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Skyler

Chase me miró con fuego en los ojos. Él se preguntaba si mis palabras fueron ciertas. Lo tomé de la mano y tiré de él para que camináramos hacia las escaleras. Chase se adelantó y caminó delante de mí, llevándome él mismo. Cuando llegamos a la parte de arriba, Chase se encargó de conseguir una habitación libre. Varias habitaciones estaban ocupadas.

Me metí en el cuarto y Chase cerró la puerta con llave. Sus ojos se encontraron con los míos y tuve que contener mi respiración para no suspirar por lo guapo que se veía. Estaba segura de que me iba a arrepentir por la mañana de acelerar las cosas entre nosotros, pero ahora nada me importaba.

Chase me tomó de la mano y tiró de mí para que me acerque a él. Sus labios se estamparon contra los míos de una manera furiosa. Sin darme cuenta, Chase me tenía contra la pared, besándome sin piedad. Mis pulmones le pedían clemencia porque les costaba filtrar el aire con normalidad. Pero me encantaba cómo me sentía.

La adrenalina en mi cuerpo, mis manos temblando del placer y el latir acelerado de mi corazón. Me sentí viva y en mi propio mundo. No me importaba nada más. Ni siquiera me importaba estar en el cuarto de un desconocido. Besar a Chase era adictivo. Mis labios amaban la carne de sus labios y el sabor de ellos.

Oír la respiración agitada de Chase encendía mi piel. El aroma de su perfume adentrándose por mis fosas nasales me hacía suspirar. Sus manos traviesas comenzaron a bajar lentamente por mi espalda, cintura, hasta llegar a mis caderas. Sé que él se estaba controlando para no tocarme, pero Chase no tenía idea de cuántas ganas tenía de que me tocara entera. El toque de sus manos me estremecía. Amaba la forma en la que él amagaba con tocarme, pero no lo hacía. Mi cuerpo deseaba su tacto, quería que llegáramos a otro punto.

Me atreví a morderle el labio y estirarlo. Chase soltó una queja, pero no de dolor, sino de placer. Me presionó contra la pared, dándome a entender que le gustó lo que hice. El beso se volvía cada vez más intenso. Chase no me dejaba respirar.

El placer se apoderó de mi piel y lo alejé de mí. Chase me miró sin entender qué pasaba. Noté sus hombros subiendo y bajando con irregularidad. Empujé a Chase a la cama e hice que apoyara su espalda en el colchón. Me subí a horcajadas de él y continué besándolo. Él apoyó sus manos en mi espalda y me acarició.

Chase finalmente tocó mi trasero y lo masajeó, pero lo hizo por encima de la ropa. Le besé el cuello y lo mordí levemente porque no quise hacerle daño. Chase suspiró. A él le encantaba lo que le hacía. Él me tumbó en la cama y se colocó encima de mí para hacer lo mismo que yo. Me mordió.

—Hueles riquísimo, Skyler —mordió el lóbulo de mi oreja.

Me coloqué el perfume favorito de Chase aproposito. Sabía que iba a gustarle.

—Quiero hacerte tantas cosas, Skyler... —murmuró contra mi boca.

—Pues hazlas —le di permiso.

Le quité el traje y desabotoné su camisa. Se la quité y toqué su pecho desnudo. No sé por qué él era tan guapo. Chase se encargó de repartir besos en mis piernas. Ya quería que me quitara la falda y me lo hiciera. Tenía ganas de que fuéramos uno otra vez. Hace mucho tiempo no lo hacíamos y mi cuerpo pedía a gritos ser una con Chase. Estábamos demasiado calientes para no hacerlo.

Chase sabía lo mucho que me gustaba que besara mis piernas. Cuando llegó cerca de mi parte íntima, Chase subió bruscamente a mi abdomen y lo besó por encima de la ropa. Chase llegó a mis labios nuevamente y se apoyó en mí. Ahí. Lo sentí tan duro. Yo estaba lista para él. Estaba lista para que él me hiciera el amor otra vez.

Atracción destructiva +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora