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EMILIO

— Es que no debías traerme, no somos nada. ¿Qué pasa por tu cabeza para que te tomes esas confianzas? — estaba en la cocina de un departamento que no era el mío, hablándole a una chica que solo había visto cuando me llevaba el menú y la comida a la mesa de mi restaurante favorito.

— ¿Perdón? — habló al tiempo que servía café en dos tazas.

— Sí, yo no soy tu responsabilidad como para que me lleves o traigas a donde quieras. Perdón pero yo no te lo pedí y esto no me parece bien —

— Bueno... yo solo quería evitar que algo te pasara —

— Pues gracias... Pero en serio, no lo hagas más — metí las manos en las bolsas de mi pantalón y salí de ahí, subí a mi auto y me marché a casa. Aún vivía con mi madre.

Diciembre del año 2022, precisamente cerca de Navidad y como la mayoría de los muchachos de mi edad me pareció bien salir de fiesta un día de esos. Había invitado a Francisco pero él no era mucho de esos ambientes, así que fui solo; bueno, con un par de "amigos" que conocí cuando recién comenzaba a trabajar con Francisco.

El 25 de diciembre, fue el día en que salí con mis torpemente llamados amigos, rondaban las 10:00 p.m. y un bar ya nos estaba esperando para pasarla muy bien, bailar, beber, divertirnos, quizá conocer a alguien, no sé, podría pasar de todo ahí.

Al ingresar me percaté de un grupo de chicas que bailaban todas juntas, muy hermosas todas por cierto, en especial una. Una con la que jamás hubiera imaginado sostener una conversación sin que ella tuviera su delantal color negro con bolsas al frente.

Comenzamos pidiendo un par de cervezas, quizá después pasaríamos a algo más fuerte, coreamos las canciones que se escuchaban de fondo, bailamos, brindamos por el año que se acababa esperando el siguiente fuera mejor. En fin, nos perdimos al grado de beber de más, 7 cervezas, 8, 9 y cansados de que se nos terminaran de un sólo trago decidimos pedir una botella de mezcal. A un par de mesas de distancia seguían las chicas, ellas solo bebían cocteles y por ratos se levantaban de par en par a bailar al ritmo de la música.

En verdad creo que nos perdimos, al parecer éramos solo dos los últimos que quedábamos dentro; supongo —porque no recuerdo mucho— eran alrededor de las 3 de la mañana cuando una voz masculina nos indicó debíamos salir lo más pronto posible porque estaban por cerrar. Son las últimas palabras de las que recuerdo un poco, lo demás es lo que me contaron que pasó.

El único acompañante que quedaba y yo, salimos tambaleándonos un poco a causa del alcohol en nuestro sistema, ¿pero cómo evitarlo? Solo queríamos pasar un buen rato. Al cruzar la puerta de salida, escuchamos un grito llamando por su nombre a mi amigo, supongo eran otros amigos suyos que pasaban en una camioneta, lo invitaron a subir para ir a una fiesta y sin dudarlo él aceptó dejándome solo, pensé. No me quedaba otra opción, recogería mi auto y me iría.

El hombre del ballet parking iba a darme las llaves del auto pero antes debía comprobar que estaba estable para poder conducir; al el alcoholímetro indicarle que no, se rehusó a entregarme las llaves. Después tuvimos un pequeño pleito donde él decía no podía entregarme el auto en ese estado, que debía llamar a un familiar para que fuera por mí y yo alegando que a él no le interesaba lo que pasara conmigo, que me entregara las llaves porque debía irme. De igual manera no podía llamar a nadie, a mis padres ni de chiste, nunca se sabe cómo reaccionarán a lo que hago y mi hermana era el mismo caso.

En uno de mis gritos dirigidos al joven, una voz femenina me interrumpió haciéndome girar la cabeza y el resto del cuerpo en dirección de donde provenía el sonido, estaba detrás mío.

After [Emiliaco]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin