[PAUSADA] ❝En donde Min Yoongi y Min Jimin, se dan cuenta que en la vida de casados, no todo es color de rosa.❞
- ʏᴏᴏɴᴍɪɴ
- ᴋᴏᴏᴋᴠ
- ɴᴀᴍᴊɪɴ
- ʜᴏʏᴇᴏɴ
« SEGUNDA TEMPORADA DE "Mi Profesor Tiene Tinder".»
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Como ya saben:
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La pareja ya llevaba viendo tres capítulos seguidos de la dichosa serie, hasta que el alfa se puso de pie al término del tercero, y apagó la tele. Rápidamente el omega protestó enfuruñado y haciendo pucheros de forma inconciente.
— ¡Yoonie, yo lo estaba viendo! — se quejó.
El mencionado sonrió tranquilo. Los berrinches de su bebé precioso era algo a lo que ya estaba muy familiarizado. Casi podía asegurar que era inmune... Casi.
— Amor, ya son las nueve y media... Y bueno, eso no es tarde, pero ya llevamos tres horas seguidas frente al televisor. ¿No te duelen los ojitos? — preguntó de forma conciliadora.
Jimin tenía que admitir que le gustaba mucho que su hyung se preocupara por él, y que efectivamente, le empezaban a doler los ojos por no tener puestas ni sus gafas, ni sus lentes de contacto.
— Aish... Está bien. — renegó — Pero sólo porque ya me duelen un poquito. — admitió haciéndo un gesto con sus deditos.
— Yo recogeré toda la basura. — dijo el alfa, al tiempo que levantaba la caja ya vacía de pizza — Ve a preparar la bañera, para que tomemos un baño, y luego vayamos a dormir.
El omega asintió con una sonrisa, y corrió a saltitos hasta la segunda planta, directo al baño de su habitación, siendo seguido por un tierno y bullicioso Holly, que amaba correr junto a su amo cachetón y pequeño.
En cuanto llegó, puso a llenar la enorme bañera, que habían escogido precisamente para poder tomar baños tibios y relajantes juntos, y mientras esperaba, buscó los jabones, sales y burbujas, que quería usar ese día. Cuando el agua estuvo en el punto perfecto para no rebalsarse cuando ambos estuvieran dentro, apagó el chorro, y dejó caer en esta una pastillita en forma de flor de cerezo que creó abundantes burbujas, y un poco del líquido rosa que dejaba sus pieles suaves y con olor a frambuesas.
Fue a la habitación, –que estaba justo cruzando la puerta– sonrió al ver a Holly echado en su camita especial junto a la de ellos, y sacó dos batas del clóset, una para él, y una para su esposo. Se empezó a desnudar de forma lenta, quitándose primero la camiseta manga larga que llevaba encima, y luego la camiseta de tirantes que llevaba debajo; cuando iba a desabotonar su pantalón, sintió a su alfa abrazarlo por la espalda, rodeando su cintura, y besando su cuello, justo sobre su marca.
