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Skyler

Para cuando los chicos llegaron a donde Chase y yo nos encontrábamos, él ya se había dormido, o desmayado. Su cabeza descansaba sobre mis piernas, mis manos sobre su cabello y sus mejillas, acariciándolo tiernamente. Chase no estaba nada bien: su rostro seguía pálido, pero más que antes, su respiración era lenta, su cuerpo estaba manchado de sudor y suciedad por el túnel por el que tuvimos que pasar y debajo de sus párpados se instalaba un color rojizo, eran ojeras muy marcadas. Chase necesitaba sangre urgentemente.

Vi el alivio en el rostro de todos, yo me sentía igual que ellos, tranquila por Chase, pero dolorida por otras cosas. Recibí abrazos por parte de Ryan, Luke, y Sara, abrazos que me reconfortaron un poco, hasta que me acordé de la sangre en mis bragas. Vi a Nate, Andrew, Zach y Blake, quien me regalaban una sonrisa, y los dos primeros se agachaban para revisar a Chase. Después vi a Jason, quien me sonreía con orgullo, y luego a Mason, quien hizo contacto visual conmigo, probablemente sabiendo cuál era mi pregunta.

—Yo te vi morir...

—Una bala en la cabeza me detuvo un rato, pero no iba a matarme. Soy hombre lobo —dijo obvio.

Menos mal.

—Qué bueno, porque me sentí horrible por ti. Me alegra mucho que estés vivo, no pesarás en mi conciencia ahora.

—A mí me alegra que estés viva y hayan podido salir —Mason me regaló una sonrisa.

—Te escuché, Ryan —le hice saber a mi hermano, quien rodeaba mis hombros con su brazo.

—Lo sé, sabía que lo harías. Mason dice que en todos lados hay salidas de emergencias. Tuvimos mucha suerte esta vez —Plantó un beso en mi coronilla y se puso de pie.

Y, por último, vi a Sam, comiéndome con sus ojos profundos y juzgantes. ¿No podía simplemente decirme que se alegraba de que estuviésemos vivos, o al menos, no podía sonreír y dejar su orgullo de lado por un momento?

—Gracias por salvarlo —su voz me tomó por sorpresa, fue como si hubiese oído mis pensamientos.

—De nada. Me alegra que todos estén bien, pensé que algo les había pasado a más de uno. Todo eso del fuego, los disparos, el humo... fue demasiado.

Los chicos levantaron entre ellos a Chase para llevarlo rápidamente al auto. Nadie tenía una bolsa de sangre en los autos y Chase necesitaba comer o seguiría debilitándose, así que se apresuraron para no hacerlo sufrir más. Por más que él estuviese dormido, su cuerpo seguía sintiendo hambre. Todos empezaron a caminar, menos Jason, quien me ayudó a levantarme.

Cuando él quiso empezar a caminar junto a los demás, lo tomé del brazo.

—Necesito que me lleves al hospital ahora mismo —supliqué, completamente seria y tocando mi vientre—. Creo que estoy sufriendo un aborto, mi vientre me duele —susurré. El viento soplando fuerte era perfecto para crear ruido y que los vampiros no llegasen a oírme.

Sus ojos bajaron hasta mi vientre mientras asentía.

—¿Puedes caminar? —preguntó, pero no esperó a que le respondiera, me cargó en sus brazos con delicadeza y empezó a caminar rápidamente.

El estrés de lo ocurrido era la perfecta excusa para utilizar ante las miradas de los demás, quienes se preguntaban por qué Jason me cargaba si yo podía caminar. Jason dijo que toda la situación hizo que me bajara la presión y que me llevaba cargada por si terminaba desmayándome. Jason abrió la puerta del lado del copiloto y me sentó en el asiento, abrochando mi cinturón.

—¿Qué les decimos a ellos? —pregunté.

—Tú nada, déjamelo a mí —Cerró la puerta y caminó hasta Ryan, Luke, Mason y Sara. ¿Cuál será la excusa que Jason pondría?

Atracción destructiva +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora