Untitled Part 97

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Bueno, Aziraphale se va al despacho de Gabriel sin tener nada así como escrito y organizado esquemáticamente como hubiera querido.

Gabriel que está haciendo papeleo así como furiosamente.

Aziraphale produce una hoja con un milagro y... escribe dos nombres inventados. Mira al cielo y clama por ayuda.

Ya estás en el cielo.

Mira más al cielo aún. Dios no está por aquí que alcance a verla.

Vale, vale.

Mira hacia el despacho de Dios y reza un poco. La verdad, vale, no me está permitiendo hacer esto así.

Se sienta en una nube y escribe un par de fichas cortas para cada uno de los demonios. De cosas además un poco terrenales para que nadie le discuta. Gabriel será... Bansky.

Como justamente conozcan a Bansky... pero bueno y ella será Ramsay. Como Gordon Ramsay, el chef histérico.

A ella le parece que no están tan mal. Se inventa por ahí que el suyo es el demonio de los alimentos contaminados y el de Gabriel... es... Ehm... el de... los artistas poco inspirados.

En fin, trata de... hacer que esto se vea ligeramente profesional, toma aire y... toca la puerta del despacho.

Le responde con un gruñido.

Aprieta los ojos y abre la puerta.

—Gabriel. Hello.

—Ah, eres tú.

—Sí, creo que... he encontrado la mejor solución para todo esto.

—Mmm...

—¿Sigue en pie?

—Sí, sí... —suspira—. Ven, sientate.

Ella se acerca a él casi con... cuidado. Sentándose donde le dice.

—¿Qué has encontrado?

—Pues... pocas cosas en realidad. He pensado en la estrategia, mira —le tiende la hoja —. Tú serás Bansky y yo Ramsay. Hemos de actuar como si eso fuera obvio y ofendernos si no nos reconocen.

Gabriel parpadea un poco tomando la hoja que le tiende para leerla.

—¿Banksy y... qué?

—Ramsay.

—Ni siquiera me suenan esos nombres.

—Justamente. A ellos tampoco van a sonarles. Creo que no hay que llevar un disfraz muy elaborado, quizás una máscara nada más. Hablar poco.

—Una máscara —repite.

—Y tú deberías dejarte la barba. Yo me pondré el pelo negro también.

—Vale...

—Trata de no hablar con nadie a menos que sea indispensable y... salgamos de ahí lo antes posible. Oh, Gabriel... y necesitamos un plan de emergencia.

—¿Qué emergencia planeas que tengamos?

—Si nos atrapan.

—¿Crees que nos van a atrapar?

—No, pero algo tenemos que hacer si lo hacen. Sinceramente yo... estoy confiando en que Belcebú nos saque de ahí.

—No deberías. ¿Cuál es tu plan? —Se le ensombrece la mirada a la mención del príncipe del infierno.

—Mi... plan. Sinceramente no tengo un plan, no sé aún si Crowley va a ir, Gabriel —le mira igual con la cabeza inclinada con ese cambio de gesto al mencionar a Belcebú.

Sin CityWhere stories live. Discover now