Untitled Part 169

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—Uriel, basta ya. Ya sé que no te gusta que te curemos a ti, pero esto no es hacértelo a ti —saca el teléfono mirando quien llama para zanjar la discusión.

Belcebú.

Ugh. No. Cuelga y se guarda el teléfono. Ni siquiera quiere oírla decir que... van a seguir siendo amigos o algo en esa línea. De hecho...

—No, pero Gabriel... Lo que digo es que ¿por qué tengo que hacerlo yo?

—Porque yo... —le toma de los hombros—. Me voy a buscar a Azrael a ver si podemos sacar a Miguel del infierno de una vez —la gira y la empuja un poco hacia la celda—. Te veré luego —la suelta y se va corriendo a por Azrael

Vuelve a sonar su puto teléfono y Gabriel vuelve a mirar quien es mientras anda a por Azrael.

Pues quien va a ser, darling. Ella. Es que va a llamarte mil veces.

Vaaaale, va a apagar el teléfono

¡Que desagradable ser!

Eso ya se lo dijisteis antes a Asmodeo

¡Pues! Belcebú... es que va a ir a buscarle, pero vale... ¿qué hace Gabriel?

Pues ir a buscar a Azrael que está trabajando normalmente así que búscale donde haya muertos.

En un hospital chino. Pues ahí baja. Ni siquiera hay tanta gente rezando al Dios correcto... banda de herejes.

Y ahí está, mirando el reloj porque siente que lleva aquí una eternidad o dos.

—Azrael...

—Oh... ¿qué haces aquí? —Azrael le sonríe un poco.

—Necesito que... Es Miguel. Está en el infierno encerrada.

—Ohh... ¿Cómo se metió ahí? —Azrael levanta las cejas.

—Bajó conmigo a por Lucifer... el caso es que alguien tiene que... —vacila apretando los ojos.

—¿Ajá?

—Pedirle al Príncipe del Infierno que la libere.

—¿¡A quién?!

—Pues ¿quién está al mando, Azrael? —le ladra un poco porque le JODE no poder ser él personalmente quien lo haga.

—Ah, ¡a Belcebú! Pues... pídele tú. A mí no me... Ugh.

LA MIRADA.

—Gabriel...

—Ya... nos dirás qué ha pasado—se da la vuelta para irse.

—No, no... Espera. Dile tú.

—No voy a hablar con ella para además aguantarme su condescendencia, Azrael.

—A mí no me va a escuchar.

—Te va a escuchar más que a mí. Desde luego —es que a medida que dice esas cosas se enfada más.

—Mira, de verdad yo no... Ugh. Me cae bien, Gabriel pero...

—Usa tu influencia para los intereses de rus compañeros, Azrael, no seas egoísta —sentencia.

—Pero es que yo no tengo la misma influencia que tenías tú. ¡Yo ni la quiero! —Azrael, no estás haciendo las cosas más fáciles.

—Pues más vale que empieces—susurra y luego se da la vuelta para irse.

—Gabriel... ¿qué vas a hacer tú?

No responde a eso, solo vuelve al cielo con un rayo porque no quiere ni verle ahora, menos darle explicaciones. Bastante le parece haber tenido que ir él, de todos a pedirle personalmente que haga esto.

Sin CityWhere stories live. Discover now