—Espera... espera, espera —aprieta los ojos, sonrojándose—. Solo vamos a jugar

—Sí, por eso. No sé si usas protección, hay algunos escondidos por aquí porque en una época... bueno, el caso es que no recuerdo donde están. Probablemente igual estén caducados.

—¿Quién está escondido?

Crowley pone los ojos en blanco porque nunca pensó que tendría que dar LA CHARLA a un ángel. Chasquea los dedos haciendo aparecer un condón y luego se lo tiende a Raguel.

—¿Qué es esto? —Sí, sí vas a tener que tener esa charla.

—Se llama condón. Ábrelo.

—¿Abrirlo? —en su vida ha visto un empaque.

—Sí. Mira —hace aparecer otro con el mismo método y le muestra cómo se rompe el envoltorio. Sacando el condón de dentro—. Haz lo mismo con el tuyo, con cuidado de no romperlo.

Lo hace... o lo intenta, con dificultad a arrancones y jalones.

—Con cuidado, si lo rompes, no sirve...

—¿Y esto para qué sirve?

—Ahora lo verás, ¿está entero?

—Pues... supongo que no sé

—Prueba a soplar un poco como si lo hincharas y verás si se escapa el aire —lo hace él para que vea como.

Lo hace...

—Es como... baboso.

—Sí, es lubricante, para que no duela al ponerlo. No sé cómo... o sea, no sé si tú eres el que mantiene el pene o él... o los dos. El caso es que el que sea que lo meta en el otro tiene que enfundarlo en esto primero.

—El... ¿el qué has dicho?

—El pene.

—¿Estás... hablando de sexo? —Le mira, parpadeando.

—De sexo SEGURO. Si uno de los dos es una chica, esto es para que no se embarace... si es que acaso es puto posible —protesta—. Si no, es para que... básicamente tú no pilles nada demasiado chungo.

Más parpadeos aún.

—¿Embarazarse? Oh... Dios —busca donde poner el condón, sonrojándose—. ¿P-Pillar? No me... Yo no... yo...

—Me refiero a una enfermedad. Como lo del coronavirus. ¿Sabes qué fue idea de Aziraphale y algún idiota se la robó? Él la propuso cuando estaba en el infierno, en Halloween. Los ángeles siempre tenéis las jodidas ideas más brillantes.

—A-Aziraphale? Pero si Aamón me contagia de cosas, yo mismo me las curo.

—Mira, si no quieres, no lo uses. Pero si Aamón además se está acostando con otro, a saber que mierda va a traer de serie. También puedes curarle a él y todo eso. Es tu problema, en serio.

Raguel vacila y se le ensombrece la mirada con eso de que se acueste con otro.

—No va a acostarse conmigo, de hecho... —recuerda, cerrando los ojos.

—O a lo mejor no se está acostando con el otro, yo qué sé —ojos en blanco.

—Esto lo usas tú con Aziraphale.

—Eeeh... seh, claro. Somos muy responsables.

—Lo tomaré en cuenta, Gracias por dármelo —asegura, sonrojándose un poco y tratando de... enrollarlo o doblarlo o algo.

—No, no, espera. Tira eso, te voy a dar unos cuantos por abrir. Ahora ya está abierto, es antihigiénico. Y ni siquiera te he enseñado como se pone.

Sin CityDonde viven las historias. Descúbrelo ahora