Untitled Part 171

19 8 5
                                    

Pero vamos con Gabriel y Belcebú en lo que Azrael aaaaanda.

Ay, ese asunto peliagudo... sólo Belcebú se nos pone igual un poco nerviosa. Vamos desde que le salta encima.

Gabriel se separa un poco del beso después de devolvérselo. Belcebú sonríe un poco, colgada a él, pese a que se separe.

Gabriel la mira con cara de drama y ella le acaricia la cara, sonriendo un aún, aunque está preocupada

—¿Qué pasa?

—Vamos a acabar con esto.

—¿A acabar con qué?

—No quiero besos de Judas para hacerme el problema más fácil —la hace bajar, mirándola serio.

—¿Besos de Judas? ¿De qué hablas?

—De ti.

—Por Satán... ¿¡ahora qué?!

—Sé perfecto lo que pasa, pero mejor explícame y acabemos cuando antes.

Belcebú parpadea, porque para variar... no sabe de qué habla.

—No sabía yo siquiera que pasara algo.

Gabriel frunce más el ceño.

—No me pongas esa cara... ¿ahora por qué estás enfadado?

—Ni te creas que vas a poder jugar a dos bandas conmigo. Eso si que no.

—¿Jugar a dos... bandas?

—Basta ya, Belcebú, te he dicho que ya lo sé.

—Y yo te estoy diciendo que no sé qué es lo que sabes... pero por tus caras pareciera que no es nada especialmente bueno...

—Es que no te creo. Tienes que decidir. No... Voy a culparte por haber cambiado de idea, ni siquiera si... decides... bueno, pero no puedes quedarte con ambas cosas. ESO SÍ QUE NO.

—Decidir. Tengo que decidir. Pues... yo siempre decidí. ¿No te... traje una piedrota?

—Sí, bueno. Y también escribiste una carta.

—¿Una... carta?

—Sí.

—Hmmm... ¿A quién le escribí una carta? ¿Qué decía?

—Mira, ya supongo que no esperabas que me enterara, pero... ¿qué te crees? Soy el puto Arcángel del correo, Belcebú.

—¿¡Qué carta?! ¿¡Para quién?!

—No te sigas haciendo la tonta...

—Gabrieeeeeel, no me estoy haciendo ninguna tonta, llevo días llamándote... estás... ¿estás buscando pretextos para terminar conmigo e irte a liar con Lucy?

—¿Qué?

—Te he oído decir que te ibas a acostar con él —le mira, nerviosa.

—Sí me voy a ir con otro, pero no va a ser Lucifer.

—N-No... No te vas a ir con otro —le aprieta otra vez contra sí.

—Pues no creerás que tú puedes descartarme así y yo me voy a quedar esperándote. Ya le he pedido matrimonio y ha accedido.

What the hell! —le aprieta más, cerrando los ojos. Y es que si Belcebú durmiera, está seria una pesadilla continua—. No te he descartado, ¿de dónde sacas esa mierda? Eres MÍO.

—Ya no.

—Sí, ¡sí eres mío! Eres... eres mío. No eres de nadie más. ¡No vas a ser de nadie más! ¡Si no estás conmigo no eres de nadie! —así o un poco más enfermiza.

Sin CityWhere stories live. Discover now