Capítulo 14

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   No quería despertarme; aunque sería mejor decir que no quería levantarme, pero creo que debo considerar como un sueño poder estar abrazado a Xander. Lleva sonando el despertador unos cinco minutos, un chirrido aterrador que me hace querer comprobar la velocidad que puede adquirir, la distancia a la que puede separarse del suelo y lo lejos que puede planear; pero a pesar de eso, me mantuve pegado al pecho desnudo del rubio, que se aferraba a mí bajo mi cuerpo.

   Escuché como mi madre golpeaba el suelo, el techo de la cocina en la que ella se encontraba, obligándome a apagar el despertador. Junto a un bufido y apartándome pesadamente del cuerpo del muchacho, para asentarle un puñetazo al artefacto que lo hizo callar.

   Me aparté completamente del cuerpo del muchacho y me senté en el borde de la cama, desperezándome ruidosamente.

   Xander se levantó sin más, se puso en pie y se colocó la camisa que formaba la parte superior del pijama que cubría sí torso, dejando al descubierto sus calzoncillos azules, con sus glúteos bien definidos; para después colocarse la parte inferior.

   — Despierta, cenicienta — Pronunció mezclando las historias.

   — Se dice "bello durmiente" — Pronuncie colocándome una bata mientras me ponía en pie y caminaba en dirección a las escaleras.

   — No, eres cenicienta — Me rectificó de nuevo.—, porque en cuanto bajes me vas a preparar el desayuno, me vas a sacar la ropa — Comenzó a enumerar mientras me adelantaba y bajaba las escaleras hasta la cocina.

   — Alexander — Lo llamó mi madre cuando finalmente ambos estuvimos abajo.—, tenemos que hablar sobre lo que te tengo que pagar.

   — Sobre eso — Empezó a decir Xander, tímido.—, sí no le importa, ¿podríamos ir al salón para hablar de ello?

   — ¡Claro, claro! — Exclamó mi madre mientras ambos se dirigían al salón.

   Yo me dispuse a preparar el desayuno de ambos, agudizando el oído para poder enterarme así de la conversación que había comenzado.

   — Escuche, creo que — Susurró Xander para dificultarme poder oírle.— no va a ser necesario que me pague.

   — ¿Como? Pero tengo que pagarte — Insistió ella, sin entender su petición.—; te he contratado para que lo cuides, tú le has cuidado y yo debo pagarte ¿o es que no le has cuidado?

   — ¡No, no, no! — Exclamó él, pero al percatarse de su tono de voz lo bajó de nuevo.— Es qué... Klaus es el que me está cuidando — Explicó él, sorprendiéndome consiguiendo que me detuviera antes de introducir la primera cucharada en mi boca.—: me está ayudando con el estudio, los deberes, es mi modelo de dibujo... ¿Y debo cobrar por eso? ¿Por ser ayudado por él?

   — Hombre, visto así — Pronunció mi madre, haciendo disminuir el volumen de sus palabras.—; aún así insisto en pagarte esta semana.

   — De acuerdo, pero ni una más, por favor; sólo le pido que no se lo diga a Klaus — Rogó él, mientras que ambos caminaban de vuelta a la cocina, en silencio.

   *   *   *

   — Henry — Le llamé al finalizar las clases, cuando hubo perdido de vista a Xander y a Taylor. Me agarré al cuello de la camisa del muchacho y chocando su pecho contra el mío, alzando la cabeza para que nuestras miradas se pudieran cruzar, necesitaría unos zancos para poder quedar a su altura y aún así no superarle.—, tengo que hablar contigo.

   — ¿Ahora? — Preguntó tratando de no tartamudear, aunque no lo consiguió.

   — Sí. A solas — Concreté consiguiendo que el gigante se encogiera de vergüenza, sonrojándose.

¡Estúpido niñero! (yaoi-gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora