Capítulo 37

94.6K 6.8K 4.7K
                                    

   —¿Cómo? —exclamé perplejo, no podía creer que fuéramos a pasar por esto de nuevo ¿cómo se le ocurría a mi madre repetir esta situación?

   —Como lo oyes, he contratado a un cuidador —yo seguía atónito, realmente no entendía que se le debía pasar a mi madre por la cabeza como para hacer esto de nuevo ¿Acaso no recuerda lo desgraciado que he sido por culpa de la persona que ella misma permitió entrar?

   —¡Mamá, por dios! —pronuncié desesperado, tenía una pequeña esperanza de que mi madre pudiera dar su brazo a torcer, pero me da la sensación de que será imposible hacer que cambie de opinión—¿No recuerdas lo que me ocurrió con Xander? ¡No quiero que vuelva a suceder! —apenas habían pasado unos días desde que Xander rompió conmigo, mi madre debería entender que aún no estoy listo para pasar página, ignorar todo lo sucedido y enterrar el dolor.

   —No quiero molestar a Taylor y menos a ese atractivo señor —continuó explicando, esbozando una pequeña sonrisa al observar en su mente el semblante de Theodor; del cual, tal vez por su parecido con Xander, le había llamado excesivamente la atención. Estás últimas noches, seguramente por pena y no empatía, Taylor había venido a vigilarme y a hacerme compañía, para hablar y ayudarme a desahogarme, de vez en cuando para olvidar, pero eso era imposible; Theodor también venía, pero no a pasar el rato conmigo, sino para atenderme y tratar mis heridas, quizás se sienta culpable, aunque no veo el motivo.

   —Se llama Theodor —comenté logrando que mi madre extendiera su sonrisa para mostrar una perversa, lasciva, no comprendía el motivo, no sé en qué podría estar pensando—y está casado —pronuncié cortante, cruzándome de brazos sin poder entender el descaro de mi madre.

   —Y viudo —comentó con voz macabra y a la vez simpática, sorprendiéndome por su osadía, logrando que me sobresaltara por su respuesta.

   —¡Mamá! —exclamé avergonzado, completamente rojo y humillado. Theodor nunca traicionaría a su mujer, el sólo tiene ojos para ella— ¡Volvamos al tema principal, por favor!

   —Sí, mejor —aceptó mientras asentía aproximándose a mí, que me encontraba apoyado en el marco de la puerta—. Esta tarde viene y no rechistes más —finalizó la conversación mientras depositaba un beso sobre mi cabeza y me guiaba con suaves empujones hasta llevarme fuera de la cocina—; además, ya os conocéis y hace mucho que no lo ves, seguro que le echas de menos.

   —Mamá —pronuncie poniéndome de pie aproximándome de nuevo a la puerta mientras la duda atormentaba mi cabeza ¿Quién podía ser ese individuo? ¿Tal vez Henry? ¿O Greg? ¡Por lo que más quiera, Sasha no!— ¿A quién te refieres? ¿Quién es? —continué preguntando mientras ella se limitó a cerrarme la puerta en la cara de forma sutil, incluso burlesca— ¿Por qué no comprende que no quiero ver a nadie? —susurré apoyando mi cabeza contra la puerta, tratando de soportar el nudo que se me había formado en la garganta, apoyando con suavidad mis palmas contra la madera sobre la que me apoyaba para poder apartarme y mirar el techo, intentando de esta forma que las lágrimas no dificultaran mi visión, pero de esta forma solo conseguí derramar algunas.

   Caminé hasta mi cuarto y una vez llegué ahí me tumbé sobre la cama, extendiendo la mano hasta la mesilla para alcanzar aquel folio en el que mi rostro permanecía plasmado, colocándolo contra mi pecho y rodeándolo con los brazos para protegerlo, mientras que cerraba los ojos derramando las lágrimas que habían en ellos para poder dormir y descansar tras una noche en vela más.

*   *   *


   —¿Seguro que no prefieres que me vaya marchando ya? —preguntó mi madre sosteniendo la bolsa con su uniforme dentro, en esta ocasión parecía preocuparle poco mi reacción ante la persona que deba ocuparse de mí, tal vez confíe en el susodicho.

¡Estúpido niñero! (yaoi-gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora