93 | AD2

709 58 22
                                    

Skyler

Chase y yo despertamos temprano en la mañana. De hecho, fue él el que me despertó.

—Es temprano —miré la hoja en el teléfono y lo dejé. Me tapé la cabeza con las sábanas—. Todavía no tenemos que ver a la bruja.

Cerré mis ojos. Sentí que Chase se sentó a un costado de mí. Me destapó la cara, pero no abrí los ojos. Su mano acarició amorosamente mi mejilla. Se sentía lindo.

—Quiero llevarte a desayunar a una cafería bonita que vi cuando veníamos al hotel.

Abrí mis ojos.

—¿En serio? ¿Llevarme a desayunar? ¿Desde cuándo? Tú no eres de esos —sonreí.

—Pero puedo serlo porque a ti te gusta eso. Es hora de que sea más detallista contigo. Más cursi —noté que sintió verguenza ante las palabra.

Recordé la conversación que tuve con mis hermanos acerca de que Chase tenía que ser más romántico conmigo. Me di cuenta de que ellos hablaron con Chase. Sonreí.

—¿Mis hermanos te dijeron algo?

Frunció las cejas.

—¿Tus hermanos?

—¿No fueron mis hermanos quienes te están obligando a ser más cursi conmigo?

—¿Por qué lo harían? —respondió.

Entonces me equivoqué.

Amplié mi sonrisa.

—¿Esto ha salido de ti? ¿El querer comportarte así conmigo? —me sonrojé.

—Quiero ser un mejor partido para ti. Sé que no somos novios todavía, porque no he hecho la pregunta, pero... —se detuvo, como si estuviera pensando qué decir—. No quiero que te quedes con mis palabras, quédate con mis acciones. Verás lo atento que puede ser Chase White.

—Me has demostrado que eres atento cuando entregaste tu alma a un demonio para salvarme —recordé.

Chase se quedó mirando fijamente a mis ojos. Me senté en la cama, cubriendo mis pechos desnudos con las sábanas. Acaricié su cabello sin borrar mi sonrisa.

Tal vez Chase White no era el hombre más romántico del mundo, o el más detallista, pero estoy segura de que él demostró más que cualquier persona que se ha presentado en mi vida. Chase no dudaba un segundo si tenía que detener una bala con su pecho para que no me lastimen a mí. Él no tenía problema en entregar su vida por salvarme a mí.

—Pienso que no todo tiene por qué ser tan drástico en nuestras vidas, Skyler. Antes me parecía estúpido, pero hoy soy otra persona. Hemos pasado por tanto —tomó mis manos y las presionó—. Quiero traerte flores, llevarte a cenar, a la playa... a donde tú quieras. Pero quiero algo normal en nuestras vidas.

—No somos personas normales, Chase —hice una mueca.

—Pero sigo pensando que no todo tiene que ser tan drástico. Quiero vivir, Skyler. Vivir feliz contigo.

—Lo aprecio, Chase —me incliné para abrazarlo.

Me apoyé en su herida del cuello, la cual, por fortuna, no había empeorado. Chase se quejó del dolor, pero cuando quise separarme de él para no hacerle daño, él no me lo permitió.

—Quédate ahí —ordenó acariciando mi cabello con ternura.

Cerré mis ojos y disfruté. Me sentía tan protegida en sus brazos, que olvidaba todos mis miedos y probelmas. No sé cuánto tiempo Chase y yo estuvimos así, pero casi me quedo dormida de nuevo.

Atracción destructiva +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora