cuarenta y tres

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🐹 • [n.j] • 🐨

Jin perfumaba a su lindo bebé, mientras le hacía gestos graciosos para que este riera. Amaba ver a su bebé feliz, y amaba escuchar su risa, y era bastante fácil conseguir ambas. Por lo menos para él.

Terminó de arreglar a su pequeño amorcito, así que le dió un poco de leche tibia que se había sacado anteriormente, y la había puesto en un aparato que regulaba la temperatura para que no se helara.

Cuando su bebé terminó de comer, le sacó el aire y se quedó dormido en sus brazos después de eso. Lo acostó en su cuna de forma delicada, y llevó consigo uno de los monitores para poder oír si se despertaba y empezaba a llorar.

Iba a salir de la habitación a buscar a su alfa, cuando esté llegó con dos deliciosos desayunos preparados y una tierna sonrisa.

— Pensé que te gustaría comer en la cama, amor. — dijo dudoso el alfa, al ver como su omega iba hacía afuera con el monitor de sonido de su hijo.

— Oh, está bien. — dijo con una sonrisa el mayor — Iba a ir a buscarte, para preguntarte qué querías comer. — dijo divertido, y sorprendido de muy buena manera.

— Cariño, te dije que te iba a ayudar lo más posible. — dijo besándole la frente, antes de empezar a caminar hacia la cama — Es mi obligación como tu pareja y alfa de la manada. — sonrió — Además el señor Jihyun me ha reducido mucho el trabajo.

Jin le sonrió de vuelta, y extendió la mesita pegable. Ambos se sentaron uno al lado del otro, y pusieron la comida de la bandeja sobre la mesa de forma coordinada, sin ser realmente concientes de ello.

Dieron gracias por la comida, y luego se besaron de forma corta, antes de empezar a comer.

— Seojoon es muy tranquilo. — dijo Namjoon viendo la cuna de su primogénito — Realmente me sorprende lo poco que llora.

Jin asintió con una sonrisa.

— Aunque realmente tiene poco más de un mes. Los bebés recién nacidos realmente solo duermen y comen... O eso me dijo mamá. — respondió tranquilo — Dijo que tenemos que empezar a tener cuidado, cuando aprenda a voltearse. Que es peligroso porque se puede caer.

El alfa asintió, decidiendo ponerle barandas seguras y suaves a todos los lugares donde puedan acostar a su lindo bebé.

Esperaba que no fuera tan difícil. Y siempre podía pedirle ayuda a Yoongi que parecía tener un don en reparar cosas.

Permanecieron unos minutos en silencio, mientras disfrutaban tranquilamente de la comida que había preparado el alfa. Jin estaba muy orgulloso de todo lo que había avanzado su esposo en el área de la cocina desde que le empezó a enseñar a cocinar. Recordaba como en un pasado, incluso el agua del té le quedaba con sabor ahumado, y ni siquiera entendía cómo era eso posible.

Y ahora preparaba comidas completas sin quemarse. – demasiado – El único problema era el desastre que seguramente había dejado en la cocina.

— Oye, amor. ¿Has hablando con Jiminnie? — preguntó el alfa un poco preocupado.

Creía que cuando naciera su bebé, su adorable cuñado iba a pasar metido en su casa queriendo jugar con Seojoon todo el tiempo. Y hasta el momento, no había llegado ni una vez, y eso le había decepcionado un poco.

Jin asintió con un gesto de cabeza, y respondió después de tragar la comida que tenía en la boca.

— Si, he estado hablando con él de vez en cuando. Aunque es un poco raro, me escribe desde el celular de Yoongi. — dijo encogiéndose de hombros.

Por algo Tinder no es RosadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora