Chase
Se sentía bien ser yo mismo, estar en mi cuarto, rodeado de mis cosas, de mis viejos libros olvidados, de mi cómoda cama, de mi escritorio algo desordenado, con mis hermanos rondando por la casa, con mi madre siendo feliz otra vez. Cuando esos cambios de humor eran constantes, me sentía tan perdido y solo, que no me daba cuenta de que en realidad tenía muchísimo por lo que seguir adelante. Había veces en las que sí quería morir y que mi alma desapareciera. Después de ir al infierno y regresar, después de ser un esclavo de mis propios actos oscuros, hoy era yo mismo otra vez, hoy sentía que todo eso que una vez tuve, volvía a ser a mío, y no podía estar más agradecido con ello.
Mi familia, los Rice, Blake, ese chico Mason, la bellísima Skyler, y hasta la brujita de Jason se merecían el cielo. Realmente llegué a pensar que moriría en las llamas, como las brujas me dijeron, pensé que mi familia ya se habría resignado a ayudarme, que preferían que me tuvieran cautivo antes de seguir siendo un problema para ellos, pero todos fueron a buscarme, arriesgaron sus vidas y me ayudaron a salir.
Skyler me tenía bastante sorprendido, la forma en la que su magia había evolucionado, la seguridad que tomó para sacarnos de ese lugar, incluso cuando yo ya no quería. Dios, la extrañaba tanto, tenía tantas ganas de besarla y de al fin pasar tiempo juntos, que el impulso de ir a su casa casi me ganaba. Pero quería tener un par de días para reponerme del todo antes de verla, todavía estaba débil y muy cansado.
—¿Cómo estás? —preguntó mamá, asomando la cabeza por la puerta—. ¿Necesitas que te traiga algo? ¿Tienes hambre?
—Creo que mis ganas de beber sangre no se irán hasta dentro de un mes —respondí, dejándole un lugar en la cama para que se sentase. Sabía que ella quería hacerlo.
—Pero, ¿estás bien? ¿Sientes algo extraño? ¿Algún pensamiento oscuro...? —se sentó a mi lado.
—Estoy bien, no hay nada oscuro en mi mente. Pero ahora la pregunta es tú cómo estás. Nate me ha dicho que desde que morí no has estado bien, remontaste cuando les hice creer que era bueno y podían confiar en mí, pero decaíste cuando te enteraste de que era mentira.
Madeline soltó un suspiro y me regaló una sonrisa triste y nostálgica. Me acarició la mejilla, asintiendo.
—Es que no ha sido fácil, Chase. Nos fuimos del pueblo cuando tu padre te asesinó. —Cierto, ella no sabía el verdadero motivo por el que morí—. Durante muchos años me he acostumbrado a verlos, a tenerlo vivos, sanos y fuertes, y cuando Caleb y tú murieron fue una bomba emocional para mí, no podía parar de pensar en ustedes, pero sobre todo en ti... porque Caleb era un hijo de puta, y tú, a pesar de todo, eras como eras porque no tenías control. Te eché mucho de menos, eso me dejó en la cama por meses. Luego volviste y te juro que algo en mí volvió a vivir, mis ganas reaparecieron instantáneamente.
—Y después te enteraste de que no era el Chase de siempre, que era un mentiroso —proseguí.
—Y entonces volví a recaer —finalizó ella—. Pero ya estás aquí, con nosotros otra vez. No hay nada que me ponga más contenta que tener a mis cinco hijos cerca —me sonrió de una manera tan sincera, tan plena, tan feliz, que me contagió una a mí también.
—Me alegra. Siento mucho todo el dolor que atravesaste.
—No fue tu culpa. ¿Sabes? Estaba pensando que, quizá, sería lindo que invitaras a Skyler a cenar uno de estos días, así puedo conocerla mejor. La única cena que tuvimos juntos no salió tan bien como esperábamos. ¿Qué te parece?
Con tal de tener una excusa para pasar un tiempo con ella, por supuesto que sí. Además, Skyler y yo necesitábamos este tipo de normalidades en nuestra relación.
—La llamaré ahora —afirmé.
—Ella me cae bien. Hubo días en que vino a casa cuando no estabas.
—¿Ah, sí?
—Sí, con Sam. Ellos parecen llevarse muy bien, tu hermano la hace reír mucho, y aunque Sam es un poco amargado, ella también lo hace reír. Creo que tienen una linda amistad.
La duda surgió.
¿A Sam realmente le seguía gustando Skyler? Ese pinchazo de celos se instaló en mi cabeza, pero quise ignorarlo por completo, pues no quería ser tóxico con mis pensamientos. Pero claro que esa duda era bastante persistente. Sam era un chico de sentimientos puros, siempre lo fue, me daba miedo pensar que sintiera algo grande por Skyler, o que Skyler sintiese algo por Sam. Vi la forma en la que Sam protegía a Skyler, la forma en la que la miraba, y mi parte oscura no fue capaz de callarse y dijo lo que pensaba al respecto, hasta se lo dije a Skyler, pero ella no me creyó que Sam tuviese sentimientos hacia ella. Perdí tantas veces a Skyler, más de las que quisiera recordar, y por ello, todo me generaba ansiedad y miedo, no quería que nos alejáramos otra vez. Ya era demasiado.
—La cuidé siempre como te prometí —la voz de Sam se escuchó en la habitación, él estaba parado en el umbral de la puerta, mirándonos.
Mamá le regaló una sonrisa.
—Los dejo para que hablen tranquilos. —Se inclinó a darme un beso en la mejilla—. Te quiero, Chase.
—Te quiero, mamá —contesté. Ver la felicidad en el rostro de Madeline me llenaba el alma.
—¿Cómo te sientes? —Sam estaba algo serio, pero ya no tanto como antes. Ahora me creía, no como cuando me trajeron del búnker, pues ahí solo me juzgó y observó con recelo. Pero no podía culparlo—. ¿Te duele algo?
—No, estoy cansado y débil, me siento como si fuera humano y no vampiro.
—¿Sabes? Me alegra que ya estés aquí otra vez, no era lo mismo sin ti. Nos desunimos un poco con los chicos desde que moriste.
—Lo sé. Y lo siento. Aprovecho para agradecerte que la cuidaras, ella suele meterse en muchos problemas sola —hice una mueca.
—Sí, la verdad no sé cómo es que la aguantas. Es insoportable —negó con la cabeza, pero vi una chispa en sus ojos.
—Mamá dice que tú y ella se llevan bien.
—Tenemos nuestras diferencias —se cruzó de brazos, serio de repente—. Pero supongo que ya no me cae tan mal como antes —se notaba la duda en su voz, y eso alimentaba mi miedo—. Ella te quiere, ¿sabes? No le hagas más daño, Chase. Es una buena chica. —Diablos, ¿por qué parecía que él estuviese enamorado de Skyler? No podía ser así.
—No quiero hacerle daño. Quiero que todo vaya bien entre nosotros dos, espero podamos reparar nuestra relación. Ha sido un infierno.
Sam asintió, apartando su mirada de la mía al suelo. Nos quedamos en silencio, y mis dudas se incrementaron, al igual que las ganas de preguntárselo a Sam.
—¿Ella te gusta? —solté las palabras sin pensarlo dos veces.
Sam me observó de inmediato, pero permaneció en silencio unos segundos.
—Skyler es hermosa, no te lo voy a negar —asintió—. Pero no, no es mi tipo de chica.
—¿Estás seguro de eso? Antes ella gustaba un poco.
Sam negó.
—Antes también me parecía muy linda, pero eso es todo. No siento nada por ella, al menos no en el sentido romántico, pero sí la quiero mucho, le he tomado bastante aprecio todo este tiempo. La he cuidado como te prometí que haría.
Solo me limité a asentir.
El ambiente entre Sam y yo era extraño. Eso me hacía dudar de su respuesta. Quería creerle, pero no, algo no me dejaba hacerlo. La tensión era notoria, se podía cortar con un cuchillo. Sinceramente me sentía algo incómodo con la situación, y parte de mí quería insistirle para que me dijera sus verdaderos sentimientos por Skyler, pero no podía presionarlo de esa forma. Simplemente opté por creerle.
Cuando Sam salió de mi cuarto, tomé mi teléfono y busqué el contacto de Skyler. Dudé en llamarla, no sabía si era un buen momento para que hablásemos, también era un poco tarde, pero la extrañaba demasiado. La vi hoy en la mañana, pero la perdí de vista cuando me desmayé, y lo único que supe es que estaba bien y que Jason se quedaría a dormir con ella esta noche. Pero yo necesitaba oírla, quería escucharla en una llamada normal, sin rescates o engaños de por medio.
—¿Chase? —preguntó, con esa duda en la voz.
—Hola, Sky —sentí tanta paz al decir eso, que se me formó una sonrisa.
—¿Cómo te sientes? ¿Estás bien?
—Cansado, pero estoy bien. Te extraño, quisiera poder verte. Creo que nos merecemos un tiempo juntos, ¿no crees?
—No sabes cuánto extrañé que seas tierno conmigo —su tono era de alivio.
—Dios, qué asco, iré abajo —escuché decir a Jason—. Avísenme cuando terminen de hablar.
—Dile a la brujita que gracias por la privacidad —sonreí.
—Dejé de ser brujita por tu culpa —alzó la vez, pues cada vez se oía más lejos. Oí una puerta cerrarse.
Sky rio.
—Ya se fue.
—Más privacidad para nosotros. En serio, te extraño, Skyler. Quiero que sepas que cuando dije que te amaba estando dentro de la celda, era verdad, lo dije en serio. Era yo en ese momento. Perdón por todo, me siento tan culpable por morderte, por querer forzarte a tener sexo conmigo en la oficina de la escuela, por las amenazas... He sido un completo hijo de puta.
—No eras tú. Me han dolido las cosas que pasaron, pero lo entiendo, Chase, sé que tú no me habrías lastimado.
—¿Qué te parece venir a casa a cenar mañana en la noche? Te sacaría a cenar fuera, pero aún estoy recuperándome. Mamá quiere que vengas a cenar entre todos, pero quiero que cenemos tú y yo solos, algo romántico.
—Qué cursi eres —apuesto a que ella estaba sonriendo.
—Sí, ya sé, es asqueroso.
—Iré, pero con una condición.
—¿Cuál?
—¿Me dejarás que te diga cuchurrumín?
Hice una mueca.
—Cierto, acabo de acordarme que mañana tengo planes, lo siento —bromeé.
Skyler se echó a reír. Me contagió la risa.
—Lo siento, sigo sin querer que me digas de esa forma, es espantoso.
—Era broma, tonto.
—Lo sé. ¿También te quedarías dormir conmigo?
—No creo, son los últimos días de clase. Aunque no creas, quiero ir al instituto, luego extrañaré esta etapa.
—Trae tus cosas. Le robaré el auto a Nate y te llevaré a la escuela. Estoy débil, pero puedo conducir. ¿Qué dices?
—Me gusta la idea.
—Bien. Compraré preservativos para estar preparado en la noche.
—¡Chase!
—Es broma. Te amo.
—Te amo.
Hola 😂. El capítulo era para ayer, pero si leyeron la nota que dejé en mi muro, sabrán qué pasó. Espero les haya gustado, extrañaba a Chase. Estaré leyendo su comentarios.
Mucha suerte a todos. Recuerden enviar sus buenas vibras a mi familia 🙏🥰😍❣🌹. Muchas gracias por leer.