41 | Madison

513K 16.4K 4.4K
                                    

Paso la tarjeta por el lector y la puerta de la habitación se abre ante nuestros ojos, mostrándonos unas bonitas vistas del interior

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Paso la tarjeta por el lector y la puerta de la habitación se abre ante nuestros ojos, mostrándonos unas bonitas vistas del interior. Mi prima me empuja contra la pared y entra corriendo en la habitación. Se tira sobre una de las camas y suelta un largo suspiro.

—Disfruta de la experiencia porque solo vamos a estar una noche —digo mientras dejo nuestras maletas en el suelo.

Realiza un movimiento tan rápido que no puedo detener el almohadón que choca contra mi cara.

—Aguafiestas.

—Lo que tú digas. —Le quito importancia a su comentario—. Tenemos que ir preparándonos para la ceremonia.

—¡Yo primero! —grita recogiendo todo lo que necesita de su maleta y encerrándose en el baño para que no pueda entrar.

—No tardes mucho, por favor.

Por primera vez desde que hemos entrado me fijo en lo acogedora que es esta habitación. Está decorada con detalles azulados, desde las cortinas de la ventana hasta las fundas que cubren las camas. Es una pena que vayamos a estar tan poco tiempo aquí.

Abro un poco la ventana e inmediatamente el olor del agua salada inunda mis fosas nasales y el poco aire que corre agita mi cabello rubio con fuerza. Dejo mi maleta sobre la cama más cercana a la ventana y saco todo lo necesario para prepararme.

Sam abre la puerta del baño y me indica con la cabeza que ya puedo entrar. Recojo todo lo que hay sobre la cama y le dejo intimidad para que se cambie. Entro en el baño y me doy una ducha rápida. Seco mi cuerpo con una toalla y cojo el secador que ha dejado preparado mi prima en el lavabo. Termino de arreglarme el pelo y lo recojo en un moño. Me maquillo rápidamente y me pongo las lentillas.

Cuando abro la puerta del baño, mi prima ya no está en la habitación. Aprovecho mi soledad para vestirme y terminar de arreglarme. Saco el vestido de dama de honor de la maleta y lo deslizo por mi cuerpo. Tardo un poco en subir la cremallera por detrás ya que sola no llego, pero tras una larga pelea consigo hacerlo. Por último, me pongo los tacones y meto todo lo que necesito en un pequeño bolso.

Salgo de la habitación y camino por el pasillo hasta la suite donde se aloja mi madre. Llamo a la puerta y tras unos cuantos gritos por ver quién abre la puerta, me encuentro de frente con mi tía.

—Menos mal que ya has llegado. —Tira de mí hacia el interior de la habitación y señala a mi madre.

Al verme se levanta rápidamente dejando caer la larga falda de su vestido de novia al suelo. Le han recogido el cabello pero algunos pelos rebeldes todavía chocan contra su frente.

—¿Qué te parece? —dice con una gran sonrisa en los labios.

—¿Que qué me parece? Estás hermosa, mamá.

—Gracias. —Me atrapa entre sus brazos pero se aparta rápidamente para mirarme de arriba abajo—. Tú también estás preciosa.

—No soy partidaria de romper los momentos bonitos pero tenemos que bajar ya, id vosotras por delante.

No temas al amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora