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EMILIO

Las palabras “Lo sentimos mucho, ya no pudimos hacer nada más. Su padre acaba de fallecer” junto con más que ya no recuerdo aún seguían en mi cabeza dando vueltas. Me las habían dicho una media hora después de terminada la operación; recuerdo haber gritado y llorado implorando porque fuese una broma pero lamentablemente no fue así. Era real... Mi padre había fallecido.
Habían pasado ya más de dos horas y esas palabras seguían doliendo como el primer segundo que las escuché. Adari no me soltó en ningún momento, trataba de consolarme pero yo no podía, no pensaba en otra cosa que no fuera él.

Varias televisoras llegaron al hospital alrededor de las 4:00 p.m. Querían hablar conmigo ya que era su único familiar ahí pero yo no podía hacerlo, salió Francisco antes de que entraran y se hiciera un caos. Sabía que sus seguidores necesitaban saber cómo estaba, era alguien importante después de todo, es por eso que mi amigo salió y les dijo todo, lo supe porque en la televisión del hospital y en las redes sociales ya estaba publicada la trágica noticia de mi padre.

Mi teléfono pronto se volvió a llenar de notificaciones donde fans, amigos y otros conocidos intentaban darme ánimos con textos donde adjuntaban alguna foto de él, pero la tristeza no se controla así, con un simple 'Ánimo'. Pero igual agradezco a todas cada una de las personas que se tomaron la molestia de escribirme algo. Nada lograba hacer que yo me sintiera mejor. Había perdido a mi padre y eso nadie podía cambiarlo aunque quisiera.

Estuve llorando por un buen tiempo en la sala del hospital mientras ella me abrazaba con un brazo y peinaba mis rizos con sus dedos, compartía mi dolor pero ella no llora tan fácilmente y menos si se tratar de alguien que no conoció bien. Yo estaba realmente mal, con cada lágrima me hacía arrepentirme de no haberle dedicado suficiente tiempo, de haberme alejado de él, de no visitarlo, de no llamarlo tan seguido, de no asistir al día en que me citó, de no escucharlo o abrazarlo cuando aún podía. Es tan doloroso cómo la mayoría de las personas esperamos un golpe de la vida para tomar consciencia de lo que estamos haciendo y tratar de enmendar los errores, pero muchas veces puede ser demasiado tarde.

Más tarde la misma doctora, Vianey, salió a informarnos que ya estaba todo listo, que en el momento que deseáramos podíamos llevarnos el cuerpo de mi padre. Volvió a decir que lo lamentaba mucho, que de haber podido hacer otra cosa, no dudaba en seguirlo manteniendo con vida pero ya no pudo hacer más.

Me sentía muy inútil, no había podido salir para hablar con la prensa y tampoco hice nada dentro del hospital, más que llorar en los brazos de mi amiga. Francisco se encargó de casi todo porque también comenzó a hacer llamados para tener listo el lugar del funeral en cuanto nosotros llegáramos. Adari se acercó después a él para tratar de hacer algo también, aunque hasta antes de eso solo se había encargado de abrazarme.

Pienso que ella es de las personas que les cuesta algo de trabajo expresar con palabras lo que siente o lo que piensa, o dar palabras de apoyo, pero sus acciones siempre hablan por ella. Jamás se alejó de mí porque sabía la necesitaba y se lo agradezco. De no ser porque ella me acompañó en todo momento, no se cómo hubiese podido soportar todo.

[...]

Dos horas aproximadamente habían pasado desde que llegamos al lugar del funeral, como lo supuse, ya todo estaba listo; un par de coronas de flores por parte de sus amigos, velas, y la base donde él iría.
Dos horas desde que el cuerpo sin vida de mi padre yacía en una caja color azul marino con detalles dorados.
Dos horas desde que las lágrimas inhundaban mi cara.

Estaba muy triste, frustrado y arrepentido como para prestarle atención a la llegada de Niko con Joaquín y Renata. Sin duda me asombró un poco cuando lo vi, aunque creo que en el fondo siempre supe que él iría. Después de todo lo que mi padre había hecho con él, sé que no es de las personas que guardan rencor y quizá quería que yo supiera tener su apoyo, pensé.

After [Emiliaco]Where stories live. Discover now