Dolce amore

By AngieRosas058

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Saga Flores en la Mafia #4 Se dice que siempre llega alguien a nuestras vidas para salvarnos de nuestra oscur... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Medusa
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Epílogo
Agradecimientos
La nueva era

Capítulo 20

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By AngieRosas058

Enzo

Me remuevo ligeramente en la cama, buscando una mejor posición para dormir, había sido un día agotador no solo en el ámbito físico, si no en el emocional. Me doy la vuelta, acomodando mi cabeza en la almohada para seguir disfrutando de mis sueños. Pero este día no es de mi suerte, mis sueños se convierten en pesadillas.

O más bien

Recuerdos

Mi mano tiembla con el arma, miro a la mujer que está frente a mí. Sus ojos están llenos de lágrimas que se deslizan sin control por sus mejillas, me suplica con la mirada que no lo haga.

No quiero hacerlo

No puedo hacerlo

La mujer abraza con fuerza su grande panza. Ella no tiene la culpa de lo que hizo su esposo, ese bebé tampoco la tiene. Siento la mirada penetrante de Francesco, en mi nuca.

-Hazlo- me ordena

Con una valentía que carezco, respondo.

-No quiero- susurro, lo miro- ¡No puedo hacerlo!-

Escucho su grito de furia, poco después siento como mi cabeza es tomada haciendo que fije mi mirada en la mujer, que no deja de llorar.

Niego varias veces, mis ojos se llenan de lágrimas también. Hago todo lo posible por retenerlas.

No quiero convertirme en un asesino

No quiero ser como él

Francesco, toma mi brazo con fuerza haciéndome daño, trato de luchar pero su fuerza es superior a la mía. Me obliga a poner el cañón del arma en la frente de la mujer, sus manos toman uno de mis dedos, colocándolo en el gatillo.

-¡Ella no tiene la culpa!- le grito- ¡No quiero hacerlo!-

-¡Vas a hacer lo que yo te digo!- me grita- ¡Soy tu padre y me debes respeto, mocoso malagradecido!-

Niego frenéticamente, ya no me molesto en aguantar mis lágrimas. Ellas solas comienzan a bajar por mis mejillas, escucho su asquerosa risa en mi oído.

-Eres un cobarde, un inútil que no sirve para nada-

Sigo forcejeando, de un momento a otro.

Un disparo se escucha

Algo salpica mi rostro

El olor a pólvora

Me quedo quieto un momento

No

-¡NO!-

Grito al ver como el cuerpo de la mujer cae en el piso, su sangre comienza a salir de la herida en su frente. Miro como sus ojos abiertos, sin vida. Veo como una solitaria lágrima desciende por su mejilla, no puedo creer lo que estoy viendo. Mi vista va de mi mano hasta el arma.

Yo lo hice...

Yo la maté...

Soy un asesino

Escucho la risa de Francesco, aplaude como si hubiera visto un espectáculo.

-Muy bien, bajo presión trabajas mejor-

No respondo, caigo de rodillas mirando el cuerpo de la mujer que me mira fijamente, sin vida alguna en sus ojos, las lágrimas de deslizan sin control de mis mejillas.

Su risa se escucha más fuerte

-¿No me digas que le tenías compasión?-

-No se lo merecía, ella era inocente- susurro.

Entonces, una ira violenta entra en mi cuerpo. Tomo nuevamente el arma y le apunto directamente, con ira mezclada con furia, mi mano no tiembla. La escoria parece sorprendido por mi arrebato, pero sonríe.

-Adelante, hazlo- me reta, se ríe- ¡Mátame!-

Lo miro fijamente

Jalo el gatillo

Pero nada sucede, frunzo el ceño. Antes de que pueda preverlo, un golpe en el rostro me hace caer el piso, siento el sabor metálico de la sangre en mi boca. Francesco, me mira de manera burlona.

-¿De verdad creíste que le pondría más balas?- se ríe- ¿Para qué? ¿Para rebelarte contra mí?-

Un patada es dirigida hacia mi estómago, me saca el aire. No deja de golpearme por diferentes partes de cuerpo, me hago bolita buscando una manera de esquivarlos.

-¡Escúchame mierda de alcantarilla!- me grita- ¡Tú no eres nada! ¡NADA! ¡Eres y serás siempre un cobarde!-

No respondo. Me asesta una última patada en mi estómago, antes de salir del sótano dejándome a oscuras, escucho como le pone seguro a la puerta.

Me hago un ovillo, en una esquina. Todo mi cuerpo duele, ni siquiera me tomo la molestia en limpiar mis lágrimas. Miro de nuevo el cadáver de la mujer, sus ojos me miran fijamente, es una imagen que no se irá de cabeza nunca en mi vida.

-Lo siento...- digo- de verdad, lo siento-

No era mi intención, lo juro.

Soy un asesino

-Eros...-

Una voz familiar me llama

Me acerco con cuidado hasta el cuerpo, me arrastro por el piso como mis extremidades me lo permitan. Con mis dedos cierro sus ojos, pero la imagen de sus ojos se repite en mi mente y sé que es algo que me atormentará el resto de mi vida.

-Enzo...-

Coloco una mano en su vientre, las lagrimas vuelve a hacerse presentes. Ellos no tenían la culpa, eran personas inocentes.

-Soy un monstruo-

En esto me he convertido

En un monstruo

Mis manos tiemblan y mi respiración se hace más errática. La oscuridad, el dolor y la ira, se mezcla. Niego desesperadamente.

-¡Soy un monstruo!- me grito a mi mismo- ¡Un asesino!-

Nadie va a quererme así

Nadie puede amar a un monstruo

No lo merezco

-¡ENZO!-

Entonces

Despierto

Abro los ojos de golpe y me incorporo en la cama, siento el sudor correr por mi frente, mientras mi respiración es errática, llevo una mano a mi pecho, sintiendo los latidos de mi corazón acelerados. Trago duro, tratando de volver a la realidad.

Me sobresalto, cuando siento un toque en mi hombro. Veo a Karla, con sus manos levantadas en señal de tranquilidad.

-Hey, cariño- dice- solo soy yo-

Parpadeo un par de veces, tomando respiraciones profundas para calmarme. Mi esposa se mantiene un poco alejada de mí, mientras trato de recuperarme. Cuando me tranquilizo, la miro.

-Tuviste una pesadilla- me mira- ¿Estás bien?-

Tomo una respiración profunda antes de soltarla suavemente. Asiento, trago con fuerza.

-Sí, creo que sí- respondo fuera de balance.

Mi esposa ladea su cabeza, mirándome con cariño.

-¿Quieres contarme?-

-No lo sé...- logro decir- aún estoy asimilándolo, creo-

Karla, envuelve su brazo en mi hombro, mientras recuesta su cabeza en mi hombro desnudo. Ambos no colocamos en la orilla de la cama, mirando el mar que está a oscuras. Deben ser bien entrada la noche, miro el reloj.

Las cuatro de la mañana

Mi esposa deposita un beso en mi mejilla, cierro los ojos ante su contacto. Disfrutando de este momento de calidez.

-Aquí estoy, por si quieres hablar-

Asiento, mi mente vuelve a perderse en las imágenes de mi pasado. Esa es una parte que me marcó toda mi vida y lo seguirá haciendo. Miro fijamente el mar, sin saber que decir realmente.

-Es curioso- la escucho, miro su rostro- yo ayer me rompí con mi mierda- niega- ahora, mi esposo está igual-

Inesperadamente, eso logra sacarme una sonrisa leve. Beso su frente, suavemente.

-Estamos malditos- susurro

Se ríe, suavemente

-Muy malditos- guarda silencio unos segundos- Enzo, no sé cuanta mierda hayas pasado, la verdad no lo sé- me mira- pero quiero que sepas, que no estás solo. Y que tardes, lo que tardes en decirme, estaré para oírte- acaricia mi mejilla- así como lo hiciste conmigo-

Asiento, mientras beso el topo de su cabeza.

-Lamento si te preocupé- digo.

-Me preocupé- lo pudo oír en su voz- te estabas retorciendo como si sufrieras algún dolor, pero uno muy profundo- responde- tenía miedo, de que te hicieras realmente daño-

-Lo sé, dea- susurro- lo siento-

Niega en mi hombro

-No es tu culpa-

Quisiera creer eso

Realmente quisiera hacerlo.

No sé cuánto tiempo, permanecemos en esta posición. Hasta que siento la respiración suave y uniforme de Karla, en mi cuello. La miro, sonrío ligeramente al verla dormida. Debe estar cansada, después de todo hemos tenido un día de mucha mierda oscura, acaricio su mejilla.

-Descansa, dea- susurro

La tomo en brazos, la acomodo en una mejor posición en la cama, escucho su respiración suave. La cubro con la manta, por que en Sicilia, algunas veces las noches suelen ser muy frescas. Besos su frente, suspira pero no se despierta.

-Volveré un momento, dea-

Me coloco unos pantalones de chándal, no creo que sea buena idea ir en ropa interior. Abro la puerta del ventanal suavemente, tratando de no hacer ruido.

Descalzo, bajo las escaleras que dan a la playa, el aire fresco me golpea el rostro. Camino un par de metros, sin perder de vista la casa, me coloco en la orilla de la playa, sintiendo como el agua helada moja mis pies. Suspiro.

Eso se siente bien

Siempre que las pesadillas, en medio de la noche me despiertan. Me dirijo hacia la playa, solo para mirar un poco la tranquilidad del lugar, es por eso que me gusta vivir en Sicilia.

Tomo asiento en la arena, no me importa si el agua me moja la ropa. Coloco mis brazos detrás de mi espalda y estiro mis piernas, suspiro mientras me pierdo en mis pensamientos.

Siempre creí que por las atrocidades que hice a lo largo de mi vida, nunca encontraría alguien me amara. Nunca podría formar una familia, no podría darles un buen a mis hijos.

¿Cómo les explicas a tus hijos que eres un monstruo?

¿Cómo serás un buen ejemplo, si tú eres uno peor ejemplo?

Esas son las preguntas que siempre me han atormentado desde aquella noche.

No escogí esto

Me obligaron a convertirme en lo que soy.

En un asesino a sangre fría.

Alguien que es incapaz de sentir emociones.

Solo odio y rencor por lo que me había tocado vivir.

En un monstruo

Aunque mi hermana me golpee tantas veces en la cabeza, para hacerme entender. No puede cambiar los hechos y las evidencias, Francesco hizo de mí su peor copia. Aprovechó de cada una de mis vulnerabilidades para joderme de mil maneras posibles, sabía que daría lo que fuera por mi hermana, para que estuviera a salvo.

Y ni siquiera pude hacer eso

Mi miedo y mi cobardía, hicieron que Vivianne, viviera el infierno que pasó. La culpa me carcome cada día.

Cada día que tuve que hacer hasta lo más horrible, por sobrevivir. Estaba solo, no tenía nadie.

Todos me habían abandonado en algún punto de mi vida.

Mi padre

Mi madre

Mi tío

Mi hermana

Luego conocí a Jazmín, ella fue un rayo de luz a mi vida que no esperaba. Por una vez en mi vida, había creído que yo tendría alguna salvación, que podría ser feliz y que tal vez, solo tal vez.

No era el monstruo que creía ser

Pero llegó la dura realidad

Con la muerte de Jazmín, todo empeoró. Mi vida, mis pensamientos y emociones, eran oscuras demasiados, sabía que no tenía salvación alguna. Estoy en un punto de no retorno.

Hasta que llegó ella

Sonrío, mientras mis pies juegan con el agua.

Después de quince años. Me permito volver a sentir emociones que creía muertas. Sentimientos que pensé que habían desaparecido. Sensaciones que ya no podría creer sentir.

Me permito volver a amar

Volver a vivir

Paso mis manos por mi rostro. El día de la cena, estaba dispuesto a decirle a Karla, que la amaba. Que no quería un solo año con ella, si no toda mi jodida existencia, pedirle una oportunidad de demostrarle lo mucho que quiero hacerla feliz. Pero con todo lo que ha pasado.

Sé que no es un buen momento.

-Ah- suspiro- soy un estúpido-

Me dejo caer de espaldas a la arena, solo para encontrarme con unas piernas esbeltas que conozco muy bien. Mis ojos las recorren de manera lenta, me encanta cuando las enreda en mi cintura cada vez que follamos.

-Bonitas bragas- digo- nunca había visto, que tuvieras con figuritas de conejito-

Recibo un golpe en cabeza con su pie, mientras echa arena en mi cabello. Me río.

-Idiota-

Levanto mis ojos hasta los suyos, para ver a mi esposa de pie detrás de mí. Sonríe suavemente, ¿saben lo jodidamente sexy que se ve mi esposa con mi camisa?

-No te sentí en la cama- me dice, la miro- me desperté y estaba sola-

-Lo siento- respondo- salí a pensar un poco y llegar a ciertas conclusiones-

Arquea una de sus cejas

-¿Cómo fue?-

Suspiro, dejando caer mi cabeza en la arena.

-Mal, me doy cuenta que soy el hombre más estúpido del planeta-

Se ríe

-Pensé que ya te habías dado cuenta- responde.

-Me consideraba estúpido pero nivel uno, creo que ahora podría fácilmente llevarme el trofeo-

En respuesta, recibo más arena en mi cabeza. Gruño.

-No hagas eso-

Se ríe más fuerte

-¿Por qué no? Es divertido-

Me apoyo en mis brazos, para sentarme nuevamente. Sacudo mi cabeza para quitar el resto de la arena.

-Mejor siéntate conmigo-

Sin dudarlo, mi esposa se sienta entre mis piernas. Al igual que la primera vez que llegamos a Sicilia, coloca su cabeza en mi pecho, entonces nos quedamos mirar el mar.

Con mi cabeza un poco más clara, lo digo.

-Tenía catorce años, cuando asesiné por primera vez-

Mi esposa se queda en silencio un par de segundos, asimilando la información.

-¿Querías hacerlo?- me susurra- ¿Realmente querías hacerlo?-

-No- respondo- no fue por elección, no fue porque tenía una ira inexplicable- trago duro- pero al final, yo jalé el gatillo-

Karla, se escucha con atención, sin interrumpirme.

-Era una mujer, Francesco quería daños colaterales por lo sucedido. Quería enseñarle una lección al hombre, que lo traicionó y de paso, enseñarme a mí-

Aprieto mi agarre alrededor de mi esposa, como si fuera un ancla.

-Ella estaba embarazada- confieso- sabía que no podía hacerlo, no quería hacerlo. Forcejee para impedirlo, pero la escoria me superaba en fuerza, entre el forcejeo- suspiro- el arma se disparó y sé, que fui yo quien jaló el gatillo. Vi como su cuerpo caía mientras sostenía su vientre, vi como una solitaria lágrima bajaba por su mejilla-

Así como la que está cayendo por la mía.

-Quise matar a Francesco, pero el arma no tenía más balas, él sabía que yo me revelaría- niego- me golpeó y me dejó encerrado con el cuerpo, por días hasta que el olor me era insoportable. Sin comida, sin agua-

Completamente solo

Antes de que lo espere, mi esposa se da la vuelta y se abalanza sobre mí, ambos caemos en la arena, pero eso no impide que sus brazos me rodeen. Coloco los míos en su cintura, me mira con sus ojos azules que parecen más claros con la noche.

-No es tu culpa- me dice.

Toma mi rostro entre sus manos, para que no despegue mi mirada de la suya.

-Escúchame bien, Enzo Bianchi- me espeta- no fue tu culpa, ¿entiendes? No lo fue, porque yo sé y conozco al hombre que tengo frente a mí, al hombre con el que me casé- sus ojos azules me analizan- sé que no querías hacerle daño a esa mujer, lo sé-

Asiento, mientras cierro los ojos cuando sus pulgares acarician mis mejillas.

-Es difícil, dea- respondo- por no decir imposible, la imagen de ella, sus ojos abiertos mirándome...- niego- es algo que no puedo borrar de mi mente-

Su mirada cambia a una de dulzura y cariño, me besa brevemente.

-Eros, todo estará bien- responde- sé que lo estará, de ahora en adelante-

Acaricio su mejilla, dejando pequeños rastros de arena en su piel.

-Todavía tienes mucho qué saber de mí-

Sonríe

-Tenemos mucho tiempo-

Sonrío también, me incorporo aún con ella encima de mis caderas. Nos besamos con fuerza y necesidad del uno con el otro, mientras el amanecer comienza a hacer su presencia. Los rayos del sol, nos calientan de manera reconfortante.

Ahora sí, puedo creerlo

Todo estará bien








¡Feliz jueves a todas!

Como les había mencionado, tendremos varios capítulos con drama y chilladera.

*La jefa saca una cubeta gigante*

Favor de depositar sus lágrimas aquí, haré cubitos de hielo con ellas para mi juguito de maldad para que esté muy fresco :v jajaja 

Sigo trabajando en el cronograma,  la universidad no me ha dado un respiro. Probablemente para la semana que viene lo libero y hago oficial, por que estamos entrando a octubre y se viene un estreno.

Se verán los nuevos días de actualización, junto a la fecha de estreno y su día de actualización de la nueva historia a estrenar.

Sin más que decir...

¡Nos vemos el martes!

Atte. Su escritora 💜✨


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