Almas unidas

De Goddess-Artemiss

65K 4K 2.8K

Desde tiempos inmemoriales, las almas de la Princesa del Destino y del Héroe Elegido por las Diosas han estad... Mais

Notas de escritora
1. El designio de las Diosas
2. El encuentro
3. Amor sellado
4. Sentimientos estremecedores
5. Anuncio formal
6. Eterna unión
7. Buenos amigos
8. Más allá del deseo
9. El inicio de una agonía
10. Aceptando la derrota
11. El comienzo de lo inevitable
12. El regreso de antiguas hazañas
13. Marido y mujer
14. Íntimas confesiones
15. Malas intenciones
16. Misión encomendada
17. Heridas del alma
18. Descubrimientos misteriosos
19. Enfrentamiento mortal
20. Efímera tranquilidad
21. Almas unidas
22. Dudas angustiantes
23. Corazones destrozados
24. Nefasta revelación
25. Secretos al descubierto
26. Destino definido
27. El principio de una travesía
28. La llama sagrada de Farone y el regreso de un antiguo enemigo
29. Las puertas del Crepúsculo
30. Situaciones inesperadas
31. Reavivando emociones
32. La llama sagrada de Eldin y la enfermedad del Héroe Elegido
33. Amor que sana
34. Cambios radicales
35. Nuevo comienzo
37. Sorpresivos encuentros
38. Firmes aclaraciones
39. Simples amantes
40. Juramento inquebrantable
41. Reanudando el camino
42. Misteriosas revelaciones
43. La llama sagrada de Lanayru y la otra cara de la moneda
44. Impredecible hallazgo
45. Grandes verdades
46. Impensable
47. Desgracias al acecho
48. Devastadores cambios
49. La invasión
50. La sagrada bestia de ojos azules
51. El Héroe del Crepúsculo
52. Abismo infernal
53. Lucha contra uno mismo
54. Indicias devastadoras
55. Todo tiene un comienzo...
56. ... Y también un final
57. El reencuentro de las almas
Epílogo

36. Tratos cumplidos

408 33 28
De Goddess-Artemiss

Luego de que Link terminó de bañarse, observó su reflejo a través del espejo y pudo notar que su cuerpo había cambiado.

El príncipe siempre se caracterizó por tener un buen estado físico, el mismo que formó durante el estricto entrenamiento que tuvo en sus años de crecimiento; pero ahora este había mejorado mucho, ya sea por los largos viajes en los que actualmente se encontraba o por las luchas que llevó contra de sus enemigos.

Aparte de lo observado, hubo otro motivo de su reflejo que le llamó la atención; su torso mostraba algunas cicatrices, unas más notorias que otras, pero sin duda alguna, las más profundas eran las que le habían provocado los monstruos con los que se había enfrentado en los últimos templos.

- Espero que cuando me reencuentre con Zelda estas imperfecciones no le desagraden. – se dijo apenado.

Prefirió dejar sus lamentos de lado. Antes de irse a dormir, Link buscó unas mantas para prepararle la cama a Midna.

- Link, ha pasado algo extraño. – comentó nerviosa.

- ¿Qué cosa, Midna?

- Tu espada empezó a brillar de la nada.

- ¿En serio? Deben ser ideas tuyas. – respondió tranquilo.

- ¡Hablo en serio! ¡Te juro que vi que brilló! – exclamó enojada.

Link suspiró con pesadez y se acercó hasta la espada para revisarla; no descubrió nada fuera de lo normal en ella, pero sí sintió algo diferente, como una extraña energía latiendo en su interior. Iba a comentarle eso a Midna, pero decidió no hacerlo por pensar que se trataba de una confusión producida del cansancio.

- Todo está normal, Midna.

- Entonces sí fue mi imaginación. – dijo confundida.

- Tu cama está lista, ya puedes venir a dormir. – indicó el joven, cortés.

La princesa se levantó de la cama del príncipe para ir a la suya. Desde allí observó como el joven se acostaba en su lecho y abrazaba el manto que su esposa le había regalado, mientras aspiraba su aroma; esa imagen causó en ella incontenibles burlas.

- ¡No puedo creer que te hayas encariñado con esa sábana! Pareces un mocoso de pecho que no puede dormir sin ella. – se bufó, burlona.

- ¡No es una sábana! Viene de Zelda y por eso me agrada. – respondió, sin dejar de lado su acción.

- ¿Agrada? El aroma de tu princesa causa reacciones en ti que van más allá de un simple "me agrada".

El joven se sonrojó al escuchar la afirmación de Midna, pues mejor que nadie conocía qué tipo de reacciones causaba el aroma de su amada en su cuerpo.

- No sé a qué te refieres. – contestó evasivo.

- ¿No lo sabes? Bueno... cuando aspiras ese dulce y embriagante aroma, a ti se te...

- ¡YA! ¡Es tarde y debemos dormir! – exclamó avergonzado.

- ¡Cálmate, niño! Es algo normal, a todos los hombres les pasa ese tipo de cosas cuando...

- ¡Ya no quiero hablar de eso! ¡Buenas noches!

- Ay, hombres...

Completamente avergonzado, el joven apagó la lámpara que se encontraba en la mesita junto a su cama, mientras que Midna tuvo que controlarse para no seguir riéndose su bochornosa situación.

...

A la llegada del amanecer Link se disponía a salir de la habitación para buscar a su amigo. Sus compañeras aún seguían dormidas, por lo que antes de retirarse les dejó comida para su desayuno, rogando en sus adentros que vuelvan a pelearse en su ausencia, pues ahí si no sabría qué explicación dar al investigador.

El joven bajó las escaleras y se encontró con Shad, quien había terminado de hacer el desayuno.

- Buenos días, Link. Me alegro de que te hayas despertado. Hice el desayuno, espero sea de tu agrado.

- Buenos días, Shad. Muchas gracias por tu gentileza.

Los jóvenes se sentaron en la mesa, y durante la comida empezaron a conversar.

- Ahorita que desperté me di cuenta de que Ilia me dejó el dinero. – se quejó indignado.

- Ya olvídate de eso. Total, te pertenece. – contestó el príncipe, serio.

- No quiero tenerlo, es una cuestión de honor. Mejor lo voy a donar para las obras que necesiten para integrar a los gorons, así me sentiré más tranquilo.

- Me parece razonable si eso te hace sentir mejor. Ahora, cambiando de tema, quiero que me muestres el último estado de las cuentas de tu negocio. Quiero ver que tan mal quedó este antes de que quebrara.

- Después de desayunar te lo enseño, espero todo tenga arreglo.

- Tranquilo, primero resolveremos el problema de manera interna y ya después te daré las pautas para que vuelvas a tener clientela.

Luego de que terminaron de desayunar se dirigieron al despacho de Shad a revisar los estados. Los jóvenes se tomaron toda la mañana y parte de la tarde en dichos asuntos.

...

A la llegada del ocaso los jóvenes se encontraban caminando en dirección al ayuntamiento del alcalde. Link les dijo a sus acompañantes que se queden en casa descansando, pues en lo que iba a hacer no necesitaba de su presencia. Durante el recorrido conversaron de diversos temas relacionados con el negocio.

- En serio, ¿crees que todo tenga solución? – preguntó Shad, nervioso.

- Claro que sí. Con las estrategias que te comenté lograrás hacerlo. Me tardaré un par de semanas en preparártelas, pero una vez que estén listas te aseguro que te recuperarás rápidamente. – contestó sonriente.

- ¿¡Dos semanas!? Imposible, tú tienes que seguir con tu viaje.

- No es molestia, lo hago con gusto.

- Prometo que apenas tenga ganancias, te pagaré bien.

- ¡Nada de eso! Ya te dije que no pienso cobrarte nada.

- No me voy a sentir bien si no te pago por tu asesoría. Debe haber algo que pueda hacer por ti. – comentó preocupado.

Link iba a seguir insistiendo en su negativa, pero luego a su mente vino una idea; algo que deseaba hacer desde hace poco tiempo.

- Si hay algo que puedes hacer por mí... pero en mi caso si voy a pagarte.

- ¿Se cambiaron los papeles? Ahora soy yo el que no piensa cobrarte nada. – respondió indignado.

- Shad, el dinero te será beneficioso. Talvez no tenga lo suficiente aquí, pero puedo enviar un mensajero para que me lo traiga, no importa cuál sea la cantidad, sólo debes decírmela.

- Ya te dije que no, y por lo que veo ninguno de los dos cederá. Así que creo que lo mejor que podemos hacer es un trato.

- ¿Un trato?

- Tú me ayudas a levantar mi negocio y yo te ayudo en lo que me pidas, de esa forma ninguno pagará con dinero, sólo lo haremos por medio de un desinteresado favor.

Link iba a refutar, no se le hacía justo no pagar por lo que iba a pedir, pero viendo que su amigo no iba a ceder, terminó aceptando.

- Tú ganas, ninguno de los dos nos cobraremos dinero.

- Muy bien. Entonces, ahora que llegamos a un acuerdo de caballeros, dime, ¿qué deseas que haga por ti?

El príncipe sonrió ante la pregunta de Shad, luego le explicó todo.

...

Cuando los jóvenes llegaron al ayuntamiento, el secretario les informó que el alcalde se encontraba ocupado y que los atendería en un momento. Decidieron esperarlo en la sala de estar.

- Me demoraré un mes en ayudarte en lo que me pediste. ¿Estás seguro de que deseas esperar tanto?

- Lo he pensado bien y es lo mejor, además así podré estructurarte una mejor estrategia y ayudar a los Gorons a integrarse al pueblo; en sí, creo que todo ocurre en el mejor momento. No quiero irme de aquí hasta que me des lo que te pedí.

- Lo que me pides es algo complejo, por eso me toma tanto tiempo, pero te aseguro que la espera valdrá la pena. – contestó Shad, sonriente.

- No lo dudo. En serio, muchas gracias. – contestó, igual de contento.

- No agradezcas. Aprovechando que te quedarás bastante tiempo, podré hablar con tu hada también. Espero no le moleste quedarse aquí un mes entero. – dijo, completamente emocionado.

- Ella no se molestará, la que me preocupa es... no... no le va a importar esperar. – respondió Link, dándose cuenta de su posible indiscreción.

- Ya veo, me alegra oír eso.

A Link no le preocupaba la reacción de Navi al decirle que se quedarían un mes en Villa Kakariko, era la de Midna la que lo tenía en suspenso, pues sabía que la caprichosa princesa se enfurecería al saber que su viaje se estancaría.

- Señores, el alcalde los invita a pasar. – dijo el secretario.

Los jóvenes se pusieron de pie para entrar al despacho del alcalde, y grande fue su sorpresa al ver que con quien estaba ocupado era con Darunia.

- ¡Muchachos, qué alegría verlos! – dijo Darunia, emocionado.

- Buenas tardes, chicos. Tomen asiento, justo ahora me encontraba hablando con Darunia. Quiero que tengan conocimiento de nuestra reunión. – dijo Gael, igualmente emocionado.

- Lo que sucede es que Gael me contó que hace tiempo nuestros antepasados y los suyos se dedicaron al comercio de aguas termales. Nosotros tenemos los elementos necesarios para producirla. Las rocas que se encuentran en la Montaña de la Muerte tienen propiedades mágicas al tener contacto con el elemento, pues esta no sólo se calienta, sino que adquiere características curativas. Cualquier espíritu cansado que se sumerja en ellas se repondrá de inmediato.

- Esto será muy beneficioso para todo nuestro pueblo. Podremos atraer el turismo al crear una fuente de estas aguas, y también al comercializarla, obtendremos ganancias considerables tanto para los gorons como los habitantes. Sin embargo, hay algo que me preocupa enormemente. – dijo el alcalde.

- ¿Qué cosa? – preguntó Link.

- Es que necesitamos la firma del Príncipe de Hyrule para obtener la autorización, pero él se encuentra en búsqueda de su desaparecida esposa. – respondió preocupado.

Link se había puesto completamente nervioso, tenía tantos deseos de ayudar al pueblo, pero eso arriesgaba revelar su identidad. Enseguida observó la mirada de su amigo, quien al igual que la de él estaba llena de dudas.

- ¿Qué haremos? La firma del Rey no nos serviría de nada, pues él le otorgó todo el poder a su yerno. – se quejó Gael.

- Gael... hay algo que quiero decirle. – habló el príncipe.

- ¡No lo hagas, Link!

- No te preocupes, Shad, es necesario hacer esto.

- ¿Qué sucede, muchacho? ¿Pasa algo? – preguntó Darunia, confundido.

El príncipe se quedó en silencio unos segundos, y después, completamente decidido, reveló su identidad; se quitó su gorro para demostrarlo.

- Yo soy el príncipe de Hyrule y de Ordon, el marido de la princesa Zelda.

Una vez más un ataque de nervios invadió al alcalde, quien se hubiera caído de su asiento de no ser porque Shad lo sostuvo.

- ¡Lo sabía! ¡Ya decía yo que te parecías mucho a él! ¿Por qué me mentiste niño? – reclamó, sintiéndose burlado.

- ¡Oiga, cálmese! Más bien, ahora que sabe que él es el príncipe, trátelo con más respeto. – exigió Shad.

- ¡Es cierto! ¡Lo lamento, alteza! ¡Si desea castigar mi insolencia, hágalo!

- ¡Tranquilo, no voy a castigar a nadie! – exclamó Link.

- Eso quiere decir que usted vino el año pasado con la princesa acá, a nuestro pueblo.

- Sí, yo vine con ella. – recordó ese día sin evitar entristecerse.

- Lástima que no estuve presente, sin embargo, se me hizo conocido la primera vez que lo vi.

Darunia también estaba sorprendido, no se imaginó que Link, el Héroe Elegido por las Diosas, sea también el príncipe de dos naciones.

- Vaya, Link, no tenía idea de que fueras un príncipe. Ahora entiendo esa manera tan educada de hablar que tienes. ¡Qué sorpresa! – halagó el jefe goron.

- ¿¡Qué!? ¿¡El Héroe Elegido por las Diosas!? – preguntó el alcalde, exaltado.

El impacto de Gael al descubrir que sus sospechas sobre Link eran ciertas, lo llevaron al borde de la locura; fue tal la sorpresa recibida que una vez más cayó desmayado encima de su escritorio.

- ¡No, otra vez! ¡Despierte, Gael! – pidió Shad.

- No creí que este hombre se fuera a desmayar. – dijo Darunia, observando al inconsciente alcalde.

- Creo que lo mejor era que no sepa nada de mí. – dijo Link, arrepentido por su reciente confesión.

- Lo siento, príncipe, no pensé que estuviera cometiendo una indiscreción. – dijo el Goron.

- No se culpe, Darunia, mi obligación era haberle avisado. Por suerte en su discurso de ayer no comentó que era un héroe directamente.

- Así es, Príncipe.

- Darunia, no me llame así, no quiero que las cosas cambien ahora que conocen mi rango, por favor. – pidió serio.

- Está bien, Link. Admiro la humildad que muestras a pesar de lo que eres.

Luego de unos minutos, el ilustre hombre se despertó y lo primero que hizo fue levantarse de su asiento y ubicarse frente a Link para observarlo detenidamente.

- Ahora entiendo todo. Esa ropa que usas, hasta tu físico; eres tú, definitivamente eres el enviado de las Diosas. ¡Gracias a las ellas por darme vida y conocer a semejante personaje! ¡Qué honor!

- No diga eso, Gael... no es para tanto. – dijo el príncipe, avergonzado.

- ¿Cómo que no es para tanto? ¡Has renacido una vez más!... Pero eso quiere decir que el mal... ¡Ay, no! ¡Estamos en peligro! ¡Ese villano regresará! – gritó el alcalde con desenfreno.

- ¡Tranquilícese, por favor! Gael, le pido encarecidamente que no diga nada. Nadie puede saber, ni que soy un príncipe y mucho menos que soy un héroe. No quiero escándalos ni preguntas. Y referente a ese villano... no tiene de qué preocuparse, nada malo pasará, pues no pienso permitirlo.

- ¡Mantenga cerrada la boca! No es por nada, pero a veces usted se pasa de chismoso. – dijo Shad, dirigiéndose al alcalde.

- ¡Mocoso irrespetuoso! ¡Respétame! ¡Recuerda que yo podría ser tu padre! Bueno, es cierto que a veces se me suelta la lengua... sólo a veces... pero esta vez es algo serio.

Todos se sorprendieron de ver la seriedad con la que el alcalde hablaba, ya que no era algo común en él. Luego se acercó a hablar con Link.

- Príncipe, le juro por mi puesto que no diré nada a nadie. Seré una tumba.

- Veo sinceridad en usted, le agradezco su discreción. Por favor, siga tratándome como siempre para no levantar sospechas.

- Está bien... pierde cuidado.

- Voy a quedarme un mes en el pueblo para ayudarlos a todos.

- ¿Estás seguro? ¿No perjudicará la búsqueda de la princesa? – preguntó Gael, preocupado.

- No se preocupe por eso, la situación está controlada. – contestó, recordando la última conversación con su esposa.

- Bueno, si tú lo dices...

- Mejor enfoquémonos para lo que vinimos. La idea que tuvo con Darunia es muy buena, así que hablemos de ella para ejecutarla. – comentó Shad, para alejar el tema sobre Link.

Haciendo caso a las palabras de Shad, todos se pusieron a conversar sobre el mencionado asunto.

...

Al llegar la noche, Link y Shad regresaron a casa. La reunión que tuvieron con el alcalde y Darunia fue sumamente satisfactoria, y decidieron que a partir de mañana comenzarían con lo planeado.

El príncipe se despidió de su amigo para luego dirigirse a su habitación, y se sorprendió en sobremanera en encontrar a sus dos compañeras completamente tranquilas.

- Vaya, no puedo creer que la habitación esté intacta. ¿Cómo así no se han peleado? – preguntó sonriente y sorprendido.

- Hoy no tengo ánimos de pelear. He leído los libros que hay por aquí, mientras que la hadita se ha dedicado a holgazanear, para variar. – contestó, burlándose de Navi.

- ¡Oye, tú! – reclamó indignada.

- Me siento orgulloso de ver que no se han peleado, por primera vez. Por eso, como recompensa le traje una caja de dulces a cada una.

- ¿¡Dulces!? – preguntaron al unísono.

- Son unos cuantos pasteles, comí algunos antes de venir. Están deliciosos.

- Hace tiempo que no como dulces debido a que debo cuidar mi escultural cuerpo. – dijo la princesa, mostrando arrogancia.

- ¿Escultural? Pero si eres...

- ¡Navi! ¡Cuidado con lo que dices! – silenció el príncipe.

- Ya, está bien...

- Desde que tuve a mi hijo no he comido estas cosas. Aprovecharé que tengo este cuerpo y tomaré uno sólo. Gracias.

- ¡Gracias, Link! – exclamó Navi.

- No agradezcan nada, espero sean de su agrado.

Luego de que Link repartió los pasteles, Midna probó uno de ellos. La sensación que sintió al degustarlos fue magnífica, no pudo evitar romper su promesa de comerse sólo uno y devoró con ansiedad cada uno de ellos, hasta que finalmente la caja quedó vacía; Link y Navi, la observaron estupefactos.

- ¡Qué delicia! No puedo creer de lo que me he perdido todo este tiempo. Tener este cuerpo ha tenido su lado positivo, ahora sólo me dedicaré a comer esto. ¡Estoy tan feliz!

- Qué bueno que te gustó, y viendo que estás de tan de buen humor... quiero aprovechar en darle una noticia a las dos.

- ¿Qué sucede? – preguntó el hada.

- Nos vamos a quedar en este pueblo un tiempo... un mes. – contestó nervioso.

Toda sonrisa se desvaneció del rostro de la caprichosa princesa.

- ¿¡Qué has dicho!? ¡No podemos quedarnos aquí! ¡Tienes que seguir buscando la siguiente llama sagrada!

- ¡Cálmate, princesa! Link ha de tener una buena razón para hacer eso. – habló Navi en defensa del príncipe.

- ¡Silencio, la conversación no es contigo!

- Prometí cooperar en algunas cosas. Debo ayudar a Shad y a los Gorons. – respondió Link, serio.

- ¡Pero dijiste que sólo darías pautas y luego te irías!

- Entiende, Midna, estoy obligado a hacerlo, soy el príncipe de estas zonas y necesitan de mi presencia para muchos procesos, no puedo irme hasta que todo esté en orden. Además, Shad tiene que entregarme algo y se tardará un mes en tenerlo listo.

Midna se quedó en silencio unos segundos, hasta que asimiló la razón por la que Link deseaba quedarse.

- ¡Ah! ¡Entiendo! Creo que esto se relaciona a la conversación de ayer.

- No pienso responder nada, lo único que debes saber es que nos quedaremos y punto. Un mes pasa rápido, cuando menos te des cuenta ya nos estaremos yendo de aquí.

- Entiendo, pero si es posible trata de no tardarte tanto, necesito regresar a mi mundo cuando antes. Siento que algo malo le ha pasado a mi familia. – pidió desesperada.

- Tranquila, te prometo que haré hasta lo imposible por ayudarte.

La Princesa del Crepúsculo fue a asomarse a una de las ventanas de la alcoba a contemplar el cielo. Tenía la habilidad de utilizar su sarcasmo y sentido de humor como una máscara para cubrir sus penas y sacar a flote su fortaleza, pero dentro de su perturbado corazón gritaba y lloraba a más no poder, pues temía no encontrar con vida a su esposo e hijo una vez que ella regrese a su perpetuo ocaso...

...

En los principales aposentos de la milenaria edificación del desierto, se encontraba el Rey del Mal meditando sobre varias cuestiones.

Mientras contemplaba el firmamento por su balcón, esperaba la llegada de su fiel servidor. La esencia principal de su espada oscura y el único que le había sido fiel desde tiempos inmemoriales, sin importar tuviera que sacrificarse por él.

Los oscuros y tétricos portones sonaron, indicando que su espera había finalizado, y cuando dio la orden de pasar, sin cambiar su actual posición, entró el pálido sujeto y se hincó en signo de respeto para su saludo.

- ¿Me mandó a llamar, señor?

- ¿Cómo va la búsqueda de la princesa? – preguntó serio.

Grahim no supo qué responder ante la pregunta, pues llevaba mucho tiempo buscando a la reencarnación de Hylia y no la hallaba por ningún sitio. Sentía vergüenza de sí mismo, había fallado como leal sirviente ante su amo.

- No la has hallado, ¿cierto?

- No, amo, lamento decirle que no. Aunque me cueste reconocerlo, las palabras que el inútil de Ferrus dijo hace tiempo eran ciertas. Parece como si se la hubiera tragado la tierra.

- Ya veo...

Ganondorf se dio la vuelta para encontrarse con la mirada seria del Señor de los Demonios, quien a pesar de que lo disimuló bien, se intimidó ante la fría mirada de su amo.

- Le prometo triplicar mis esfuerzos en la búsqueda, no pienso descansar hasta que esa mocosa...

- No tienes por qué ponerte nervioso, esto es algo que se sale de tus manos y es entendible.

- ¿Ah?

- Mi anhelada meta no ha cambiado, sólo he modificado un poco el camino que usaré para conseguirla.

- ¿Ha cambiado sus estrategias?

- Así es. En primer lugar, creo que una vez que la princesa esté en mis manos, no pienso matarla... no al menos en ese momento. Pienso usarla para conseguir algo que desde siempre había anhelado, pero que no tomé en cuenta antes debido a que no lo recordaba, pero ahora que esas vivencias han regresado a mí, lo obtendré.

- Amo, no tengo conocimiento sobre qué es lo que usted desea obtener, pero lo que sí le aseguro es que tendrá mi apoyo en todo lo que se proponga; pero lo que me preocupa es cómo encontrará a la princesa, ni siquiera yo, que tengo conexión con todos los lugares a mi antojo, puedo hacerlo.

El Rey del Mal soltó una pequeña risa ante el comentario de Grahim. Poco después, en su mano apareció una pequeña esfera oscura con tonalidades rojizas.

...

Una vez que los rayos del sol se hicieron presentes en la región de Eldin, Link y Shad se dirigieron al ayuntamiento para escuchar un discurso del alcalde.

El príncipe dejó de lado sus ropajes verdes y optó por usar una simple camisa blanca y un pantalón negro para estar más cómodo, también así evitaría comentarios.

Su apariencia no quedó desapercibida por las mujeres habitantes del pueblo, quienes hacían despliegues de coquetería al pasar cerca del joven, quien, por supuesto no se dio por aludido, pues las únicas miradas y gestos de seducción que lo impactaban eran los de su amada.

Midna, quien estaba en la sombra del príncipe, percibió todo el escenario y rio en sus adentros al ver lo conquistador que podía ser su compañero, sin mover un sólo dedo.

- No debería ni sorprenderme, si alguna vez hasta a mí me atrapó. ¡Ja!

...

Una vez en el ayuntamiento, el ilustre hombre junto con Darunia, indicaron a sus respectivos pueblos lo que planeaban hacer para relacionar ambas especies entre sí y los beneficios que esto traería. Todos escucharon atentamente las palabras del magistrado, en especial el príncipe y el investigador, quienes eran los más interesados en lograr dicho objetivo.

- Ahora que ya conocen nuestra propuesta, espero que esta pueda ser un nexo para que ustedes aprendan a vivir en armonía. Recuerden que este mundo es de todos, y por esa razón debemos apoyarnos. Es más, no tendrán de qué preocuparse, pues entre ustedes se encuentran dos jóvenes que serán un gran apoyo para ustedes. ¡Link, Shad, suban por favor!

Una vez más el alcalde volvió a avergonzar a los jóvenes al mencionarlos delante de todos, pero estos decidieron no demostrar su malestar y subir.

Cuando los jóvenes se asomaron por el balcón, todos aplaudieron, demostrando estar de acuerdo con las palabras del alcalde y de Darunia.

- Me alegro de que todo vaya a mejorar en nuestro pueblo. – mencionó Gael.

- Yo también estoy contento. Ahora mi tribu y yo nos sentiremos completamente útiles.

- Así es, verán como en poco tiempo los Gorons serán vistos como habitantes normales de la villa. – dijo Link.

Mientras el príncipe y compañía seguían conversando, uno de los secretarios se acercó al alcalde a decirle unas palabras al oído.

- Una persona ha venido a visitarme, acompáñenme a recibirla.

...

Una vez que todos entraron al despacho, Gael dio la orden para que pase la visita. Se trataba de una mujer desconocida para él y Darunia, pero para Link y Shad era todo lo contrario.

- ¿Telma? – mencionó el investigador.

- Buenos días a todos. Vaya, Shad, qué alegría ver a mi mejor ex cliente por aquí. Se te extraña en la taberna, pero me alegra verte más recuperado.

- He perdido el interés en la bebida, tengo asuntos más importantes en los que ocuparme. – respondió orgulloso.

La mujer se sintió contenta de ver la mejoría del investigador, pero su sonrisa se volvió pícara al ver que Link se encontraba cerca.

- Me alegra reencontrarme contigo, guapo. Vestido así se te ve muchísimo mejor.

La incomodidad volvió a invadir al príncipe, pues ser observado de manera tan inapropiada por Telma, le desagradaba. Shad notó eso, y en seguida entró en su rescate.

- Ni lo pienses, Telma. Te informo que mi amigo es un hombre casado. – confesó en tono burlón.

Link, mostrando una sonrisa nerviosa, se sacó el guante y le mostró a la mujer el anillo colocando en su dedo.

- ¡No puede ser! ¡Qué desperdicio que un hombre tan apetecible esté condenado de por vida! – se quejó decepcionada.

- Sí, qué lástima, ¿no? – dijo Shad, fingiendo malestar.

- Bueno, pero tu amigo debió decirme que era casado, ese día en el bar pude ver cómo me lanzaba miradas muy deseables. No debería ilusionar a una mujer tan delicada como yo. ¡Sin vergüenza!

- ¿¡Qué!? ¡Pero si yo jamás...! – se quejó el príncipe.

- ¡Dejen a un lado tan absurdas conversaciones! Distinguida dama, ¿a qué debo el honor de su visita? – preguntó el alcalde, acercándose a Telma.

Gael se acercó hasta Telma para saludarla, tomó su mano con cortesía y le dio un pequeño beso.

- Mi nombre es Telma, soy la dueña de la taberna del pueblo. – respondió sonrojada.

- Vaya, no creí que la dueña fuera una mujer tan joven y hermosa.

- Qué caballero es usted. El alcalde ha sabido cómo tratar a una delicada doncella. El motivo por el que vine a verlo es porque estoy interesada en ayudar en lo que se pueda. Por eso vengo a poner mi taberna a las órdenes.

- Muchísimas gracias, tomo su oferta de la mejor manera. Es más, si es posible vamos en este momento para empezar a trabajar con el resto de las personas

- Claro que sí, serán atendidos como reyes; cortesía de la casa. – dijo Telma, guiñando el ojo.

- Muchas gracias, sólo espero que su esposo esté de acuerdo. Porque imagino que semejante belleza ya debe tener un hombre a su lado. – insinuó el alcalde.

- ¿Esposo? Para nada, yo soy soltera y aún sigo esperando a mi príncipe azul, pero lamentablemente no hay muchos de ellos... y si los hay ya se encuentran comprometidos. – contestó, observando a Link con reproche.

- ¡Qué coincidencia! ¡Yo también estoy soltero y ando buscando a mi alma gemela! Nunca me casé ni tuve hijos. Tenemos tantas cosas en común.

Link, Shad y Darunia notaron la atracción que hubo entre el alcalde y Telma. Definitivamente, verlos durante el cortejo los dejó anonadados.

- Al parecer el alcalde encontró a su media naranja. – comentó Darunia.

- Lástima, Link, perdiste una admiradora. – dijo Shad.

- No sabes lo herido que me siento. – contestó irónico.

- Claro, se te nota la tristeza.

- Al menos me tranquiliza que ya no me verá con otros ojos. – confesó aliviado.

Luego de que Gael y Telma dejaron de obnubilarse, se dirigieron junto con Darunia y los jóvenes a la taberna.

...

Luego de una mañana entera asignada al trabajo, Link y Shad regresaron a la casa para revisar lo correspondiente a los negocios del investigador. Juntos se dedicaron a analizar posibles soluciones para levantarlo el menor tiempo posible.

Shad estaba sorprendido de ver los amplios conocimientos que poseía Link a su corta edad, muchos se igualaban a los de su padre y eso lo llenó de admiración.

- Verás en este mes que tu negocio ascenderá como la espuma. – dijo Link.

- Una vez más, muchas gracias. Por mi parte te aseguro que lo que me pediste superará tus expectativas.

- Gracias, de eso no tengo duda.

Acabada la charla, los jóvenes siguieron con su trabajo hasta la llegada de la noche. Al día siguiente les esperaba el mismo ajetreo.

...

Cuando Link entró a su habitación para descansar, lo primero que hizo fue saludar a Navi. Esperó a que Midna salga de su sombra lanzando sus típicas quejas sobre lo tanto que pasó encerrada, entre otras cosas.

- Midna, ¿qué esperas para salir? Voy a bañarme y no creo que sea buena idea que entres.

Pero no hubo signo ni respuesta de la Twili, a pesar del insistente llamado del joven.

- ¿Midna? ¿No está? – preguntó confundido.

- Creo que no está, Link. Talvez se fue a dar un paseo.

- ¿Un paseo?

- Esta mañana, mientras te bañabas, dijo que iba a salir por la noche. No me dijo a dónde.

- ¿Acaso se ha vuelto loca? ¡Pueden descubrirla!

- Pienso que va a cuidarse bien. No te preocupes, ya mismo ha de regresar.

- Eso espero. Voy a prepararme para dormir, estoy muy cansado y mañana será un día igual.

El príncipe entró al baño para ducharse, sin imaginarse que su compañera había ido a un lugar sumamente especial...

...

En el Templo de las Sombras, Zelda se encontraba en su habitación descansando luego de un pesado día de entrenamiento. En esos momentos tejía otra idea que se le había ocurrido y que esperaba quede a la perfección.

Debido a tantas situaciones por las que tenía que pasar, las tristezas que la invadían pasaron a tomar un segundo plano; no es que estas hayan desaparecido, pero era importante mantenerlas al margen para que no entorpezcan con su misión.

En la época en la que vivió en el palacio se le hacía sencillo aparentar delante de los demás, mostrar una máscara de neutralidad, y a veces de frialdad, para tratar con los insoportables nobles que tenían que manejar algún asunto con ella, sin embargo, ahora todo era diferente, no tenía que relacionarse con ese tipo de personas superfluas con intereses creados, ahora debía enfrentarse a sí misma, a su propia fortaleza, la que sentía que en cualquier momento flaquearía, pues los deseos de correr a los brazos de su héroe y entregarse al amor que este le tenía reservado, eran descontrolados.

- ¿Por qué esa cara tan triste, princesita?

Asustada, tomó una de las dagas que utilizaba en sus entrenamientos, se dio la vuelta y se sorprendió al ver quien se encontraba acompañándola.

- ¡Midna!

- ¿Sorprendida?

- ¿Cómo encontraste este lugar? ¡Nadie lo conoce! – preguntó impactada.

La Twili simplemente se rio ante el comentario de la princesa, le gustaba ver el rostro de sorpresa que esta poseía.

- Me dejé atraer por el poder de las sombras Los sheikahs son seres con poderes parecidos a los míos, así que me guie por el mismo para encontrar este simpático pueblo, que, por cierto, bien escondido se encuentra.

- Eres más hábil de lo que imaginaba. ¿A qué has venido? ¿Algo le pasó a Link? – preguntó angustiada.

- Nada de eso, tranquila. Sólo vine a visitarte para ver cómo has estado.

- Pues... yo he estado como siempre, dedicándome a lo mío, al igual que mi esposo lo está haciendo. – respondió fría.

- Por más que finjas puedo ver tristeza en tu mirada. No creas que eres la única que sufre, el chico también está padeciendo, por más que lo aparente. Todas las noches duerme abrazado al manto que le regalaste, se ha convertido en una especie de manía tenerlo cerca, sobre todo en las noches. Imagino las cosas que sueña al tenerlo cerca, pues pone una mueca de satisfacción única y sus mejillas se sonrojan.

La princesa se ruborizó al escuchar el relato de Midna. Se dio la vuelta para ocultar su avergonzado semblante, pero se emocionó al saber que su esposo pensaba en ella, al igual que ella lo hacía con él.

- ¡Ni te sonrojes, que bien que tú también sueñas las mismas cosas! – habló con burla.

- ¿Cómo sabes lo que él hace cuando duerme? ¿Acaso están durmiendo en la misma cama? – preguntó seria.

- ¡Claro que no! Soy una mujer casada y no duermo con otro que no sea mi esposo. Él me ha formado un pequeño colchón con algunas mantas. Dormimos en la misma habitación, mas no en la misma cama. El hada sí duerme con él, pero ella ocupa una almohada nada más, es inofensiva.

- Ya veo...

La princesa Crepuscular se rio ante los celos que mostró la princesa, fue entonces que se le ocurrió dar otro comentario para lanzar más leña al fuego.

- ¿Sabes que Link tiene bastantes admiradoras en villa Kakariko?

Los celos de la princesa se volvieron más intensos ante el comentario de Midna. No pudo evitar sentir una enorme rabia al saber que varias chicas estaban detrás de su esposo, sin embargo, trató de ocultar sus sentimientos por una actitud tranquila.

- Es algo normal. Link es muy atractivo y es lógico que despierte esas pasiones en las mujeres.

- Por favor, "entre gitanas no nos leemos las manos". Bien que te ha enervado mi comentario. No voy a negar que tu reacción me causa risa, pero no te lo conté para molestarte, sino para informarte que tienes un buen hombre a tu lado; a veces es un poco atarantado, pero bueno y leal. El príncipe ha roto algunos corazones en la villa, todas las chicas le lanzan furtivas miradas y tienen intenciones de acercársele, pero él, fiel a ti y a su matrimonio, ni se inmuta ante eso. A veces el chico me saca de quicio con su elevado sentido de honor, pero esa característica, a pesar de que me le burle, me admira. – confesó con suma sinceridad.

Zelda se emocionó ante la aclaración de la Twili. Se sintió feliz y orgullosa de tener un hombre que, a pesar de la distancia, le daba su lugar y le era fiel bajo cualquier circunstancia.

- Viendo que estás más tranquila, te contaré otra cosa. Nos quedaremos un mes en la villa, pues a Link se le ocurrió la brillante idea de ayudar a los Gorons a integrarse y su amigo a que salga de la banca rota. – contó con molestia.

- Me imaginé que eso pasaría. Link es sumamente noble y le gusta ayudar a quien lo necesite.

- En fin, me tendré que quedar en ese pueblo escondida en la sombra del chico o en su habitación, pero puedo venir a visitarte de vez en cuando, ya que este pueblo oculto no está tan lejos. Si supiera el príncipe que su amada está más cerca de lo que piensa, se moriría.

- No vayas a decirle nada, por favor. – suplicó nerviosa.

- Tranquila, no le diré, yo te hice una promesa y pienso cumplirla. Ya es bastante tarde, espero no te moleste que me quede a dormir contigo, es que me da pereza regresar a la villa, prefiero hacerlo al amanecer. – dijo mientras bostezaba.

La princesa rodó los ojos y sonrió ante la auto-invitación que se hizo la Twili, aunque reconoció que logró sacarle una sonrisa con sus ocurrencias.

...

El mes transcurrió más rápido de lo esperado en la Villa Kakariko. La cosecha de la siembra resultó satisfactoria.

Los Gorons y los habitantes empezaron a tener las primeras ganancias de las aguas termales que habían preparado. Esta no sólo fue bien recibida por la época de frío que algunas zonas estaban pasando, sino también por sus propiedades curativas.

Link, Shad, Darunia y Gael estaban muy satisfechos con los resultados obtenidos y se sentían tranquilos de ver que la integración de la recién llegada raza fue más que aceptaba. El jefe Goron invitó a varias personas a conocer sus dominios en la Montaña de la Muerte, incluso hasta se reunían ahí para seguir con el trabajo y conocer las minas donde dormían los minerales especializados en purificar y ambientar las aguas termales.

Shad aprovechó la cercanía de los Gorons para entrevistarlos y averiguar datos relacionados con su vida y habilidades. Se sentía sumamente dichoso de poder cumplir con uno de sus más grandes sueños.

Cuando el investigador se encontraba en casa, podía conversar con Navi sobre cómo era la vida de las hadas, y esta le contó todo lo que había vivido desde hace miles de años, y que incluso conoció a Link por esa época, confesión que lo sorprendió enormemente, pues en ese momento confirmó que la reencarnación siempre había existido y que no era un mito como muchos creían.

Por otra parte, el negocio del investigador también se vio beneficiado. Gracias a la ayuda del príncipe pudo volver a arrendar el local que antes tenía y contratar a sus anteriores empleados. Poco a poco la producción orfebre fue aumentando con los mismos habitantes del pueblo.

...

Habiendo cumplido con lo prometido, Link se estaba preparado para irse de la Villa Kakariko en búsqueda de la siguiente llama sagrada.

Antes de partir había comprado todas las provisiones necesarias para poder viajar, pues recordando las palabras de Sheik, la llama de Lanayru se sitúa "en un barco que se encuentra hundido en las profundidades de las más frías y congeladas aguas". Por eso supuso que el sitio al que irían tenía bajas temperaturas.

El joven fue a la taberna a despedirse del alcalde, quien desde que conoció a Telma no dejó de visitarla para cortejarla; también se despidió de ella, quien estaba completamente encantada con su nueva conquista.

Luego fue a ver a Darunia y a su tribu, quienes se sintieron apenados de ver que el héroe se iba, pero le desearon todas las bendiciones en su nueva búsqueda y prometieron volverse a ver una vez que el periplo finalice.

Finalmente, regresó a la casa de su amigo, pues quería agradecerle por toda la hospitalidad que tuvo para con él al recibirlo en su hogar durante todo el mes.

- Ha llegado el momento de partir. Te agradezco mucho por haberme recibido en tu casa. – dijo Link.

- El único que debe agradecer soy yo. Gracias a ti mi negocio está ascendiendo como la espuma, y si las Diosas lo permiten, cuando mis padres regresen, ni siquiera notarán lo que sucedió anteriormente. Este mes ha sido muy productivo en todo sentido, con tu ayuda he podido lograr muchas cosas, por esa razón me esmeré en hacer a la perfección lo que me pediste... espero sea de tu agrado.

Shad le entregó a Link el objeto que tanto había esperado. Se maravilló en sobremanera al ver que este superaba completamente sus expectativas.

...

Shad decidió a acompañar a Link a la pradera para despedirse. El príncipe ya se encontraba sentado en su fiel yegua, listo para partir a la región de Lanayru.

- La región de Lanayru está lejos, te tomará un par de días llegar.

- Lo sé, pero no pienso hacer varias paradas para descansar. – contestó decidido.

- Espero que no perdamos el contacto, no olvides que en esta villa tienes un amigo.

- Claro que no, gracias a ti pude lograr y aprender muchas cosas. Espero que cuando todo esto termine y Zelda vuelva a mi lado, nos visites en el palacio. – pidió sonriendo.

- No creo que sea buena idea, no seré bien recibido. – contestó apenado.

- Mi esposa ya conoce tu verdad, y referente a Cocu, a Gracielle y mis suegros, me encargaré de contarles todo. Estoy seguro de que me creerán.

- Espero que quieran verme, me gustaría saber de todos, en especial de Cocu y Gracielle, pues por lo que me contaste serán padres.

- Así es, ya con el tiempo que ha pasado, el embarazo de Gracielle ha de estar avanzado. Ahora si me retiro, nos vemos pronto, amigo.

- Hasta luego, Link. Y una vez más, gracias.

- Hasta pronto, señor Shad. – se despidió el hada.

- Hasta pronto, Navi, gracias a ti también por haberme ayudado en mi investigación.

Luego de darse un apretón de manos, Link aceleró el paso de su yegua y se fue alejando de la Villa Kakariko, armándose de valor y fortaleza para encontrar la siguiente llama sagrada, satisfecho de saber que cada vez estaba más cerca de enfrentarse a Ganondorf.

- ¡Por fin nos fuimos! – bramó Midna saliendo de la sombra.

- ¡Midna! ¡Cuidado alguien te ve! – exclamó el joven.

- Somos los únicos en esta pradera, no pasará nada. – dijo mientras se sentaba detrás de Link.

- De todas maneras, no te confíes.

Luego de que la Twili se acomodó en la yegua, su sarcástica sonrisa fue reemplazada por una mueca de preocupación. Ya había pasado bastante tiempo desde que se alejó de su reino, y se preguntó a sí misma cómo estaría su pueblo. ¿Su esposo e hijo estarían bien? A pesar de que lo aparentaba por su peculiar personalidad, no tener una respuesta para esas intrigas la martirizaba enormemente.

...

En la majestuosa sala del trono del castillo del ocaso, el Tirano de las Sombras se hallaba enfurecido.

En esos momentos tenía agarrado del cuello al principal consejero del palacio, quien desde que juró lealtad eterna hacia su persona, aún no había cumplido con la promesa de traer al hijo de Midna, muerto, a sus pies.

- ¡Inútil! ¡Ha pasado un mes y ni rastro del hijo de Midna! ¿Cómo es posible que en todo este tiempo no lo hayas encontrado? – preguntó con rabia.

- Le pido disculpas, mi honorable señor, pero he invertido todos mis esfuerzos y no lo he hallado por ninguna parte. – respondió atemorizado.

- ¡Basta, Yair! ¡Quiero una solución en este momento! ¡Quiero al mocoso muerto! ¡Lo quiero! ¡Lo quiero!

Zant, dejándose llevar por la furia, empezó a revolcarse en el suelo. Desde hace tiempo necesitaba quitarse la espina que tanto lo mortificaba, y la única manera era con una mínima señal que indique que el niño estuviera muerto.

- ¡Cómo pude confiar algo tan importante a un viejo como tú!

Luego de que Zant insultara a Yair, este le pidió que se calme, pues tenía un anuncio sumamente importante que hacer.

- Tiene razón, mi señor. La verdad yo ya no estoy para esos trotes, por esa razón he traído a una persona capaz de cumplir con sus deseos. Créame que él es el único que podrá encontrar al hijo de los príncipes y traerlo muerto como usted lo pidió.

- ¿En serio? ¿Qué esperas para traer a esa persona? ¡Apresúrate!

- Justamente se encuentra afuera, en este momento lo haré pasar.

Yair se acercó a abrir los grandes portones de la majestuosa sala, dejando pasar a un enigmático y misterioso joven.

...

Comentarios finales:

¿Quién será el misterioso joven que se presentó ante el Tirano de las Sombras? ¿Podrá cumplir con el requerimiento de Zant?

Bueno, este capítulo estuvo lleno de intrigas, pero estas serán la puerta abierta a lo que sucederá más adelante. El ciclo de Shad aún quedará abierto, pues le esperan muchos cambios.

Saludos,

Artemiss

Continue lendo

Você também vai gostar

593K 93.6K 37
Park Jimin, un padre soltero. Por culpa de una estafa termina viviendo con un completo extraño. Min Yoongi, un hombre solitario que guarda un triste...
7K 232 24
leo y Nando están enamorados de Xochitl y de Teodora y no dejarán que ni vivos ni muertos se las quiten ya que son "sus fantasmas" junto a sus amigos...
135K 4.9K 37
La primera academia de música más prestigiosa de todo Japón, Fairy Tail. Tendrá dos nuevas estudiantes las cuales pondrán de cabeza el mundo de los e...
7.6K 342 7
Sunset y Flash llevan casados 6 años,pero el tiempo pasa y las relaciones se van agotando,todo sucede a costa de discusiones y golpes,y los que más s...