13

668 61 9
                                    

EMILIO

"Suerte en España", "Que te vaya bien", "Éxito en la entrevista", "Suerte, ojalá pudiera ir contigo, te amo" .
Escribí y borré el mensaje para Joaquín al menos unas siete veces cuando supe que volaría. Al principio no creí que fuese buena idea pero yo quería que él supiera aún me preocupaba y lo único que deseaba era que él estuviera bien. Además aún lo extrañaba, y quizá nunca iba a dejar de hacerlo.
No pensé que respondería porque no habíamos hablado en mucho tiempo, antes pensaba debía darle su espacio. Ni siquiera en Navidad o Año Nuevo fuimos capaces de escribirnos algo.

Nunca hubiera pensado estar en esa situación con él y pensar en que todo había sido por mi culpa dolía aún más.
Joaquín se veía muy feliz, recuerdo haber visto "Cuéntamelo Ya" cuando él estuvo de invitado. Seguía luciendo hermoso, tan perfecto como siempre. Mientras hacía los cambios de ropa y accesorios solo pude confirmar lo que le había dicho unos meses atrás: Todo se le veía bien. Y es que es en serio, él podía ponerse un sombrero de charro o una camisa de carnaval y todo, absolutamente todo le va bien a ese niño.

Si con tan sólo un mensaje que le había enviado se removieron muchas emociones dentro de mí, ¿qué pasaría si lo volvía a ver después de todo ese tiempo? Supe que me pondría igual o peor cuando mi padre me confirmó que iría a Perú con nosotros. Ya nos habíamos distanciado bastante y reencontrarlo para volver a cantar juntos era un plan que aún no sabía como afrontar.

[...]

Se llegó el día de volar a las tierras peruanas. Una noche antes había escrito por mensaje a Joaquín, aunque me dio gusto que esta vez nuestra conversación fuera más larga.

Cuando llegó al aeropuerto de la mano de su madre, que por cierto no me habló, supuse no tenía palabras para quien le había herido el corazón a su hijo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Cuando llegó al aeropuerto de la mano de su madre, que por cierto no me habló, supuse no tenía palabras para quien le había herido el corazón a su hijo.
Joaquín se veía increíble, a pesar de no llevar sus mejores ropas seguía pareciéndome el hombre más hermoso del planeta.
Lucía un pants negro y una sudadera roja que destacaba su piel, suave y clara, su cabello ahora era más largo y a causa de sus chinos bailaba cual olas del mar por el poco viento del lugar. Portaba un par de tenis del mismo color negro también. Su rostro era demasiado bello, me sorprende que después de tantos años aún lo recuerde a la perfección, a pesar de que quedaban en él algunas marcas de lo que fue el acné, se veía precioso. Sus ojos claros, sus pestañas largas y sus suaves labios pintados en un rosa ténue me hacían querer guardarlos para que nunca perdieran ese brillo que irradiaban.

Lo miré por unos segundos y quedé paralizado ante su aparente belleza, pensé en acercarme y hablar con él pero mi padre me tomó del brazo y me jaló en su dirección, supuse había notado mis intenciones. Igual ya debíamos abordar el avión.

Esa vez, volar con el ya no fue algo agradable, como lo habían sido varias veces atrás; ahora se sentía frío, nuestras actitudes nos separaban, y tampoco estuvimos charlando durante todo el trayecto como antes.

After [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora