Capítulo 17

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   — ¿Está tú madre en casa? — Preguntó Xander antes de entrar en ésta, apoyándose en el marco de la puerta, tan amenazante como siempre.

   — ¿Por qué quieres saberlo? — Le respondí interrogante yo, consiguiendo así que su ceño se frunciera un poco más. Sabía que quería lanzarse sobre mí para devorarme como el animal que llevaba dentro le decía.

   — Está o no está — Me exigió saber, haciendo un puño de la mano que descansaba en el marco de la puerta, inclinándose hacia delante para acercar su rostro a menos de un palmo del mío, intimidante.

   — Se fue hace — No me dio tiempo a decir más, Xander se lanzó a mi boca de lleno, agarrándome de una forma desesperada que no me permitía escapar, haciendo que sus manos se atropellaran entre ellas para aprisionarme.

   Me dejó caer sobre su pecho, para así él chocar su espalda contra la puerta y poder cerrarla; él aún no se alejaba, me aprisionaba en sus brazos mientras me obligaba a andar hacia atrás, él aún continuaba devorando mis labios.

   Mientras nosotros nos abríamos paso en el salón para dejarme caer sobre el sofá, su lengua hacía lo mismo en mi boca, penetrando en ella invadiendo el territorio de su contraria con la que peleaba.

  Cuando yo ya estaba rendido sobre el sofá, él abrió mis piernas para situarse en medio; golpeando su pubis contra mi trasero mientras yo cerraba los ojos con fuerza agarrándome al cojín sobre el que me encontraba.

   — ¡Xander, para, relájate! — Exclamé tratando de apartar su boca de mi cuello, parecía haberse convertido en un felino que acicala y lava a su cría con la lengua, aunque él lo hace con otros fines.— ¿quieres que empecemos otra vez al juego de las venganzas? — Pregunté amenazante, aunque mi oferta pareció atraerle más de lo que yo quisiera.

   — Adelante, me encanta cuando te haces el duro — Comentó apresando mis muñecas sobre mi cabeza, sonriendo de forma peculiar, tal vez sicótica. El rubio volvió a dejarse caer en mi boca, mientras una de sus manos se escondía bajo mi camisa, palpando mi cuerpo de una manera alborotada y agresiva, dejando atrás el cariño y delicadeza.

   Traté de señalar el sofá consecutivo al nuestro para que se percatara de los ojos que nos admiraban sorprendidos, pero Xander no atendía a más que a mi boca y donde tocaba, hasta que las melodiosas voces de aquellos demonios le despertaron de su trance.

   — ¿Es así como se hacen los bebes? — Preguntó mi primo, que nos miraba con sus ojos esmeralda desde el sofá próximo a éste, mientras balanceaba sus pies.

   — No, no; eso es con un papá y una mamá — Contradijo mi prima, de apenas unos años mayor que el otro.

   — ¿Entonces quién es la mamá de los dos? — Preguntó el pequeño extrañado por no comprender la diferencia entre ambos.

   — Primo Klaus, salta a la vista — Respondió la niña, sobrada de coraje, como sí se tratase de una evidencia.

   — Xander — Pronuncié su nombre bajo él, que se encontraba estupefacto, y aunque traté de hacer mi voz lo más masculina posible, salió como un gemido. Tras carraspear, señalé al muchacho de ojos verdes y pelo negro que reposaba sobre el sofá junto a la muchacha de rubios mechones y ojos castaños.—, estos son Mike y Sarah.

   — Estaba — Tartamudeó Xander.—, buscando algo que tenía entre los dientes — Improvisó Xander, incorporándose sobre mí, mirándome con rencor por no haberle advertido de la presencia de los niños.

   — ¿Con la lengua? — Preguntó Sarah sarcástica, arqueando una ceja.

   — ¿Con qué sino? — Respondió Xander apartándose, ponerme en pie. Coloqué mi pie sobre su vientre, y tras alejarlo con un seco empujón, me puse en pie al igual que él.

¡Estúpido niñero! (yaoi-gay)Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum