¡Estúpido niñero! (yaoi-gay)

Capítulo 27

   —¿Taylor? —preguntó Theodor al ver entrar al susodicho en la clínica una vez que las miradas de ambos se cruzaron sorprendidas.

   —¡Theodor! ¿Tú eres el padre de esta bazofia? —preguntó Taylor señalando a Xander recibiendo así un puñetazo en el hombro por parte de este, lo que hizo que lanzara un pequeño alarido de dolor.

   —Claro —pronunció como sí se tratara de una evidencia— ¿Qué hacéis aquí? —preguntó ajustándose los guantes mientras nos permitía pasar a una pequeña oficina en la que había tres asientos; uno que le pertenecía a Theodor ya que se encontraba tras la mesa, otro que me atribuiría por ser el primero en entrar y el último lo consiguió Taylor a la fuerza dándole un codazo en el estómago a Xander.

   —El simpático de tu hijo me ha metido un puñetazo —le explicó tuteándole ¿De qué se conocían? ¿Por qué eran tan cercanos?

   —¡Alexander! —exclamó el de traje de chaqueta frunciéndole el ceño a su hijo, no muy sorprendido por la actuación de éste— ¿Es que no puedes comportarte como un adulto? —le preguntó indignado, apoyando su puño sobre la mesa, tratando de filtrar su sentimiento de rabia y volverlo sólo un ligero enfado.

   —El problema es que soy demasiado maduro como para aguantar las estúpidas bromas de este crío —le rebatió el rubio, propinándole al pobre Taylor un pequeño cachere en la nuca, y como estaba sosteniendo su mandíbula, debió hacer un mal movimiento por culpa del rubio, por lo que lanzó un alarido similar al berrinche de un niño.

   —Taylor ¿De qué os conocéis? —pregunté haciendo que la pelea se detuviera por momentos. Theodor se acomodó en su silla, esperando a que el mencionado comenzara su explicación mientras él le daba un último repaso a unos papeles.

   —¿Podrías hacer los honores? No debería seguir hablando, me duele la encía —pidió Taylor a Theodor, sosteniendo su mejilla, por el que el que se encontraba tras la mesa alzó la mirada y me comenzó a narrar tras carraspear levemente.

   —El padre de Taylor y yo somos viejos amigos —comenzó su explicación mientras colocaba los folios en el interior de la impresora— y cuando en su restaurante comenzaba a faltar personal, le propuse contratar a Henry.

   —Creía que Henry, al ser amigo mío, lo odiabas —intervino Xander colocando cada una de sus manos en el respaldo de mi silla, inclinándose levemente hacia adelante.

   —Hay ocasiones en las que sabes elegir compañía —comentó desviándose del tema para responder la duda de su hijo. Parecía que, aún después de la charla que tuve con Theodor, su comportamiento hacia su hijo no había cambiado, seguía siendo brusco y recio con él—. En resumen: Gracias a mí, Henry consiguió el puesto de camarero.

   —Y entonces fue cuando me comenzó a acosar —finalizó Taylor, terminando  definitivamente con la narración.

   —Por fin mi padre hace algo de lo que yo pueda estar orgulloso —añadió Xander en tono de broma, pero no parecía para nada una de ellas, por el contrario, resultaba como si tratara de pronunciar sus palabras de la forma más hirientes.

   —¿Y tú qué? ¿Cuándo harás algo para darle una alegría a tu padre? —contrastó Theodor en el mismo tono de voz, poniéndose en pie y colocando sus manos sobre el escritorio con una postura amenazante.

   —Cuando me muera — Le respondió Xander, escupiendo cada palabra como si le pesaran y deseara sacarlas de su boca. Me dejó sorprendido su contestación ¿Cómo se le puede decir eso a un padre?—, seguro que estás esperando a que llegue ese día —dicho eso, Xander quitó sus manos del respaldo de mi silla y se marchó a la sala de espera.