Sé que anhelas conocer la historia de tus padres y saber sobre tus ancestros, pero yo no soy la indicada para decirte y tampoco creo que debas saberlo, aleja de tu vida toda esa historia, por algo el pasado debe quedarse atrás mi pequeña. Ten en cuenta que en ese tiempo tus padres eran inmaduros y lamentablemente nadie los apoyo. Te amo Sophie y tu mereces la felicidad que ellos no pudieron tener, no te metas en líos por problemas que ya no son tuyos mi pequeña, no llenes ese hermoso corazón de odio y rencor. Perdona y sigue. Mereces ser feliz.
Con todo el amor que tengo, Ariana."
Mi garganta arde por el silencio que guardo y mis ojos escuecen por el llanto, ciento las lágrimas calientes bajar por mis mejillas y queman con su paso, arde. El mensaje de Ariana lejos de ayudar aumenta mi interés por la historia de mis padres, decido ignorar el tema por un momento y saco el presente. Es un diario, quito el papel que envuelve el libro, lo acerco a mis fosas nasales, olía a humedad, mis dedos detallan las pastas su textura es rugosa, son negras y gruesas, lo abro despacio y mis ojos se cristalizan. Mis manos tiemblan y siento como lo poco que queda de mí se pierde, no esperaba esto. En la primer página esta un foto de mis padres, Joe abraza a Carol por la espalda y ambos posan sus manos sobre el vientre de mamá, se nota que ambos han llorado pero su felicidad es capaz de atravesar el papel y contagiarme, se aman, lo sé. Pase de página y leí un poco.
"Día 1:
Tu papá y yo nos enteramos que vendrás, debo ser honesta al decirte que te adelantaste un poco pero eso no importa, ambos haremos hasta lo imposible por que seas feliz, seremos una familia. Por el momento no tienes nombre, no sé lo que serás pero he decidido llamarte Fi, no sé porque pero me parece gracioso (también a tu padre). Te amo Fi y quiero que sepas, que no importe lo que pase nunca te dejare, siempre estaré para velar tus sueños, tristezas, miedos y alegrías. Te amo y agradezco la oportunidad que me das de ser madre, de llevarte en mi vientre. Bienvenido o bienvenida Fi, aquí afuera tienes una familia que te espera.
09 de Enero de 1994. Carol Lewis"
Cerré de golpe el diario, era una tortura leerlo, mi madre se encargó de escribir a diario lo que sucedió durante su embarazo, me torturaba ver las fotos que tenía con papá, la muerte de Carol es algo que jamás me podre perdonar, ella dio su vida por mí, murió para que yo viviera.
Me dejo caer al suelo y mi cabeza cae sobre mis manos, estoy llorando y siento como mi cuerpo se sacude por él llanto, estoy desecha emocional y físicamente, mi cuerpo se siente cansado y dudo mucho que pueda con algo más. El arrepentimiento por mantenerme alejada de Ariana hace que la culpa carcoma mi ser, lo mismo que la muerte de Carol, el enojo con Joe y Debora sacan el lado más orgulloso de mí y aunque os necesito no lo diré, no pediré ayuda, ellos deben saber que no soy más una niña, que la pequeña Fi murió con Ariana y no deben ocultarme nada sobre mi vida. La soledad me hace sentir necesitada y ansiosa, los ataques de pánico se han vuelto constantes y me dejan en claro lo asustada que estoy, la carencia de independencia y madurez que tengo. Louis es lo único que ajusta mi balanza, él y todo el cariño que me brinda es lo único que me mantiene en estos días. Mi mente medita las palabras de Ariana y la necesidad de buscar a los padres de Carol, ha crecido, debo hacerlo. Si nadie está dispuesto a darme respuestas lo hare yo misma, conoceré el jodido pasado de mis padres pero no permitiré que me dañe.
La puerta de la habitación se abre y veo a Louis recargado en el marco, me sonríe y dejo que pase, se sienta a mi lado y su brazo me rodea. En estos días él ha logrado conocer cada parte de mí, al grado de saber lo que necesito escuchar.
- Johanna vino a dejar el desayuno, hoy saldrá con las gemelas a un campamento -acerca mi cuerpo al suyo- Estarán fuera una semana -Murmura. Es Louis, está aquí y yo lo necesito. Mi llanto ha cesado y miro sus labios, lo necesito conmigo.
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Listo!
Después de mucho me decidí por quien sería Sophie y su madre. Vanessa Hudgens fue una de las opciones pero al parecer a algunas no les pareció del todo. Pero...
¿Qué les pareció?
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