Untitled Part 150

Začít od začátku
                                    

—Elijas a un príncipe del infierno y te asegures de hacerle quererte. Antes de que sean ellos los que intente venir a tentarte

—Estas... ¡pero para encerrar!

Ojos en blanco, de Gabriel porque ya se esperaba esto.

Miguel está demasiado en shock para hacer algo pensando en... lo que acaba de pedirle.

—Miguel, por favor, ¿puedes decirle?

—¿D-Decirle?

—Aja. Tú apoyo. Miguel es una de las que ya tiene un objetivo claro e incluso está manos a la obra.

—¿P-Perdona?

—¿¡Miguel?! ¿¡Manos a la obra?! —pregunta escandalizado Azrael.

—Me lo has dicho antes fuera ¿no es así?

Miguel abre la boca estúpidamente, pensando... desde luego, en el objetivo en la mira. Gabriel le sonríe.

—No te-tengo manos a-a la obra pero... a-a-apoyo... e-en alguna medida la i-idea.

—¿No me dijiste que estabas enfocada en el traidor, Lucifer? Bueno, de todos modos... tal vez pueda explicarnos Raguel entonces.

—¿¡En Lucifer?! ¿¡Yo?! ¡No! —Gabriel incendiándolo todo... más o menos.

Raguel fulmina a Gabriel con la mención suya, especialmente después de mencionar al traidor de Lucifer.

Pues lo ha mencionado para Miguel

Ya, ya... el asunto es que Belcebú ha mencionado a Lucifer también.

—¿Qué hiciste tú con Belcebú? La has traído para demostrarnos? —pregunta Raguel un poco en pánico.

—No, ella ya se ha ido. Por eso creo que, además, tú no deberías preocuparte de Lucifer —sigue para Raguel, que se cruza de brazos, y le fulmina aún más.

—Eso dices tú...

—Créeme, ella mentía.

—Y lo dices tan tranquilo.

—No entiendo qué está ocurriendo... paren, PAREN —protesta Azrael

—¿Qué es lo que no entiendes, Azrael? —protesta Gabriel con cansancio.

—¡Nada! ¿¡De qué hablas con Miguel y el traidor, y qué tiene que ver Raguel aquí?!

—Vamos a ver —se gira a la pantalla tactil que tienen en la pared, tomando un bolígrafo para escribir. Hace dos columnas, en una escribe los nombres de los siete Príncipes del infierno y en la otra a los siete Arcángeles

Azrael le mira y mira a los demás, o sea ¿¡si están oyendo todos lo que dice!?

—¿Vas a... emparejarnos a todos con alguien?

—¿Yo? No. Vais a emparejaros vosotros —traza una línea de Miguel a Lucifer, otra de Mammón a Raguel y vacila antes de hacer una de su nombre a Belcebú.

Raguel chasquea los dedos y borra la suya.

—Ragueeeeel, no empieces —e gira a mirarle.

—Tienes que empezar a prestar atención, Gabriel.

—¿Atención?

—Aamón y Mammón, no son el mismo demonio.

—Ah, bueno, da lo mismo —hace bien la línea esta vez.

—No da lo mismo, ¿te emparejo a ti con Leviatán? —protesta Raguel que ya está así muy a modo... Ira incontenible todo el rato. Gracias Aamón. Esto debe ser gracias a ti.

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