Amor en Navidad (#1 Corazón d...

By dzgggfjh

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Derín ha trabajado durante cinco años en la misma cafetería, pero un día la dueña del lugar le menciona que t... More

Sipnosis
🎄Capítulo 1🎄
🎄Capítulo 2🎄
🎄Capítulo 4🎄
🎄Capítulo 5🎄
🎄Capítulo 6🎄
🎄Capítulo 7🎄
🎄Capítulo 8🎄
🎄Capítulo 9🎄
🎄Capítulo 10🎄
🎄Capítulo 11🎄
🎄Capítulo 12🎄
🎄Capítulo 13🎄
🎄Capítulo 14🎄
🎄Capítulo 15🎄
🎄Capítulo 16🎄
🎄Capítulo 17🎄
🎄Capítulo 18🎄
🎄Capítulo 19🎄
🎄Capítulo 20🎄
🎄Capítulo 21🎄
🎄Capítulo 22🎄
🎄Segunda Parte: Familia de Navidad🎄
🎄Capítulo 1🎄
🎄Capítulo 2🎄
🎄Capítulo 3🎄
🎄Capítulo 4🎄
🎄Capítulo 5🎄
🎄Capítulo 6🎄
🎄Capítulo 7🎄
🎄Capítulo 8🎄
🎄Capítulo 9🎄
🎄Capítulo 10🎄
🎄Capítulo 11🎄
🎄Capítulo 12🎄
🎄Capítulo 13🎄
🎄Capítulo 14🎄
🎄Capítulo 15🎄
🎄Capítulo 16🎄
🎄Capítulo 17🎄
🎄Capítulo 18🎄
🎄Epilogo🎄
Extra: Cumpleaños de Derín

🎄Capítulo 3🎄

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By dzgggfjh

1 diciembre

Derín

Respiro profundamente antes de tocar el timbre de tan inmensa mansión en la que estoy a segundos de entrar. Pincho el timbre y suelto el aire que retuve por unos segundos.

Una mujer rubia es la encargada de abrirme y me presento con ella.

—Hola soy Derín, busco a la señora Alice Luna, vengo de parte de la agencia —me presento frente a la mujer.

—Mucho gusto, soy Alice, pasa por favor —se presenta la mujer de ojos azules y entro seguida de ella.

Tomamos asiento en unos blancos y cómodos sofás.

—No tengo mucho tiempo para hacerte las debidas preguntas ya que tengo que salir a mi trabajo en cinco minutos, te daré las indicaciones para que las sepas desde ahora y no lleguemos a un accidente —ella habla y yo solo asiento—. La pequeña se llama Dafne, tiene tres años, es alérgica a las nueces y es muy fan de comer galletas. Su padre bajara en unos minutos para que lo conozcas y se entere que has llegado. En este momento ella se encuentra desayunando en el comedor. Te dejaremos a cargo de ella hasta que regresemos, si surgen problemas o ella nos quiere llamar te dejare los números en los que nos puedes localizar —la mujer rubia habla muy rápido, pero eso no impide que entienda cada una de sus indicaciones. Me entrega una hoja donde se encuentran varios números.

Entiendo y comprendo todo lo que me dice. Están confiándome a su pequeña.

—Madre nos vamos —hablan detrás de mí. Siento que esa voz ya la he escuchado en otro lugar.

—Si hijo —se pone de pie—. Ven hijo te presento a la niñera de Dafne.

Me pongo de pie para después girar mi cuerpo y saludar.

—Mucho gusto soy... —levanto mi cara y callo de golpe al reconocer a la persona.

—¿Más? —me pregunta él mientras no deja de embestirme con rudeza en aquella encimera donde seguramente desayuna todas las mañanas.

—Sí —fue mi respuesta mientras rotaba mis caderas dándome más fricción con su sexo.

Enrede mis manos en su cuello atrayéndolo a mis labios para seguir devorándonos como dos adictos en búsqueda de su próxima dosis.

Es el tipo con el que me enrolle el sábado por la noche.

«¿Qué hiciste Derín?»

—Estas bien —me pregunta la mujer y asiento.

—Perdón, soy Derín mucho gusto —extiendo mi mano y él la toma.

Nuestros ojos conectan. Y otro recuerdo relámpago llega a mí.

Te voy a comer estas tetas —dice mientras yo muevo mis caderas de arriba a abajo dándonos placer a ambos. Él me sujeta de las caderas guiando con su mano mis movimientos sin dejar de observar mis pechos pegados a su pecho.

Retuerce mi pezón soltándome un gemido de lo más profundo de mi garganta. Pasa su mano por mi trasero hasta llegar a mi espalda apartando el cabello de mi rostro para que ambos nos podamos ver.

¡Oh por Dios! Soy yo montándolo como ninfómana en abstinencia mientras el sujeto me apretujaba de las caderas y se comía mis tetas

Paso saliva y desvió mi mirada cuando nos saltamos de las manos.

—A partir de hoy serás la niñera de mi nieta hasta que nosotros prescindamos de tus servicios —vuelve hablar la mujer rubia.

—Gracias señora —respondo.

—Madre, te espero en el auto —menciona el sujeto antes de salir.

—Ven Derín, te llevare con mi princesa —camino detrás de ella.

Entramos a la cocina y encuentro a una pequeña de cabellera rubia sentada comiendo fruta.

—Dafne —la llama su abuela y ella levanta su rostro.

También tiene los ojos azules como los de su abuela, se podría decir que es una pequeña copia exacta de la mujer que está a mi derecha.

—Mi princesa —le habla a la niña—, ella es Derín y será tu niñera, te cuidará estos días cuando no estemos en casa —me presenta y yo me acerco a la pequeña.

—Hola Derín, me llamo Dafne —se presenta.

—Tu abuela ya me dijo como te llamabas angelito, ¿Esta rico tu desayuno? —pregunto y asiente limpiando las manchas de sus mejillas.

—Nos vemos chicas —se despide la mujer besando a su nieta en una mejilla y después salir de la cocina.

—¿Te gustan las princesas? —me pregunta tomando el vaso con jugo de naranja mientras tomo asiento en la silla continua.

—Sí, ¿Cuál es tu princesa favorita? —pregunto para seguir interactuando con ella.

—Obviamente la sirenita. ¿La tuya? —devuelve el vaso a la mesa después de terminarse el contenido.

—Fácil, Rapunzel.

La pequeña niña termina su desayuno y la empleada encargada de la cocina limpia el lugar cuando ella se levanta.

—Vamos a mi habitación —me toma de la mano—. Ahí tengo mi colección de princesas —subimos las escaleras.

Entramos a su alcoba. Me asombro totalmente de la habitación. En el centro de esta se encuentra la cama con sábanas de princesas, un sofá en un rincón junto a una estantería con varios libros. En la habitación también se encuentran dos puertas adicionales, una de ellas debe de ser del baño y la otra del armario donde la niña se dirige apenas entramos a la habitación.

—Ven —vuelve a tomar mi mano —Hagamos una fiesta del te —me deja en la mitad de su alcoba.

Ella se adentra nuevamente al armario y comienza a sacar varios de sus juguetes. Nos sentamos frente a la mesita que tiene y comenzamos a jugar con todos sus juguetes. Una gran colección de muñecas.

A pesar de ser una niña que se ve que sus familiares la han consentido, no es caprichosa y tampoco ha sido grosera conmigo. Sus padres han sabido criarla muy bien. Pasamos toda la mañana rodeadas de juguetes que cuando entra la empleada para decirnos que es hora de que coma la merienda, nos levantamos del suelo donde Dafne realizaba una pasarela mientras los espectadores éramos sus muñecas y peluches. La pequeña toma asiento en la mesita y yo pongo lo que la empleada trajo en la mesa.

***

Coloco la manta encima del pequeño cuerpo, ahora la pequeña duerme en su habitación. Después de comer la merienda regresamos a jugar un poco con sus muñecas, pero creo que se cansó de tanta energía que utilizamos al sacar la gran caja con la ropa y accesorios para estas. Entro a la cocina donde encuentro a la cocinera y me quedo a platicar con ella en lo que la pequeña despierta.

—¿Tienes mucho tiempo trabajando para la familia? —pregunto sentada en un taburete muy cerca de la puerta para comprobar desde el lugar cuando la pequeña niña de tres años despierte.

—Desde que la señora comenzó a trabajar —responde vaciando la pasta en una olla con agua para que comience a cocerse—. Ella antes era la encargada de mantener su casa.

—Entonces conoces a la madre de Dafne —menciono sirviendo agua en un vaso de vidrio.

Cuando estábamos jugando en su habitación, le pregunte a la pequeña rubia por su madre y ella no supo contestarme.

—No, pero tampoco es una historia que a mí me corresponda decirte —menciona la mujer fiel a sus principios—. Ven, acompáñeme a lo que será tu habitación a partir de hoy.

Freno a la mujer cuando me toma de la mano.

—Espera un segundo, dices que tendré que pasar la noche aquí

—Sí, debieron decirte eso la señora o el joven Axel —la mujer vuelve a tomar mi mano y esta vez si salimos de la cocina.

Nos dirigimos a la segunda planta, así que subimos las escaleras y nos detenemos frente a una puerta, saca las llaves de su mandil y abre la puerta dejándonos pasar.

—Esta es tu habitación —menciona y yo le doy una vista rápida al lugar.

La habitación cuenta con una gran cama, tiene su propio baño, se encuentra un sofá y un pequeño pero bonito tocador.

—Gracias...

—Soy Esmeralda, siempre olvido presentarme

—Gracias Esmeralda, pero creo que está de más que yo tenga una habitación en esta casa si no dormiré acá —respondo saliendo de la habitación.

—La señora tenía mucha prisa, por esa razón no te pudo explicar muy bien como funcionaras en esta casa —menciona cuando salimos de la habitación.

—Pero tú me ayudaras a entender todo esto.

—Claro, vamos a la cocina que tengo que empezar a preparar la comida de hoy.

Ingresamos nuevamente a la cocina y como la pequeña Dafne aun no despierta decido que la ayudare a cocinar.

—Los señores, son unas personas muy ocupadas, trabajan en televisión y sus horarios son muy extensos y diferentes.

—No mintió —susurro mientras corto en trozos las verduras.

—¿Decías algo? —pregunta la mujer.

—No, nada, sígueme hablando de ellos —ahora me interesa saber sobre el castaño que yo juzgue en aquel bar.

—Cómo te decía —retoma la conversación—. Ambos trabajan en televisión. El joven Axel es productor de un programa que realiza en asociación con su madre todos los años. Escuche por ahí que este año tendrá el triple de trabajo ya que hará un especial navideño y será en vivo.

—Me imagino que no debe de ser fácil —recuerdo que así era la vida de mi padre. Un hombre ocupado que casi nunca estaba en casa y viajaba mucho por ello.

—Esta de un humor ya que las cosas no salen como él quiere, pero eso no es a lo que iba. La señora Alice, tiene un programa de cocina donde ella es la anfitriona, la temporada de trabajo para ambos es estos últimos meses, así que ya te harás una idea que es casi imposible que estén en casa.

—Por eso me contrataron —menciono— ¿Pero antes no tuvo más niñera?

—Siempre la cuido su tía Becca, pero la señorita está a unas semanas de casarse, así que no puede hacerse cargo de ella.

—Claro, tiene otros pendientes más importantes.

Escuchamos que tocan la puerta de la cocina, me levanto de mi lugar y me asomo para ver quién es. Lo primero en ver es la sonrisa de la personita detrás de la puerta.

—Hola bella personita, ¿cómo estuvo tu siesta? —la tomo en mis brazos.

—Muy bien, me darían agua, por favor —menciona y la mujer le entrega el vaso con agua.

Termina su vaso de agua después de varias pausas.

—Gracias —murmura entregandome el vaso—. Vamos arriba, quiero mostrarte un lugar —subo las escaleras con ella en brazos.

—Mejor porque no vemos alguna película de princesas, sé que tienes una gran colección de películas.

—Más tarde podemos hacer un maratón —responde la pequeña sin un interés.

—Sabes, yo nunca he visto la película de la sirenita.

—¿¡Noo!? —pregunta dramáticamente abriendo su boca.

—Ahora a donde nos dirigimos pequeña —pregunto al no saber si girarme a la derecha o izquierda.

—A mi habitación, es emergencia nacional —sigue dramatizando— ¡¿Nunca has visto la sirenita!? —pregunta y niego— Vamos, vamos, es emergencia nacional.

La dejo en sus pies cuando llegamos a su habitación, corre hacia un estante donde saca varias cosas y no sé qué busca.

—Aquí esta —grita y brinca al encontrar lo que buscaba —Ten, ponlo en la tele —me entrega la caja y por el nombre sé de qué trata— Veamos la mejor película de todos los tiempos.

Recibo la caja, le pido que regrese las cosas que saco a su lugar, mientras yo pongo la película en televisor que tiene en su habitación.

La película inicia y nos sentamos en las sillitas para ver la película. "La sirenita" era mi película favorita cuando era pequeña, al pasar los años nuevas historias de princesas comenzaron a salir y dejo de interesarme. Tengo pocos recuerdos de cuando era de su misma edad y me gustaba sentarme con mi padre a ver esa película, los dos frente al televisor comiendo palomitas de maíz.

Termina la película, no preste mucha atención a la historia ya que los recuerdos de cuando era más pequeña no dejaban de llegar y fue imposible concéntrame, la pequeña rubia se posa frente a mí y solo frunzo mi ceño.

—¿Te gusto la película? —no esperaba menos de ella, como buena fan debe de preguntar.

—Me encanto —respondo levantándome de la sillita, mi trasero y piernas en algún momento de la película se durmieron. Me vuelve a tomar de la mano sacándome de la habitación sin importarle que quiero estirarme después de una hora.

Ella me indica a que lugares girarme y cuando me pide que me detenga sé que llegamos al lugar de la sorpresa.

—¿Esta vez me mostraras la colección de vestidos que tienes? —pregunto antes de entrar.

—No, esta es una sorpresa diferente.

Toma la manija de la puerta y esta sede dejándonos entrar al lugar.

—Bienvenida —menciona la pequeña entrando.

Es una habitación común como cualquiera, no sé qué quiera mostrarme aquí.

—Vamos, pasa —vuelve a tomar mi mano.

Observo detenidamente como está decorada la habitación, las paredes son de un color amarillo, tiene una ventana, se encuentra un tocador del triple tamaño del que está en mi supuesta habitación, se encuentra un sofá, un escritorio para hacer tareas y unas puertas de cristal que dividen la habitación con el balcón.

—Ven —toma mi mano ya que me quede en el medio observando la habitación— Esta es la sorpresa —nos detenemos frente a un closet y ella abre las puertas dejándome apreciar una gigante colección de muñecas —Nada de lo que está aquí adentro se puede tocar.

Levanto mis manos para que sepa que no tengo intenciones de hacerlo.

—¡¿Qué está pasando aquí?! —escucho que hablan detrás de mí y yo no me muevo y dejo de respirar.

No debí de seguir a la pequeña sin saber a dónde me llevaba. Lo que menos quiero estando en esta casa es meterme en problemas, suficiente tengo con mi encuentro con el padre de Dafne como para meterme en más situaciones bochornosas con los integrantes de esta familia.

***

¿Quien será la persona que a entrado en la habitación?

Lo sabremos en el próximo capítulo.

¿Que tal el reencuentro de Derine con Axel? Será que sabremos que paso por su cabeza cuando la vio.

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