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Skyler

Mi vestimenta para la fiesta de Sam era simple y cómoda, no me esforcé en arreglarme. Quería estar cómoda durante la noche ya que terminada la fiesta haríamos un fuerte hechizo con los brujos de nuestro grupo y no me sentía cómoda imaginándome con un vestido y zapatos mientras matábamos a Marie.

Jason era el conductor esta noche, mis hermanos iban en el asiento de atrás y yo adelante. El auto estaba envuelto en un peculiar silencio, pues Luke y Ryan acostumbraban a hablar mucho con Jason siempre que estaban juntos. Supongo que matar a una bruja de cientos de años, la misma mujer de la que se hablaba en los grimorios que ellos han leído durante su vida entera, esa que también tiene demonios de su lado, influía en sus actitudes. De hecho, Jason se veía igual de inquieto y callado. ¿Yo? Intentaba no pensar mucho en ello. Solo mantenía presente en mi mente que esto ayudaría a alguien que apreciaba y que evitaría que muchos inocentes muriesen en sacrificios a mano de Marie Landon. Claro que estaba nerviosa por el asunto, pero no le daba tantas vueltas para no darle paso a las dudas que seguramente me echarían para atrás.

El plan ya estaba puesto en marcha. Loren, la amiga de Sam, estuvo horas previas a la fiesta de inauguración en la casa para crear un hechizo para que Marie no pudiese salir de la casa una vez que entrase en ella. Teníamos que estar atentos para que ella no saliese en ningún momento, así no se daba cuenta de que algo malo sucedía.

—Tengo que admitirlo, chicos, me siento nervioso. Marie me pone incómodo. Esto tiene que salir bien sí o sí o saldremos todos muertos de esta. Le prometimos a mamá que tendríamos mucho cuidado —Luke se removió en su asiento. Lo miré desde el espejo retrovisor.

Esa eran las primeras palabras que alguien decía durante el viaje.

Sí... Mamá prácticamente nos lloró cuando le dijimos que ya nos iríamos para la fiesta. Pero la entiendo.

—¿Quién no estaría nervioso? Todos nos haremos en los pantalones cuando la fiesta se termine —aseguró su gemelo.

—Todo saldrá bien —Intenté tranquilizarlos. No estaba tan segura de si todo saldría bien, pero quería que ellos tuvieran la mente fresca y no se viesen controlados por sus nervios y miedos a la hora de la acción.

Saqué el papel que Loren me dio hace días y leí lo que había escrito para repasar todo. Era el conjuro que utilizaríamos, uno que debíamos repetir una y otra vez hasta que el sigilo en el que meteríamos a Marie se rompiese y ella cayese muerta en dentro de él. A simple vista todo parecía muy tranquilo y fácil, pero la verdad es que el hechizo sería muy doloroso para ella y tendríamos que oírla gritar y gritar, hasta verla sangrar. Incluso, los brujos terminaríamos agotadísimos y desgastados luego de este hechizo. Y los vampiros y Mason también, pues ellos nos permitirían canalizar sus poderes para que el hechizo fuese más fuerte, un poco más rápido y más efectivo.

—No me acostumbro mucho a la Skyler positiva en la que te has convertido —dijo Luke.

—Antes lloriqueabas por todo —concordó Ryan.

—¿Tengo que recordarles todo por lo que he pasado? Otros en mi lugar hubiesen preferido quitarse la vida. Además, confío mucho en mis poderes.

—Sí, confío en que puedes hacerlo, Skyler —Jason me apoyó. Lo miré, él a mí y me sonrió. Le devolví la sonrisa—. Te has vuelto muy fuerte este último año, has trabajado duro en tus poderes y eres muy buena.

No era por presumir, pero era verdad lo que él decía. Mis poderes habían tomado una fuerza increíble todo este tiempo en el que estuve entrenando casi todos los días. Jason decía que, quizá, pequeñas chispas de mis poderes de abominación habían quedado en mi magia.

Atracción destructiva +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora