cincuenta

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Jimin ayudaba a su madre a darle aire a su padre, que ya estaba despierto, sentado en una silla, pero aún un poco mareado. La escena era bastante graciosa de ver para los presentes, excepto para Yoongi que se preguntaba si había sido una reacción negativa. Pero guardó sus pensamientos para sí, y se mantuvo en silencio.

Cuando el alfa Jihyun se recuperó del todo, se puso rápidamente de pie, asustando un poco a los presentes, y se aproximó hasta su hijo, que había retrocedido un par de pasos por la sorpresa.

Lo vió de forma fija, enfocándose mayormente en el inflamado vientre de su bebé, y cuando el castaño estaba a punto de preguntar que sucedía, el mayor se arrodilló frente a él, lo abrazó, quedando frente a su vientre, y entre lágrimas empezó a decirle cuanto lo amaba, y lo feliz que estaba porque traería a sus nietos al mundo.

Jimin ni siquiera fue conciente, cuando las lágrimas también empezaron a caer de sus ojos. Y de varios de los presentes, también. Era una escena conmovedora desde cualquier perspectiva.

Cuando se pudo tranquilizar, el mayor se puso de pie, y besó la frente de su adorado hijo.

— ¿Por qué no nos lo habías dicho antes? — dijo con tono suave pero un poco resentido — Mira lo grande que tienes ya ese vientre, ¿cuánto tienes? — preguntó curioso.

— Once semanas. — respondió nervioso — Se ve más grande, porque... Porque son dos. — explicó con suavidad — Y perdón por no haberlo dicho antes, no me sentía listo. — sonrió avergonzado.

Jihyun lo vió con una sonrisa, y después al alfa de su bebé que parecía bastante nervioso.

— Ven aquí. — le dijo haciéndole señas con la mano, para que acercara.

Taehyung estaba grabando toda la escena por si volvía a ocurrir algo interesante. Enmarcaría el rostro de su tío antes de desmayarse.

El alfa pálido se acerco dudoso.

— Gracias. — susurró el alfa mayor, para luego abrazar a los dos al mismo tiempo.

Taeyeon sonrió. Y todos los presentes también.

— Bien, creo que es hora de comer. — dijo con risitas el omega castaño, luego de que el abrazo terminara — Pueden pedir lo que quieran.

Señaló el bufet que estaba junto a la pared, y donde habían tres personas uniformadas listas para servir la comida.

Sin embargo, todos uno por uno, se fueron acercando a la joven pareja, para felicitarlos, antes de que se decidieran por ir a escoger lo que comerían.

— Gracias. — susurró la suegra del castaño en cuanto lo abrazó — Estoy muy feliz por ustedes, y estaré aún más feliz de ayudarles a cuidar esos preciosos bebés.

Jimin asintió con un adorable sonrojo, mientras apretaba la mano de su alfa. No lo había soltado en ningún momento luego de que su padre los abrazó. Sentía que la mano del alfa era la que lo mantenía anclado a la realidad.

— ¡Si! — exclamó el hermano de su esposo — ¡Al fin te decidiste a traer tus propios bebés! — se burló — Ya era hora, si son pareja desde hace como mil años.

Jimin puso los ojos en blanco y negó con una sonrisa.

— Cállate o los pondré en tu contra. — bufó divertido.

El mayor rió nuevamente, y los abrazó de forma corta antes de dirigirse al bufete.

Luego de un par de minutos más, todos ya estaban en sus asientos, esperando por ellos, así que ambos escogieron algo rápido para comer y se sentaron a la cabecera.

Por algo Tinder no es RosadoWhere stories live. Discover now