Sesenta y Siete

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🐻 • [ k.v ] • 🐰
Seúl, Corea
Casa Min-Park

— ¡Por la Luna, Yeontan, dejá el estanque en paz! — exclamó Taehyung, mientras corría a quitar a su cachorro (por quinta vez) de la orilla.

Lo dejó en la glorieta junto a Holly, que dormía pancita arriba, con su peluche favorito sobre él.

— Amor, ya pedí la comida. — declaró Jungkook al tiempo que llegaba a su lado, y le besaba la frente.

Por las malas habían aprendido, que mejor no tenían ni que asomarse a la estufa, al menos que la señora Kim estuviera presente. Ella los había salvado la última vez de quemar la casa, o de intoxicarse con la comida cruda de Jungkook.

Porque por fuera estaba quemada, pero por dentro cruda. Estaba seguro que si su tía Taeyeon llegaba a ver eso, los golpearía a ambos con una de sus cucharas de madera.

— No sé porqué Minnie mandó a construír un estanque, en lugar de una piscina. — opinó Jungkook, mientras veía el agua — Al estanque no se puede meter a refrescarse, y además tiene que alimentar a los peces y ver que no se reproduzcan demasiado, ni que su depredador se los coma a todos... Aunque las tortugas se me hacen bonitas.

— Y Yeontan no se les volverá a acercar, después de que la mamá de las peques le mordiera la nariz. — añadió divertido, recordando el suceso del día anterior.

— Con razón Minnie le dijo a la señora Kim que siguiera viniendo, sabía que nosotros haríamos un desastre. — bufó decepcionado de sí mismo.

Taehyung sonrió y le besó la mejilla.

— Bueno, a ellos también les ayuda, así que eso me hace no sentirme tan mal. — rió — Me mandó fotos que le tomó Yoongi, ¡se ve tan adorable!

Jungkook asintió.

— Yoongi me las envió también. Me gusta mucho en la que los dos están en un puente y se ve de fondo el Big Ben. — sonrió.

— ¿Cuándo viajaremos nosotros? Mira que Jimin se ariesgo al viajar con esa panzota.

Jungkook rió.

— Cuando ya egrese al fin, ¿no crees?... Además, no planeas tener una panzota, ¿O sí? — preguntó preocupado.

Ahora el que rió fue Taehyung.

— Creo que quedó claro, que no quiero cachorros. Ni tú tampoco. — respondió divertido.

— Jimin y Yoongi tampoco querían. — recordó el alfa.

Ambos se estremecieron cuando el escalofrío recorrió su espalda.

— Ni lo menciones. Creí que Jimin no los iba a tener... O iba a terminar internado en un psiquiátrico. — añado divertido.

— Por suerte, no pasó ninguna de las dos... Creo que a Jimin le luciría tener una granja. — añadió de pronto.

Taehyung lo vió confundido.

— ¿Cómo por?

— ¡Quiere tener todos los animales del mundo! Definitivamente en una casa del centro de Seúl, no caben... Por muy grande que sea su patio.

— No le vayas a decir eso a Jimin, que se va a querer mudar. — respondió con el ceño fruncido.

Jungkook le apretó los mofletes con ternura, para luego besar el piquito que sus labios habían hecho.

— Eres tan adorable cuando estás celoso. — murmuró, antes de volverlo a besar, pero ahora más profundamente.

Cuando la lengua del alfa ingresó a la boca del omega, este lo separó de un suave empujón.

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