Untitled Part 81

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De todos modos va haber pasado un rato. Un BUEEEEEEEEN rato. Puede que hasta Dagón ya se haya enterado de quién ha subido al cielo.

Dios mío, un BUEN rato. Probablemente Belcebú se haya olvidado ya de que Gabriel puede intentar llamarla.

Que poquito le dura la fe

Es. Un. Demonio. No tiene fe. Como casi todos los demonios.

Fe, esperanza y caridad.

No tiene ninguna de esas tres, hombre. Desde luego.

Ya, ya

Pero la llama. Vale... contesta bastante rápido como siempre.

No sea que no lo haga, ya que ha dicho que ya no lo esperaba.

¡No, porque siempre le contesta rápido! ¡No es sólo esta vez!

Vale, vale. Es porque es él en general y ella una desesperada.

¡No! Un poco sí pero... ¡no! Es porque si no se queeeeeja.

¿Y contesta diciendo algo o solo se lleva el teléfono al oído creepymente?

Hello —esa voz apagada y aburrida.

Hello, tú.

—Oh... E-Eres tú.

Yes, ¿no has visto mi número en la pantalla?

—No... —mentiraaaaa

—Te estoy llamando como siempre, ¿has vuelto a borrar mi número?

—Ehm... no, no. Solo... estaba atenta a otra cosa.

—Bueno, de todos modos no sé qué estás planeando, pero que sepas que va a ser un desastre.

—¿Perdona?

—No podrías haberte equivocado más con Miguel y la verdad, yo tampoco me fío de esto.

—¿Miguel?

—Ella ni siquiera ha accedido.

—¿De qué me hablas, Gabriel?

—De tus enviados del infierno.

—¿Qué te han dicho?

—Nos han invitado a salir.

—¿¡A-A salir?! What?! ¿Quién? ¿A ti? ¿A dónde?

—Han dicho que me llevarían a un lugar a comer que me iba a encantar, que era una cuestión de diplomacia. La verdad... sigo muy muy escéptico de todo esto.

—¿A TI? What the... tú no... ¡tú no! What the fuck, Gabriel!

—El caso es que les he dicho que tenía algo importante que atender, pero han insistido mucho y creo que si has vivido todos estos años como demonio sin arrepentirte, tal vez no te pase nada por una noche más.

—No vas a... what the fuck!? ¡No vas a ir a comer con no sé quién! ¿¡Quién te ha pedido eso?!

—Mefistófeles. Está aquí conmigo.

—Dile a... ponlo al teléfono.

—¿Qué? No, está en la mesa, no quiero que sepa que te he llamado a ti.

—Está en la... —es que va a matarle—. ¿Dónde estás?

—En la tierra, en un lugar de comida.

—¿En qué fucking lugar de fucking comida en la fucking tierra? —es que se le escucha el enfado. Debe estar sacando fuego por los ojos desde YA

Sin CityWhere stories live. Discover now