06

812 71 5
                                    


JOAQUÍN

El concierto del 23 de noviembre en Plaza Condesa estaba a solo una semana. Todo había salido bien hasta ese entonces y de hecho tuvimos más presentaciones pero no habíamos querido decir nada aún; todo estaba planeado para precisamente el sábado 23.

Hoy en día me arrepiento de no haber hecho algo antes. Pero yo no sabía lo que Juan Osorio tenía planeado.
Emilio sí y no me dijo nada.

Durante esa semana tuvimos otros conciertos juntos y yo estaba más que emocionado. Era algo que había deseado desde como cuatro meses atrás. Además, por algunas publicaciones que veía, sabía que parte de nuestro fandom también esperaban la confirmación de Emiliaco.
Nadie se esperaba lo que en realidad pasó.
Aunque bueno, Emilio sí.

El 22 de noviembre, antes del concierto pensamos en salir a desayunar juntos, pero él no pudo, dijo que tenía algunas cosas que hablar con su padre aunque no me dijo bien qué era.
Maldita sea, ¿por qué no insistí en que me dijera? Pudimos haber hecho algo.

EMILIO

El 22 de noviembre, por la mañana salí con mi padre. Dijo que teníamos que hablar ciertas cosas.
Mi padre pasó por mí a mi casa. Al llegar a donde desayunaríamos, después de ordenar los alimentos yo abrí la conversación.
— ¿De qué querías hablar? —

— ¿Recuerdas el trabajo que te dije para la chica? Ya tengo a la que será perfecta para eso —papá me miró subiendo y bajando una ceja.

— ¿Ya vas a empezar? Ya te dije que no quiero hacerlo —

— Y yo ya te dije que no te estoy preguntando, eres menor de edad y dependes de mí —dio un suave golpe con su mano sobre la mesa— Solo falta firmar el contrato.

— Entonces yo no sé para qué me sigues informando, ya haz lo que se te venga en gana —me levanté de mi lugar para dirigirme a la salida.

— No me levantes la voz. Soy tu padre y me respetas. Y siéntate que todavía tenemos cosas que hablar —

Bufé, giré los ojos y me volví a sentar. ¿Cómo quería él tener mi respeto si no respetaba mis decisiones?

— ¿Al menos puedo saber quién es? —

— Eso es lo de menos Emilio. Y la verdad no sé su nombre, solo sé que su mánager es uno de los mejores y ha sacado adelante a muchos artistas —

— Papá, ¿quieres que finja una relación con alguien que ni siquiera sabes su nombre? —

— Eso no importa, lo que sí es que su mánager es un excelente productor que ayudará a que tu carrera despegue —hizo con sus manos una seña de lo que debió ser un avión despegando.

El joven que nos tomó la orden ya se encontraba junto a la mesa, así que guardamos silencio por un momento mientras ponía ahí lo que íbamos a consumir.
En cuanto se retiró yo continué la conversación.

— Papá, ¿de verdad no te interesa para nada mi felicidad? —

— ¡Por Dios, Emilio! ¿Qué otra cosa puede hacerte más feliz que el hecho de que tu carrera y tu música sean un éxito? —hizo una pausa para pensar— No me digas que tienes algo que ver con Joaquín y piensas ser "feliz" con él —hizo con sus dedos una seña de comillas en la palabra.

— Y si así fuera... Olvídalo, no lo entenderías —suspiré— No tiene caso. 

— ¿No lo entendería? ¿Por qué? —

— Porque no papá, nunca entiendes nada de lo que siento, de lo que quiero. Siempre ha sido así —

Después de esa frase ninguno de los dos volvió a hablar, era como si a mi padre le hubiera dado en el punto; porque él sabía que sí era así. Nunca permitió que hiciera lo que me gustaba por miedo al que dirán. Desde pequeño me limitaban todo: "no bailes así" " no uses ese color" "no juegues con eso" "eso es de niñas".
Pero mi padre no quería aceptarlo, siempre vivió en una burbuja donde no le gustaba que alguien notara sus errores y se los hiciera saber.
De hecho, creo que a nadie le gusta, pero mi padre nunca intentó cambiar, ¿o sí?

After [Emiliaco]Where stories live. Discover now