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Editado. 

Skyler

Se encogió de hombros y el nombre de su hermano apareció en mi mente.

—Ah, ya sé... es por Nate, ¿verdad? Él te ha pedido que vengas a invitarme.

Negó y rodó los ojos.

—No, no saques conclusiones.

Y ahí íbamos otra vez con su mala actitud.

Soplé un mechón de pelo que caía sobre mi ojo izquierdo y pasé por su lado, dispuesta a irme a cualquier otro sitio, uno en el que estuviera lejos de él.

—Mejor me voy.

No logré dar ni tres pasos dado a que su mano aprisionó mi brazo, deteniéndome y haciendo que los libros de mis manos se cayeran al suelo. Lo miré con mala cara y cuando quise tomar mis pertenencias, él se agachó y recogió lo que él provocó. Me quedé un poco sorprendida, no se me cruzó en ningún momento por la cabeza que Chase juntaría eso por mí, a juzgar por su comportamiento.

—Ten, lo siento —me tendió los libros. ¿Se estaba disculpando otra vez? Creo que realmente era bipolar.

Chase parecía tan lindo cuando se comportaba como si jamás le hubiese faltado educación, que tenía que admitir que me agradaba y me daban ganas de tenerlo como amigo. En ese momento sentía algo raro dentro de mi cuerpo.

—Gracias.

—¿Se te apetece venir?

—¿Para qué? —eso no dejaba de hacer eco en mi mente saca-conclusiones.

Volvió a encogerse de hombros, pero esta vez algo ¿nervioso? Jugó con sus dedos mientras mantenía la mirada en otra parte y después se volvió a mí.

—¿Para qué? —insistí.

—Quiero que vengas.

—¿Por qué?

—¿Tienes que hacer tantas preguntas todo el tiempo? —se mostró irritado. Yo también lo estaría.

—Si algo me da curiosidad y me da desconfianza y tengo la oportunidad de inquirir, pues sí.

—Estuve pensando que podíamos ser amigos.

¿Qué? No podía estar hablándome en serio. ¿Quería ser mi amigo? Otra vez las cosas no tenían sentido.

Mordí mi labio, dubitativa.

—¿Por qué...?

—Joder, Skyler —se exasperó—. No pongas esa cara y deja de hacer preguntas.

—Oye, quiero que me digas, ¿okey? Ya sé que soy muy preguntona pero es porque me da mala espina todo esto... Me tratas tan mal y después me tratas bien, y así sucesivamente. No me juzgues por dudar. Y no tengo que recordarte lo que me hiciste el otro día.

—He sido malo contigo pero no me gusta tratar mal a la gente.

Una risa de diversión y recelo salió de mi boca sin permiso alguno. ¿A Chase no le agradaba tratar mal a la gente? Por favor...

—Me conoces hace nada y ya te crees que soy el peor del mundo.

Apoyé mis manos en sus hombros y sonreí.

—¿Quién eres y qué hiciste con el odioso de mi compañero de clase?

Esperé que apartara mis brazos de su cuerpo, pero extrañamente no lo hizo.

—Tú eres muy curiosa y nadie te dice nada.

Jason sí. Todo el tiempo.

Y hablando de él... ¿Dónde estaba?

Atracción destructiva +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora