Capítulo 9

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   — Xander — Le llamé entre la oscuridad, mientras que me subía las sábanas hasta el cuello.

   — ¿Qué? — Pronunció junto a un bostezo, mientras atravesaba la espesa penumbra con sus bellas esmeraldas.

   — ¿Podrías hacer... Como sí nada? — Pregunté temblando, temeroso a que no me entendiera. Hizo un ruido nasal demostrándome que no me entendió, de manera que estoy obligado a aclarárselo.— ¿Qué sí podrías fingir que nada de esto ha sucedido? Ya sabes, lo de los mellizos...

   — ¿Prefieres ignorar el problema a darle una solución? — Asentí entre la noche, aunque claramente no me había visto.

   — Sólo haz lo que te he pedido, es la manera de solucionar el problema — Le respondí mientras agarraba con aún más fuerza las sábanas.—... Lo de las venganzas... Era divertido...

   — Eres un maldito masoquista — Anunció propinándome un insulto. Yo sonreí, pero a la vez bufé, y el al sólo haber advertido lo último, creyó que me había enfadado.—. Lo siento.

   — No importa, tienes razón — Corroboré a su adjetivo despectivo.

   Por un segundo reinó el silencio, me conformé con oírlo respirar, para mi era suficiente, no quería palabras.

   — ¿Entonces puedo volver a ponerte disfraces? — Se atrevió a preguntar.

   — No — Pronuncié cortante.—. Bueno, a lo mejor algún día... Que no haya nadie.

   — Bien — Añadió finalmente, aproximándose a mí y rodeándome, dándome un abrazo próximo.—, buenas noches.

   — Buenas noches — Me despedí de él mientras ambos girábamos y quedábamos nuestras espaldas pegadas.

   *   *   *

   Xander empezó a recoger sus cosas; aunque era únicamente su mochila, en la que se encontraba un fichero multitud de hojas y un estuche.

   No pude contenerme, la curiosidad me corroía, así que mientras él hacía nuestra cama, yo saqué el fichero para hojear su contenido.

   Para mi sorpresa, éste contenía únicamente dibujos de mujeres; había un gran tomo, muchas, más de cincuenta.

   — ¿De dónde has sacado tanto modelo? — Pregunté observando a la primera, una chica rubia de un largo pelo, de espaldas y con ésta al aire. Todos los dibujos eran en blanco y negro.

   — La primera es mi hermana, pero desde que tiene pareja dejó de ser mi modelo — replicó mientras yo observaba todos los dibujos que tenía de ella, sería incapaz de contarlos, pero eran menos de la mitad, pero juraría que en ninguna se le ve la cara.—; el resto... Son todas mis ex.

   — Tienes un dibujo de cada una ¿no? — Pregunté mientras terminaba de ver las imágenes de la hermana; a lo que el asistió. Éste grupo no dudé en contarlo, llegué a contar más de veinte; pero aún así, ninguna tenía rostro. Reí para mi mismo.

   Hasta que llegué finalmente a la espalda de un hombre, aunque éste no estaba desnudo y tenía sudadera; tenía una melena negra y a éste era al primero que se le veía como mínimo la nariz . Eso me sorprendió; desplacé la mirada del papel y la dirigí a Xander.

   — ¿Qué ocurre? — Preguntó cuando terminó de hacer la cama.

   — Hay... Un hombre... Bueno, su espalda — Divagué mientras dirigía mi mirada de nuevo a los papeles.

   Antes de que pudiera pasar página, Xander había agarrado los folios impidiéndome hacerlo. Tiré un poco de ellos hacía mi, mientras le miraba a los ojos, sin comprender. Su mirada se había tornado a una sería, fría, realmente daba miedo.

   — ¿Me dejas pasar la hoja? — Pregunté sonriente mientras levantaba la esquina del papel en el que se encontraba el chico, parecían impresos. Xander era un verdadero artista.

   — No — Fue cortante mientras tiraba de las hojas.—. Suéltalas.

   — ¡No te avergüences de tu arte! ¡Es increíble! — Exclamé abrazándome a los papeles. — ¡Déjame verlos, por favor!

   — ¡He dicho que no! ¡Suéltalo! — Exclamó tirando de los folios. Yo tiraba, el tiraba; al final los dibujos se esparcieron por el suelo, quise ayudarle a recogerlo, pero no me lo permitió.— ¡No los mires! Exclamó recogiendo todos los que su vista había logrado a alcanzar.

   Los agrupó de nuevo y los guardó de nuevo en el fichero, cerrándolo y guardándolo, con el ceño fruncido.

   — Pi... Pintas muy bien — Admití con una sonrisa sincera, mientras las yemas de mis dedos índices jugaban entre ellas.

   — Dijiste que te parecían divertidas las venganzas ¿Quieres volver al ruedo? — Preguntó colisionando su frente contra la mía, demostrándome quién era el toro, bufando.

   — Sí quieres — Respondí divertido, apartando mi frente y volviendo a chocarla con fuerza.

   — ¡Klaus! ¡Xander! — Nos llamó mi madre mientras subía la escalera, llegando a la puerta de mi cuarto.— Qué... ¿Qué están haciendo?

   — ¿Qué? — Miré a Xander, que me agarraba la cintura, dejando mi cuerpo completamente pegado al suyo. Nos separamos y él río desvergonzadamente, y yo reí a causa de ésta.— Nada, nada.

   — Bueno — Pronunció mi madre mientras carraspeaba, tratando de ocultar su sonrisa.—; Xander, podrías cuidar hoy de Klaus, me temo que esta tarde voy a estar fuera — Espera ¿otra tarde con el rubio? No sabía sí alegrarme o disgustarme, me limité a resoplar.

   — Sabes que te gusta mi compañía — Respondió el divertido mientras me miraba de reojo, haciéndome sonreír.—. Claro, señora, me quedaré esta tarde también.

   — Muchas gracias — Agradeció mi madre mientras se acercaba a depositar un beso en mi frente.-. Me marcho ya, se bueno.

   — Lo será — Aseguró Xander, colocándose el pelo hacía atrás.

   Ambos esperamos a que se marchara mi madre de casa y diera un portazo como inicio a nuestra soledad acompañada.

   — ¡Menuda mierda! — Dijimos los dos a la vez. Nos miramos ambos sorprendidos, pero desviamos las miradas rápido, con rabia causada por esa estúpida coincidencia.

   — Y yo que pensaba quedar con Henry — Añadió Xander cogiendo su móvil y dándole a la pantalla.

   — Y yo con Taylor — Después de añadir yo eso, nos miramos ambos a los ojos y, de nuevo, dijimos a la vez.— ¡Va a venir por mucho que te opongas!

   Esta vez sí sorprendidos, aceptamos que el otro hubiera invitado a alguien más, así que Xander se marchó a la planta baja, y yo mientras decidí cambiarme.

   Cerré la puerta en cuanto éste se marchó y empecé a sacar las cosas que debía ponerme, entre ellas unas zapatillas que se escondían debajo de la cama.

   Al lado de éstas me pareció encontrar un folio ¿Tal vez un dibujo de Xander? Lo saqué junto a las zapatillas, con cautela de que no se doblara.

   Realmente quedé perplejo al acertar a observar en aquel folio dibujado algo que lo hacía especial entre el resto de dibujos; éste dibujo era un rostro, pero ni siquiera de mujer, no.

   Era el mío.

¡Estúpido niñero! (yaoi-gay)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang