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JOAQUÍN

El hecho de haberme separado de Emilio no era una situación fácil de afrontar. En 7 meses habíamos logrado construir una relación tan bonita, que después de diciembre pasaba la mayor parte de mis días pensando en él.
A pesar de que seguía doliendo en el alma nuestra ruptura, no debía dejarme caer. Además de que otras de mis personas más importantes estuvieron ahí para levantarme el ánimo, entre ellas, mi mejor amigo.

Niko iba muy seguido a mi casa para animarme a hacer algo más que solo estar en cama, viendo películas y comiendo helado. Después de todo, en mis días libres era lo único que hacía.

– Joaco, hola. ¿Ya estás listo? ¿Qué haremos hoy? –
mi amigo entró a mi habitación sin tocar la puerta lo que causó que me sobresaltara desde la posición que tenía sobre la cama.

Me había enviado un mensaje una hora antes diciendo que iría a verme pero ese día precisamente no tenía ganas de nada.

– Niko, no tengo ganas de salir a ningún lado – tomé mi cobija y me cubrí de los pies a la cabeza.

– Vamos amigo, te dije que estaría aquí para apoyarte – se acercó para tomar asiento en mi cama y colocar su mano sobre mis pies cubiertos por la sábana.

– Nikolás, no estoy enfermo – giré mi cuerpo y ahora mi cara estaba contra mi almohada – No quiero que me tengas lástima. Además dijiste que haríamos lo que yo quisiera –

– Eso no significa que te abandonaré y no trataré de hacer algo por ti – Niko intentaba descubrir mi cabeza jalando la cobija – Y no es que te tenga lástima, ya sé que no estás enfermo pero no me gusta saber que estás aquí tirado todo el día –

Yo solo emití un sonido de disgusto. Sin duda me gustaba que se preocupara por mí pero no era tan fácil que me levantara o hiciera algo más si sabía que Emilio no lo haría conmigo.

– Podemos ir a comprar algo de ropa si quieres – hizo una pausa esperando mi respuesta – Recuerda que un jovencito guapo mañana tiene una invitación a "Cuéntamelo YA" y necesita lucir bien.
Yo no pude decir nada.
En un impulso me quité la cobija de encima y en un solo movimiento me puse de pie sobre la cama para que mi amigo supiera que sí me emocionaba ir de compras.
La ropa, y salir a comprarla siempre han sido de mis cosas favoritas. Así que me había encantado mucho la idea.
Cuando estaba de pie en la cama por querer bajar rápido, los pies se me enredaron en las cobijas y caí sobre Niko. Ambos rodamos de la cama hasta estar en el piso.

– ¡Auch! – se quejó mi amigo – Te dije que iríamos de compras no al hospital – colocó sus manos sobre su cabeza para intentar que el dolor no fuera más fuerte.

Yo flexioné mi pierna aún estando en el piso para poder sobar mi rodilla – Lo siento, es que me emociona mucho –

– Ya me di cuenta – Niko empezó a ponerse de pie – Pero qué bueno que te agradó la idea –

– Es perfecta, iré a bañarme – me dirigí corriendo al baño.

Después de unos minutos por fin terminé de arreglarme y me fui con Niko al centro comercial.
Yo compré un par de jeans que usaría en los próximos eventos que tuviera, como las firmas de mi calendario, y también elegí lo que usaría al siguiente día: un tipo pants gris y una camiseta de manga larga color vino.

En mi lista de cosas que compré también estaba un saco tipo gabardina blanco a cuadros negros que se abotonaba al frente y unos jeans negros que planeaba llevar a España, ya que pronto iría a una entrevista con Atresmedia.

Después de unas horas paseando con Niko, por fin llegué a mi casa y acomodé en el closet todo lo que había comprado. Mi amigo me dejó en la entrada y se retiró porque al parecer tenía una cita con Elaine.

After [Emiliaco]Where stories live. Discover now