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Skyler

Admito que cuando oí las palabras que salieron de la boca de Marie, sentí una gran rabia por Chase. ¿Cómo mierda se le ocurría contarle algo tan privado a ella? Pero lo que me calmaba era esa cicatriz debajo de su tatuaje de murciélago. Quise creer que, si él jamás hubiese estado amarrado, nunca habría revelado algo tan fuerte como que fui una abominación en el pasado.

Me pregunté cómo es que todo había sucedido entre ellos. No quise pensarlo muy a fondo, pero la curiosidad era grande, y más con el amarre que Marie le había puesto. Claro estaba que ella había ido a una bruja a que le hiciera un amarre con Chase, lo cual no era bueno. Ni para Chase, ni para ella, pues sus energías ahora se encontraban vinculadas, y mientras más tiempo pasara, más difícil sería romper ese amarre. Creo que la bruja que efectuó el amarre, no le dijo a Marie que, después de un tiempo (podía ser tarde o temprano) esa magia tomaría un rumbo más oscuro. En el noventa y nueve por ciento de los casos de amarre, la persona que fue vinculada a la otra persona, empieza a perderse rápidamente a sí mismo, empieza a revelarle secretos a su pareja, a amarla enfermizamente, a celarle por todo, se vuelve inseguro, se deprime, pierde el apetito y no puede dormir. Hay distintos tiempos de amarre: está el amarre débil, el amarre medio y el amarre fuerte, que es el que Chase tenía. Todos son malos y traen consecuencias, pero el amarre fuerte tiene una gran potencia que puede llegar a terminar con alguien muerto.

Chase ya de por sí era autodestructivo. ¿Y con un amarre? No me quería ni imaginar. Me pregunté hace cuánto tiempo que ambos salían.

—¡Qué linda que eres! —me dijo, usando un tono muy amable y una sonrisa amigable. Por mi instinto de bruja y mi reciente descubrimiento, por más que me esforzara para que Marie me cayera bien, no lo lograba. Y no, no era porque estaba celosa (que sí lo estaba un poco), pero no era por esto. Maduré en este año en el que estuve sola y con tiempo de pensar y reflexionar mis actitudes.

—¡Gracias! —le sonreí falsamente—. Tú también eres muy hermosa —no iba a exponerla enfrente de todos. Menos sabiendo que era vampiro y que podía usar su rapidez vampírica y quebrarme el cuello. Además, podía delatarme, ¿no?

—Qué bueno ver que congenian bien —comentó Chase.

Quise abofetearlo. Su comentario era estúpido. Pero respiré profundo, repitiendo en mi mente que esto era efecto del amarre.

—No te preocupes, yo no le diré a nadie lo que fuiste. Puedes confiar en mí.

Le hiciste un amarre a mi ex, claro que no puedo confiar en ti, loca desesperada.

—Espero que no. Es muy privado —respondí y miré a Chase—. Aunque es algo que te pedí que no contaras, Chase. Creo que eso no te correspondía decir, ¿no te parece? Me sorprende lo abierto que eres, no sueles ser así de contar las cosas. Tal pareciera magia —No debí decir eso, pero las palabras se apoderaron de mi lengua. Cuando me di cuenta de lo que hice, ya era demasiado tarde.

Marie se tensó, pero sonrió para ocultar su incomodidad y tomó a Chase de la mano.

—¿En serio es cerrado? Siempre ha sido muy abierto conmigo —respondió—. Bueno, vamos, Chase —Marie empezó a caminar con él—. Tomemos asiento y tomemos algo. ¿Sí? —Me miró a mí—. Skyler, ¿podías traernos la carta de bebidas? ¡Gracias!

¿Gracias? Ni siquiera le dije que sí.

Esto era incómodo.

—Puedo servirles yo, si quieres, Sky —se ofreció Jason.

—Lamento esta situación, Sky —dijo Nate.

—No es nada, no importa. Ya no me molesta, Nate —sonreí—. Puedo servirles yo, no te preocupes, Jason.

Atracción destructiva +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora