Atracción destructiva +18

By DeniseAyleen

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¿Qué tan dispuesto estás para renunciar a tu vida por la persona a quien amas? Chase White convive con un p... More

Prólogo
Reparto
Nota
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79 - Final
Epílogo
Sinopsis | AD2 | Destructivos
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9 🔞 | AD2
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11 | AD2 | Parte 2
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71 (Cap especial) | AD2
72| Parte 1 |AD2
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By DeniseAyleen

Skyler

Chase me miró con fuego en los ojos. Él se preguntaba si mis palabras fueron ciertas. Lo tomé de la mano y tiré de él para que camináramos hacia las escaleras. Chase se adelantó y caminó delante de mí, llevándome él mismo. Cuando llegamos a la parte de arriba, Chase se encargó de conseguir una habitación libre. Varias habitaciones estaban ocupadas.

Me metí en el cuarto y Chase cerró la puerta con llave. Sus ojos se encontraron con los míos y tuve que contener mi respiración para no suspirar por lo guapo que se veía. Estaba segura de que me iba a arrepentir por la mañana de acelerar las cosas entre nosotros, pero ahora nada me importaba.

Chase me tomó de la mano y tiró de mí para que me acerque a él. Sus labios se estamparon contra los míos de una manera furiosa. Sin darme cuenta, Chase me tenía contra la pared, besándome sin piedad. Mis pulmones le pedían clemencia porque les costaba filtrar el aire con normalidad. Pero me encantaba cómo me sentía.

La adrenalina en mi cuerpo, mis manos temblando del placer y el latir acelerado de mi corazón. Me sentí viva y en mi propio mundo. No me importaba nada más. Ni siquiera me importaba estar en el cuarto de un desconocido. Besar a Chase era adictivo. Mis labios amaban la carne de sus labios y el sabor de ellos.

Oír la respiración agitada de Chase encendía mi piel. El aroma de su perfume adentrándose por mis fosas nasales me hacía suspirar. Sus manos traviesas comenzaron a bajar lentamente por mi espalda, cintura, hasta llegar a mis caderas. Sé que él se estaba controlando para no tocarme, pero Chase no tenía idea de cuántas ganas tenía de que me tocara entera. El toque de sus manos me estremecía. Amaba la forma en la que él amagaba con tocarme, pero no lo hacía. Mi cuerpo deseaba su tacto, quería que llegáramos a otro punto.

Me atreví a morderle el labio y estirarlo. Chase soltó una queja, pero no de dolor, sino de placer. Me presionó contra la pared, dándome a entender que le gustó lo que hice. El beso se volvía cada vez más intenso. Chase no me dejaba respirar.

El placer se apoderó de mi piel y lo alejé de mí. Chase me miró sin entender qué pasaba. Noté sus hombros subiendo y bajando con irregularidad. Empujé a Chase a la cama e hice que apoyara su espalda en el colchón. Me subí a horcajadas de él y continué besándolo. Él apoyó sus manos en mi espalda y me acarició.

Chase finalmente tocó mi trasero y lo masajeó, pero lo hizo por encima de la ropa. Le besé el cuello y lo mordí levemente porque no quise hacerle daño. Chase suspiró. A él le encantaba lo que le hacía. Él me tumbó en la cama y se colocó encima de mí para hacer lo mismo que yo. Me mordió.

—Hueles riquísimo, Skyler —mordió el lóbulo de mi oreja.

Me coloqué el perfume favorito de Chase aproposito. Sabía que iba a gustarle.

—Quiero hacerte tantas cosas, Skyler... —murmuró contra mi boca.

—Pues hazlas —le di permiso.

Le quité el traje y desabotoné su camisa. Se la quité y toqué su pecho desnudo. No sé por qué él era tan guapo. Chase se encargó de repartir besos en mis piernas. Ya quería que me quitara la falda y me lo hiciera. Tenía ganas de que fuéramos uno otra vez. Hace mucho tiempo no lo hacíamos y mi cuerpo pedía a gritos ser una con Chase. Estábamos demasiado calientes para no hacerlo.

Chase sabía lo mucho que me gustaba que besara mis piernas. Cuando llegó cerca de mi parte íntima, Chase subió bruscamente a mi abdomen y lo besó por encima de la ropa. Chase llegó a mis labios nuevamente y se apoyó en mí. Ahí. Lo sentí tan duro. Yo estaba lista para él. Estaba lista para que él me hiciera el amor otra vez.

Amaba a Chase. Lo amaba tanto que me sentí segura de entregarme a él. Se separó levemente de mí y me miró con sus ojos cargados de deseo.

—¿Qué pasa? —le pregunté con la repsiración agitada.

—Por mucho que me muera de ganas de hacértelo aquí, creo que no es el momento para que lo hagamos, Skyler. Esto debería ser en tu casa o en la mía, no en el cuarto de un desconocido. No busco tener sexo contigo, busco hacerte el amor —explicó.

Me decepcioné, pero él tenía razón. Sin embargo, la alta temperatura de mi cuerpo no quería dejar esto para otro momento.

—No me mires así —sonrió y besó mis labios. Luego besó mi cuello.

Suspiré.

—Es injusto que me digas que no es el momento de hacerlo ahora, y tú sigues besando mi cuello como si no supieras lo mucho que me enciende que hagas eso.

—Quizá lo hago porque me gusta verte en este estado...

—Es injusto —repetí.

—Pero es divertido, ¿no te parece?

—Un poco —admití.

Empujé a Chase e hice que se recostara. Volví a subirme encima de él y comencé a besarlo mientras movía mis caderas lentamente. Si él quería provocarme, yo también lo haría. Sabía que a Chase le encendía que hiciera eso. Sus manos presionando mis caderas me lo confirmaban. Sus ojos cargaban deseo. Él se estaba conteniendo para no hacérmelo. Chase tenía más autocontrol que yo.

Besé sus labios y emprendí un camino con mi boca hasta llegar a su cuello. Succioné su piel y pasé la punta de mi lengua cerca de su oreja. Oí que soltó un suspiro. Me encantaba saber que yo provocaba esto en él. Me gustaba sentir lo duro que se ponía.

—Eres malvada —comentó.

—Pretendo serlo de ahora en adelante —sonreí y seguí con lo mío.

Mordí levemente su cuello un par de veces, y luego pasé al otro costado. Volví a morder. A Chase le gustaba lo que le hacía, él disfrutaba de tenerme encima suyo, moviéndome y besándolo. Hasta sentí una queja de su parte.

—Espera, duele —se quejó y me apartó con cuidado.

No entendí qué hice. No sentí que lo mordí fuerte.

Chase se tomó del cuello e hizo una mueca. Me miró sosprendido. Me sentí mal, pues no era mi intención hacerle daño, pero un sabor extraño y conocido captó mi atención. Lleve mi mano a mi boca y miré mis dedos. Había sangre.

Miré a Chase.

Él se quitó la mano de su cuello y miró su mano. La sangre en mi boca era de Chase.

—Yo... —Mis dientes se sentían extraños.

Me di cuenta de que mis colmillos aparecieron.

Me asusté.

—Pero... ¿qué? ¿Qué es esto?

—Tus ojos, Skyler —me miró preocupado.

Me observé en un espejo y noté a lo que se refería. Aquellas venas y el color rojo en mis ojos me asustaron. Ahora comprendía por qué Chase me miraba así. Mordí a mi novio y lo lastimé. Ni siquiera me di cuenta de lo que hice. Mi mente estaba en otra parte.

—Oh, no. ¡Mierda! —Parpadeé repetidas veces, como si eso fuera a hacer que mis ojos volvieran a la normalidad—. Yo no sé qué pasó, Chase. No quise hacerte eso. No me di cuenta. ¡Perdón! —me alteré.

Pero él fue comprensivo conmigo y caminó hacia mí a pesar de su sorpresa. Me tomó de los brazos y me acarició para que me tranquilizara.

—No me tienes que pedir perdón. Sé que no fue tu culpa. Tranquila.

Me angustié. No me podía quedar tranquila después de lo que hice. Mordí a mi novio y succioné su sangre sin darme cuenta. No tenía sentido alguno. Los vampiros quieren sangre humana, no de vampiros.

—No entiendo qué pasó, yo estaba bien —expliqué.

Me atrapó con sus brazos para darme un abrazo y me acarició.

—No sé cómo hacer para que mis ojos vuelvan a la normalidad, Chase —me quejé.

—Respira, cariño. Respira lentamente y piensa en otra cosa. Piensa en la universidad, no lo sé...

Intenté hacer lo que él me pidió, pero no funcionó. Chase no me soltó ni miró mi rostro. Yo sabía que él no quería verme porque estaba preocupado y no sabía qué rayos me estaba pasando.

Me separé de Chase. A juzgar por su expresión, mis colmillos y mis ojos seguían a la vista. Pude sentir con mi lengua lo filosos que eran mis colmillos.

—No está funcionando.

—No entres en crisis.

—¡Qué fácil es decirlo!

Chase me besó.

Me besó y fue inesperado. No sé por qué lo hizo, pero no quise separarme de él. No quise cortar nuestra conexión. Me aferré a él y alejé los pensamientos negativos de mi mente. Confié en él.

Me he besado con varios chicos después de que Chase y yo terminamos la última vez. He conocido chicos muy apuestos e interesantes, pero ninguno era Chase. Ninguno besaba como él. Y ninguno me hizo sentir lo que Chase era capaz de hacer con una simple mirada.

Cuando Chase se separó observó mi rostro. Escaneó cada parte de mi cara y sonrió levemente, como si se sintiera aliviado. Pero sabía que él no estaba tranquilo.

—Desaparecieron —comentó.

Un beso de Chase hizo que todo desapareciera.

Un beso suyo.

—Lo siento, Chase —me disculpé otra vez. Me daba verguenza verlo a los ojos.

Sabía que un mordizco no le haría daño. Chase era un vampiro y su piel curó de inmediato, pero yo no podía quitar el hecho de mi mente.

—No me tienes que pedir disculpas, Skyler —acarició mi rostro con sus manos. Me aferré a los costados de su cuerpo. Sentí un nudo en la garganta, pero no iba a llorar—. Tenemos que averiguar qué te está pasando.

—Te he mordido siendo tú un vampiro. No tiene sentido.

—Tal vez no es nada malo. Me mordiste, pero no tiene nada que ver con mi sangre. Fue algo del momento, estoy seguro.

—Se me fueron las ganas de todo de un segundo a otro. Quisiera estar en mi casa ahora.

—No, ni hablar. Tú te quedas aquí y disfrutarás de la noche como lo hemos planeado.

—Pero es que... —comencé a quejarme.

Chase me interrumpió con un beso corto.

—Cierra esa boca.

Tiró de mí para salir de la habitación y me llevó hacia la parte baja de la casa. Las personas bailaban alegres, contentas y como si fuera el último día de sus vidas. Mientras tanto, yo me sentía inquieta.

—¡Skyler! ¡Ahí estás! —dijo mi prima cuando me vio—. ¿Me acompañas al baño?

Chase

Estaba preocupado.

Skyler me mordió. No tenía sentido.

Le dije que el mordizco no tenía relación con mi sangre, pero no estaba seguro de ello. Los ojos rojos y las venas debajo de ellos aparecen cuando tienes hambre. Skyler ni siquiera se dio cuenta de que me estaba mordiendo.

La tranquilicé porque quería que tuviera una noche tranquila y de distracción. Pero yo me sentía inquieto.

Sam no estaba cerca, así que llamé a mis demás hermanos y a Jason. No encontré a los hermanos de Skyler a simple vista. Llevé a mis hermanos hacia afuera.

—¿Qué pasó? ¿Por qué nos sacas? —se quejó Andrew—. Sara volverá pronto y no me encontrará.

—Skyler me mordió —les conté.

—¿Qué? ¿Te mordió? —Andrew elevó las cejas. Creo que él no entendía muy bien a lo que me refería.

—Si vas a contarnos lo que haces con ella, me iré —advirtió Nate con asco.

—Y yo me iré con él —se unió Zach.

Creo que Jason fue el único que lo entendió.

Sam apareció de la nada.

—¿Qué ha pasado? Los he visto salir —Sam me miró.

—Skyler me mordió. Estábamos... en algo —No quise dar detalles, pues sabía lo que Sam sentía por ella y no quería lastimarlo—. Y ella me mordió. Con colmillos, ojos rojos y venas a la vista.

Los chicos no supieron qué decirme.

Miré a Jason.

—Jason, dime que los hermanos de Skyler han encontrado algo o que se acercan a una respuesta. Tú fuiste brujo en el pasado, deberías saber algo.

Jason hizo una mueca.

—De hecho, esto se escapa de mis conocimientos, Chase. Skyler siempre se ha escapado de mis conocimientos, a decir verdad —se cruzó de brazos—. Si esto ha pasado, creo que estamos perdiendo el tiempo. Skyler debe estar empeorando.

—¿Cómo está ella? —Sam estaba preocupado. No era para menos.

—Inquieta.

—Deberíamos viajar a Nueva Orleans. Allí está repleto de brujos. Alguien debe saber algo —propuso Nate.

—Sí, pero no es conveniente porque tendríamos que explicarles los antecedentes de Skyler y descubrirían que fue la abominación. La matarán —negó Zach.

—O descubrirán que lo es —finalizó Andrew.

Nos quedamos todos en silencio, con la música de fondo.

—Creo que lo principal ahora es entender que Skyler no es simplemente una bruja. Creo que debemos aceptarlo —admití.

Me dolía hacerlo. No quería esto para Skyler. Yo la amaba demasiado. La amaba tanto y me dolía cada cosa mala que le ocurría. Ella no se merecía pasar por esto. Era una joven con el mundo delante de ella y tenía que sufrir sucesos místicos. Me dolía aceptar que ella no podía tener una vida mediantamente normal, como siempre lo quiso desde que supo que era bruja.

—Sí, pero ¿y ella? —Sam negó—. Skyler no querrá aceptarlo. Tú viste cómo estaba la otra noche.

—Sam, Skyler es menos tonta que todos nosotros. ¿Crees que ella no sabe lo que está pasando? Lo sabe, hermano. Fue la primera en sospechar lo que ha pasado. Ha mordido la otra noche a su hermano y bebió su sangre. No sé qué otra prueba esperábamos para entender que Skyler ha vuelto a ser la especie de antes.

—¿Están hablando de Skyler? —Blake se nos unió.

Seguramente él escuchó todo.

No quise que él se entrometiera en esto. Mi madre casi acusa a Skyler con la Asociación de Brujas por su culpa.

—No, no te metas —fui claro.

Blake no se marchó. Ni siquiera se sorprendió por mi actitud.

—No le hables así, Chase —Sam lo defendió.

Lo miré mal.

—Es un asunto privado.

—Pues no es tan privado ahora porque ya los escuché. Sé de lo que están hablando. Y creo que puedo ayudarlos con lo que ocurre.

Presté atención. Blake no dejó de mirarme. 

¿Cómo podía él ayudarnos?

—¿Tú? —fui receloso.

—Sí. Conozco a alguien que puede ayudar.  


Es el primer capítulo del año. Me estoy comprometiendo a continuar semanalmente la historia este año. Espero que les guste el capítulo. Los quiero muchísimo. 

Les deseo el mejor de los años a todos, rodeados de amor, éxito y paz. 

Buenas vibras.

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