Atracción destructiva +18

78 | AD2

Chase

No me las quería agarrar con Skyler por lo que pasó en su habitación hace un momento atrás. Cuando entré al cuarto, me encontré a Sam en el lugar, lo cual me dejó muy descolocado, pero yo creía en la historia de que no había pasado nada raro y que solo estaban hablando. Confiaba en Skyler, y quería creer que Sam no iba a ser tan idiota de querer meterse con la chica que me gustaba después de que fue él mismo quien me alentó a que lo intentara nuevamente con Skyler. Sin embargo, me pareció un poco desubicado que él se metiera a su cuarto, así sin más. Sé que él quería enmendar su error, pero no hacía falta que se metiera en su cuarto, podía haberle llamado antes, al menos. Supongo que iba a tener que tener una conversación con Sam al respecto.

—¿Cómo es eso de que tú sabías que yo iba a llegar a tu vida? —los ojos de Skyler estaban repletos de curiosidad y confusión.

—Bueno... es que, una vez, mi madre me llevó a conocer a una bruja, es una conocida que ella tiene en Nueva York.

—Creí que tú y tu familia antes no se llevaban bien con las brujas.

—Sí, así era. En sí, sabes que los brujos son enemigos naturales de los vampiros, pero no todos los brujos son así de odiosos como los de La Asociación, por ejemplo. Esta mujer era una cuarentona que tenía algo de fama allí en Nueva York, así que mi madre iba de vez en cuando. A la señora no le importaba si éramos vampiros o no, con tal de cobrar dinero. Así que mi madre me insistió para que fuéramos juntos.

—¿Te leyó las palmas de las manos? —elevó las cejas—. Yo no he aprendido a hacer eso todavía. Luke dijo que me enseñaría pronto.

—No, me leyó el tarot.

—¿Tú crees en el tarot? —volvió a elevar las cejas.

—En el mundo sobrenatural en el que vivimos, claro que creo en el tarot. De lo que no me fío tanto, es de las personas que lo leen. Porque las brujas pueden ser muy mentirosas cuando quieren.

—¿Qué fue lo que le preguntaste a la bruja?

—Mi madre quería que yo conociera sobre mi futuro, pues Madeline estaba muy preocupada por todos mis arranques de locura que tenía. Entonces, pregunté por eso.

—¿Qué fue lo que dijo?

—La mujer dijo que no tenía una buena sensación sobre mi futuro, que veía que yo causaría mucho dolor y que yo mismo sufriría al respecto. Dado a las cosas que han pasado en los últimos años, puedo decir que la mujer sí le acertó en ello. Pero en ese momento no fue algo que me sorprendiera mucho, porque yo sabía que era un chico muy descontrolado, y que cuando mi sed de sangre aparecía, no me podía controlar. Obvio que me decepcionaba, porque, tengo que admitir, que, al preguntar sobre mi futuro, tenía la esperanza de que las cartas me dijeran que yo iba a estar mejor. Ya ves que no fue así...

—¿Qué más te dijeron?

—Ahí es donde apareces tú. Dijo que yo me iba a enamorar de alguien, pero que no duraría mucho, porque íbamos a terminar separados por circunstancias que eran de afuera de nosotros. Lo relaciono con lo que pasó antes, el que me fui al infierno, vendí mi alma el demonio... todo eso.

—Jamás me dijiste algo sobre eso.

—Es que, como te digo, no creía mucho en las brujas. Y no le quise creer a esa bruja tampoco. Ella no me inspiraba mucha confianza que digamos, pero veo que no se ha equivocado. No me acordaba de esa mujer hasta hace poco, cuando mi madre me mencionó que tenía una cita con esa bruja pronto. Solo fue cuestión de recordar lo que dijeron las cartas y lo que pasó entre tú y yo.