Capítulo 2

142K 10.7K 5.8K
                                    

   —¿Tienes algo que hacer? —preguntó cuándo me disponía a salir de la cocina, cuando al fin había terminado de recoger los cristales rotos.

   —No —respondí mientras entraba al salón, sentándome al final del sofá donde él se encontraba, levantando sus pesadas botas para empujarlas fuera de los cojines; pero así solo conseguí que, una vez que yo me hube sentado, pusiera sus pies ahora descalzos sobre mi regazo.

   —Genial, porque tengo el cuaderno de matemáticas en blanco —empezó a explicar mientras sacaba de detrás del respaldo del sofá su mochila semivacía, en la que se encontraba tan sólo un cuaderno y un bolígrafo, tirándola contra mí con agresividad—. Sé un buen esclavo y hazme los deberes —y para mi desgracia, si, también estamos en la misma clase, por lo que las tareas también son las mismas ¿en qué se supone que te he fallado, dios inexistente?

   Tras recibir la mochila, respiré profundamente mientras sentía como algo dentro de mí temblaba frágilmente al recibir tal cantidad de aire, tratando de cargarme con el poco coraje que conservaba para alzar la voz. El primer intento tan solo fue un suspiro ahogado, pero el segundo ya se formuló como respuesta a su orden.

   —No pienso hacerlos —me atreví a contestar no muy confiado de mis palabras; colocando, no, tirando la mochila contra su pecho, demostrando mi desacuerdo, pero sin resultar demasiado agresivo, aprecio mi vida y el aire que respiro—, ¿Es que eres tan estúpido que no eres capaz de hacerlos? —pregunté aprovechando lo poco que quedaba de mi orgullo, vaciando finalmente las reservas.

   Xander frunció el ceño de manera amenazante (justo lo que temía que sucediera ¿pero a quien se le ocurre? ¿por qué no aprendo a mantener la boca cerrada?) y agarró mi brazo con fuerza, su agarre era doloroso, pero más me dolía el arrepentimiento, acercando después de esto mi rostro al suyo, quizás para que oyera más de cerca y con mayor claridad sus palabras.

   —¿Es que eres tan estúpido que quieres verme enfadado? —me respondió soltándome con brusquedad, quitándose la mochila de encima para poder incorporarse y tras esto tirarla de nuevo contra mi cuerpo, con mayor agresividad si eso era posible—. Vamos a tú cuarto.

   Extendió sus brazos hacia el techo, doblando uno tras su cabeza mientras el otro lo empujaba hacia el lado contrario del que venía este y después hacer lo mismo con el contrario. Cuando terminó de estirarse, sostuvo mi muñeca con una rabia que hacía más doloroso aun el agarre, para después tirar de mí, aún sin cambiar sus bruscas y frías formas, para ponerme en pie y arrastrarme hasta las escaleras, donde comencé a guiarle yo.

   —Estúpido niñero —susurré furioso, golpeando con la dura suela del zapato los escalones que se alzaban hasta la segunda planta.

   —Niño malcriado —me respondió él de peores maneras mientras seguía mi ascenso y mis movimientos desde cerca.

Cuando llegamos a mi cuarto, me dirigí hasta mi escritorio y me dejé caer sobre la silla, observando como Xander cerraba la puerta a sus espaldas.

   —¿Por qué cierras? —pregunté inseguro, con la esperanza de que respetara los límites de su maldad y de que no quisiera cometer un crimen ni hacer cualquier otra locura, aunque solo fuera por su propio deseo de no acabar en la cárcel.

   —Para que nadie pueda oír tus gritos mientras trato de estrangularte —me aclaró con una sonrisa pícara que me erizó el vello de la nuca—. Y ahora a callar y trabajar.

   —De eso nada, sí quieres te ayudo, pero me niego a ser tu esclavo —le aclaré girando la silla no muy seguro de mis propias palabras, si yo no me creía, el mucho menos; siguiéndolo con la mirada para ver cómo se sentaba al borde de la cama, dejándose caer sobre ésta haciendo que los muelles de su interior sonaran.

¡Estúpido niñero! (yaoi-gay)Where stories live. Discover now