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Andrew

Sentí un poco de pena al pensar en Sam, en lo que sentía por Skyler. Sabía que no era adecuado ni moral que él desease a Skyler, sabiendo la historia que tenía con Chase, pero tampoco me parecía correcto lo que Chase hizo en un principio. Sam aseguraba que Chase sabía de lo que sentía por Skyler, pero que, aun así, Chase se metió con ella.

Respecto a Skyler, podía decir muchas cosas, y una de ellas, es que ella no podía estar toda la vida a la espera de alguien, que, lamentablemente, no sabíamos si regresaría. Sí, Chase estaba ahí, pero no era seguro que pudiésemos salvarlo de lo que le pasaba. Si alguna solución no aparecía pronto, Sky debía pensar en seguir delante de una vez, porque, de lo contrario, terminaría muy lastimada.

Ruidos ensordecedores me obligaron a levantarme rápidamente del sofá. Nate hizo lo mismo que yo. No tardamos en tirarnos al suelo cuando nos dimos cuenta de que se trataban de balas.

—¡Abajo! —le grité a Nate—. ¡Quédate en el suelo!

Nate se cubrió la cabeza. Hice lo mismo.

—¿Dónde está Zach? —me preocupaba que hubiese salido de la cabaña y le hubiesen hecho daño.

—Con Chase —levantó la voz.

Varios tipos entraron a la cabaña tirando la puerta abajo. Sostenían armas grandes y nos apuntaban. Nate y yo usamos nuestras habilidades vampíricas para correr hacia los intrusos, logrando golpearlos, pero ellos también tenían ventajas, pues esas armas disparaban balas de plata bañadas en sangre de hombre lobo. ¿Cómo la sabía? Porque antes había sentido ese dolor tan fuerte e insoportable quemándome la piel.

Recibí un balazo en el pecho, otro en el brazo y uno en la pierna.

—¡No, Andrew! —Nate se notó desesperado, pero no pudo alcanzarme, pues también le dispararon.

—¡Nate! —me arrastré hasta él.

Rápidamente empezó a escupir sangre. Eso significaba que la bala estaba muy cerca de su corazón y el veneno de la sangre de hombre lobo estaba haciéndole efecto rápidamente. Nate cerró los ojos con fuerza, tomándose de la herida. Tenía que actuar rápido y quitarle la bala si no quería que muriera.

Nate

Oí pasos fuera de la cabaña y lo primero que pensé fue que Sam estaba de regreso. Pero el tiroteo que se emitió un momento después me dejó completamente descolocado y aturdido.

—¡Abajo! ¡Quédate en el suelo! —me gritó mi hermano Andrew, quien se tomaba de la cabeza para evitar que alguna bala le diera.

Vi en cámara lenta cómo las balas entraban agujereaban las paredes de la cabaña. Lo primero que se me vino a la mente fueron cazadores, pero también pensé en la asociación de brujas. Y, ¿si se habían enterado de Chase? No, eso no podía ser posible.

—¿Dónde está Zach? —noté la preocupación en su rostro.

—Con Chase —respondí, nervioso.

Con Andrew nos pusimos de pie cuando varios tipos entraron a la casa con armas en sus manos, nos acercamos a ellos rápidamente para detenerlo; pude golpear a algunos, pero mi hermano y yo terminamos en el suelo, sangrando. El dolor que se instaló en mi cuerpo me hacía querer gritar, quería hacerlo con fuerza, pero mi propia sangre estaba ahogándome. Escupí sangre repetidas veces, enloqueciendo por el dolor, empezando a notar mi vista borrosa.

Por el diablo, no, no quería morir. No así.

Oí que Andrew gritó mi nombre, pero ya casi no podía oírle.

Atracción destructiva +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora