79 | AD2

1.2K 138 38
                                    

Skyler

Mi cuerpo tembló levemente cuando Chase besó mis labios. Me sentí muy pequeña a su lado, pero muy segura y muy feliz de que esto al fin estuviese pasando.

No sé por cuánto tiempo esperé que esto pasara, pero sé que fue mucho tiempo y que mi corazón estaba roto por eso. Siempre me dolió tener que estar lejos de Chase

Fuimos dos jóvenes que se amaron, pero el amor no fue suficiente para estar juntos. Hoy en día, Chase y yo logramos limpiar nuestro amor de la toxicidad que nos rodeó en un principio. El respeto que ambos teníamos hoy era indispensable para mí. Siempre fui consciente de que Chase y yo, más allá de que en el pasado nos amamos, éramos tóxicos el uno con el otro y nos faltábamos el respeto. Pero pudimos superar eso con todo lo que vino después a nuestras vidas. Jamás creí que íbamos a estar juntos, o que intentaríamos estarlo otra vez, pero las cenizas de ese amor tan fuerte seguían tan presentes como el fuego que una vez hubo. Lo confirmaba con este dulce beso.

Pude apartarlo y decirle que no era lo correcto, pero mi interior me pidió que no lo hiciera. No solo fue un deseo físico de mi parte, sino que también fue un deseo de mi corazón. Sentí que esto era lo correcto para Chase y para mí, sentí que debía darle la oportunidad a él y darme la oportunidad a mí misma.

Le di todas las señales a Chase de que esto que él hacía era lo que yo también quería. Dejé que me besara, dejé que sus labios me guiaran hacia donde él quería llegar. Permití que toda esa marea de sensaciones me atravesara el cuerpo. Permití que toda esa emoción y ese anhelo se notaran en mis besos. Dejé que él me tomara de las mejillas y me acariciara, dejé que él bajara su mano por mi brazo y tuviera un gesto de cariño conmigo. Sé que podíamos terminar en un punto más extremo si nos dejábamos liberar por el deseo de nuestros cuerpos, pues yo podía sentir las ganas que Chase tenía de arrancarme la ropa, y era algo mutuo, porque a mí me pasaba lo mismo que a él. Sin embargo, no estaba segura de que fuese el momento adecuado para llegar a ese otro punto, pero me permití disfrutar más del recorrido sin darle tanta importancia a mis pensamientos.

Este era nuestro primer beso después de mucho tiempo sin haber probado su boca. Debo admitir que me sentía sumamente invadida por el cosquilleo en mi interior. Extrañé tanto poder besarlo, que me sentí como si estuviera en casa, en un lugar seguro, mientras su boca besaba la mía. La textura de sus labios me llevaba a esos tiempos turbulentos que vivimos, pero también a esos encuentros tan fogosos que pudimos tener.

Chase me acercó más a su cuerpo y me abrazó para que no me separara de su boca. Era difícil controlarse.

—Es un misterio la forma en la que te amo —se detuvo para decirme. Yo quería seguir en lo que estábamos, mi piel estaba en llamas y necesitaba de su tacto como al aire para respirar, pero sus palabras me llamaron la atención.

Sin embargo, no dije nada y esperé a que él aportara algo más.

Chase removió mi cabello de mi rostro y se quedó en silencio, mirándome a través de la casi completa oscuridad de mi habitación.

—¿Sucede algo? —tuve que preguntar, pues él se quedó callado, pensando en algo.

—No, solo estoy pensando —hizo una mueca efímera.

—¿En qué estás pensando?

—No sé si quieras saberlo, Skyler.

—Estoy preguntando por algo, Chase.

—Es que recuerdo la última vez que estuve en esta cama, Skyler. No terminaron bien las cosas entre tú y yo. Nos hicimos mucho daño. ¿Recuerdas?

Cómo iba a olvidarlo. Eso fue algo que reviví en mi mente una y otra vez desde que Chase terminó nuestra relación afuera de la escuela. Hace mucho tiempo él y yo dormimos juntos por última vez, exactamente el mismo día en el que tuve que ir al hospital por lo del bebé. Pero con el tiempo borré un poco ese peso de mi mente, de mi alma. No es que dejé de darle importancia, pero no era sano para mí recordarlo. Los primeros meses sin Chase fueron una tortura emocional, pues mi mente repetía una y otra vez los últimos días que tuve con Chase antes de que él se marchara. Sin embargo, debo admitir que siempre sentí que necesité hablar una última vez del tema.

Atracción destructiva +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora