66 | AD2

2.9K 326 87
                                    

Sam

Mi mente tuvo un colapso cuando vi a Loren caer al suelo con los ojos cerrados. No supe qué pensar, pero luego lo entendí todo. Miré nuevamente a la puerta, pero Marie ya no estaba parada allí. Tuve el impulso de ir tras de ella, pero sentí la voz de Loren en mi mente y no dudé en caminar hasta su cuerpo. Tontamente, la llamé, buscando alguna respuesta de su parte, pero su cuello estaba roto y no había nada más que hacer por ella. Su corazón no latía, su cuerpo no se movía. Marie había matado a mi única amiga.

Loren siempre significó mucho para mi vida, desde que la conocí. Con los años, ella fue envejeciendo y yo no, y sabía que alguna vez tendría que enfrentarme a su partida de este mundo, pero jamás imaginé que sería de esta forma. Un segundo estaba con nosotros, y al otro, ya no más.

Me sentía culpable porque yo fui quien la llamó para que viniera a ayudarnos con esto, algo tan peligroso. La idea era matar a Marie y fue ella quien terminó matando a Loren. Marie pudo tranquilamente quebrarnos el cuello a todos, algunos no moriríamos, pero otros de nosotros sí, y aun así no lo hizo. Sabía bien que era porque ella pretendía regresar y vengarse de nosotros por lo que intentamos hacerle. Lo de Loren fue una especie de advertencia sobre el inicio de una guerra que, por intuición, podía decir que sería un poco larga y peligrosa, y que más de uno de nosotros terminaría mal.

Mi juicio estaba nublado. Me sentía asfixiado. Todos miraban expectantes lo que había sucedido. Quería llorar, pero me aguanté las lágrimas. Quise ser fuerte, pero me estaba costando mucho. Los recuerdos de Loren invadían mi mente de golpe, destruyendo más mi corazón.

En un momento, sentía la mano de Chase tocando mi hombro. Ya se había despertado y, aparentemente, lo que hicimos, rompió el amarre, pero nos quitó a Loren. Sin embargo, no era culpa de Chase.

—Sam —habló con tranquilidad—. Lo siento demasiado, Sam.

Chase, agachado a mi lado, me dio un abrazo fuerte que no me esperaba. Lo pensé un segundo y me di cuenta de lo mucho que había extrañado abrazar verdaderamente a mi hermano, mucho más que él fuese quien cediera y me ofreciera una muestra de cariño. Los últimos tiempos nosotros tuvimos el distanciamiento más grande que jamás habíamos tenido, y él me hizo mucha falta todo ese tiempo. No tenía preferencia entre ms hermanos, pero siempre consideré que, a pesar de todo, Chase tenía algo que lo hacía muy especial.

Cedí a su abrazo sin queja alguna. No dije nada en todo el rato. Oí que todos los demás se fueron de la casa, excepto Blake y mis hermanos. Me quedé en el mismo lugar todo el tiempo, aun abrazado a Chase.

—Sam... —la voz de Blake resonó en la sala.

—No quiero hablar —advertí, serio.

—Lo sé. Solo quería decirte que lo lamento mucho y que estoy aquí para ti, amigo.

—Sam, déjame llevar a Loren a otra parte —dijo Andrew, intentando sacarme a Loren de los brazos, pero no lo dejé. Me aferré más a Loren para que no se la llevaran.

—No —dije, más serio. Quería estar con mi amiga. Yo sé que esto no me la devolvería nunca, pero pronto ya no volvería a ver su rustro y me arrepentiría todo el tiempo por no haber pasado al menos un momento más con ella.

—Esto no te hace bien —me insistió.

No me hacía bien, pero no quería dejarla.

—Loren en la única amiga mujer que ha estado conmigo a pesar de todas las mierdas del vampirismo... ella es mi amiga... y ya no está... Loren no está —lamenté.

Chase intensificó el abrazo.

Su compañía me venía bien. Había perdido a Loren, pero había recuperado a mi hermano. Al menos no me sentía tan mal por ese aspecto, pero perder a mi amiga me quemaba por dentro. Pensar en los años que le quedaban de vida y que ahora no tendría no hacían más que infundirme culpa. Me costaría dormir por las noches.

Atracción destructiva +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora