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EMILIO

Me tomó aproximadamente 4 meses entender que nada de por lo que me sentía culpable, lo era realmente. Ni la muerte de mi padre, ni el hecho de no saberlo escuchar, o entender aún con vida. Fue difícil, pero el contar con Adari, Francisco y Joaquín era pieza fundamental porque volvían todo más fácil.

Ahora, después de un par de meses más, veía todo de colores nuevamente y sé que las salidas con Joaquín habían influido mucho en eso. Mi amiga lo entendía, porque sabía lo que él significaba para mí, en algunas ocasiones hizo chistes sobre que yo la había cambiado pero ambos sabíamos que no era así, cada uno tenía un significado especial y eran igual de importantes para mí pero por razones diferentes.

Varias veces también ella mencionaba la idea de regresar con Joaquín, pero yo sentía que era muy pronto, no había tocado ese tema con él a pesar de mi padre escribir que debía hacerlo. No era el momento y mucho menos quería obligarlo sólo porque mi padre lo había mencionado y no quise tocar el tema precisamente por eso, para no presionarlo. Además, las preguntas que más rondaban mi mente en esos cinco meses eran: ¿Él aún sentiría lo mismo? ¿Recordaría nuestra promesa? Porque yo sí, en ese tiempo que llevaba saliendo con él, me hizo volver a sentir cosas que solo había sentido con él hace años. Yo era feliz, pero su compañía me daba un plus porque tenía con quien compartirla pero no tenía la certeza de que él se sentía igual.

Por otro lado, estaba en mi mente la historia de mi papá con el hombre ahora llamado Armando, recuerdo a la perfección el día que Joaquín y yo nos lo encontramos en el centro comercial, ya sea por casualidad o por destino pero ese hombre estuvo ahí justo cuando pasamos y así pudimos conocer un poco más de la vida de mi padre.

No puedo negar que se me cristalizaron los ojos al saber, mis abuelos lo habían llevado a un programa de jóvenes de alguna religión para intentar corregir su orientación, B también mencionó los querían llevar a ambos con un psicólogo pero eran tiempos donde se veía muy mal ir con uno por creer era para gente "loca", por esa razón se les hizo más fácil acudir a la Iglesia. Por su parte, B huyó de su hogar, no quería ser obligado a ir con los jóvenes de la Iglesia porque sería a una diferente de la que iba mi padre, logró conseguir un trabajo y posteriormente un cuarto para vivir. Cuando creció se permitió ser lo que realmente era pero aún por debajo del agua porque la homosexualidad era un tema prohibido todavía.

También nos explicó cómo es que se habían puesto esos apodos, que si bien eran solo las iniciales de sus apellidos, para ellos tenía mucho un significado muy especial. Al llamarse por una sola letra les recordaba la firma que dejaban en todos los dibujos que creaban juntos, Armando aún llevaba uno en su cartera y me dio demasiada ternura ver cómo después de años lo atesoraba cual obra de arte.

Era un pequeño dibujo de un par de casas situadas de frente, donde un puente las unía, pero encima de este, se observaba un corazón en un intento de brillar. En la esquina superior derecha estaba la firma, la cual no era más que una B encerrada por una O.

 En la esquina superior derecha estaba la firma, la cual no era más que una B encerrada por una O

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After [Emiliaco]Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα